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Cara y cruz

miércoles 18 de marzo de 2015, 06:35h
El Mobile World Congress vuelve de nuevo a la ciudad de L’Hospitalet y lo hace como un bálsamo para todos, como el maná económico que permite pasar el invierno sin tanto frío en las cuentas. No hay sector que no se beneficie. La presencia de la feria más importante del mundo en telefonía móvil es un indicativo, sin duda, de que algo se está haciendo bien, tanto en Barcelona como en L’Hospitalet.
Este mes, Miquel Iceta ponía de ejemplo a la alcaldesa de la ciudad, Núria Marín, en el primer debate FemLlobregat de la temporada 2015. “Hoy eres el semáforo verde de La Vanguardia”, decía. Era justo el día después de la presentación, junto al conseller Santi Vila, de la segunda fase de reforma de la Gran Via que conectará la plaza Europa con el río Llobregat, ampliando el distrito económico y la cohesión de la ciudad. Tras el éxito de la primera fase, parece un acierto desvincular este proyecto al del soterramiento de las vías de tren, todavía en el baúl de los sueños rotos.

Pero no se puede bajar la guardia. Este mes hemos conocido también la multa millonaria que la Autoritat Catalana de la Competència ha puesto al Ayuntamiento, así como al Hospital de Bellvitge y el Oncológico, presuntamente, por impedir la libre competencia en el sector funerario y por malas prácticas. Las tres instituciones tendrán que pagar, en total, 1’7 millones de euros. Más allá de la sanción económica, esta resolución da la razón a la asociación abusosfunerarios.com que, como ha explicado El Llobregat, denuncia un monopolio encubierto en la práctica para reducir la competencia y así poder aumentar las tarifas en el sector.

En cuanto a la precampaña de las municipales, en L’Hospitalet ha comenzado con un cruce de declaraciones entre el PP y el equipo de Núria Marín por presunto derroche de dinero público. ¿Dispendio o electoralismo? Ante este debate, que El Llobregat hace extensivo al resto de municipios de la comarca, sin distinción de color político, hay una única respuesta: mejorar la transparencia de la gestión de las arcas públicas, así como de la actividad municipal. Es incomprensible, aunque el calendario esté marcado así, que los partidos de la oposición solo puedan acceder a las cuentas de solo durante algo más de dos meses. Y aún más que no lo pueda hacer, hasta la mínima concreción, la ciudadanía. En la ciudad del Mobile World Congress hace falta más open data, en la senda de lo que ya ha hecho Gavà, ciudad también gobernada por una mujer y socialista: Raquel Sánchez. ¡Que cunda el ejemplo! III
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