www.elllobregat.com
Gafas de madera … irresistibles
Ampliar

Gafas de madera … irresistibles

Por Señorita Pepis
miércoles 18 de marzo de 2015, 06:40h
La historia de las gafas pasa por los jeroglíficos egipcios, el filósofo Seneca, el emperador Nerón, investigadores ingleses, las fábricas de cristal de Murano y un sinfín de personajes que buscaron soluciones para corregir los problemas de la visión.
Pero como a nosotros solo nos interesa, por ahora, las gafas de sol, podemos decir que las primeras con cristales tintados fueron usadas en China y sus primeros portadores fueron jueces que no querían que su mirada transmitiera sus veredictos. En este punto de situar las primeras gafas consideradas de sol en China, coinciden casi todos los historiadores.

No fue hasta 1929 cuando el empresario americano Sam Foster las comercializa tal y como las conocemos ahora: para protegernos de los rayos de sol excesivos. Contó además con el apoyo de las estrellas de cine del momento, que las empezaron a utilizar; unos para proteger sus ojos de los focos y otros con fines estéticos. Después, las popularizarían los pilotos de la Segunda Guerra Mundial estadounidenses, que las usaban para amortiguar el resplandor de los rayos solares en las alturas. De cristales verde oscuro, las gafas complementaban sus uniformes a la perfección y se convirtieron en improvisados y atractivos modelos a los que todos querían imitar.

Yo me pregunto si habríamos encontrado tan seductor a Tom Cruise en “Oficial y caballero” sin sus míticas Ray Ban. O a la actriz Audrey Hepburn tan perfecta sin sus elegantes gafas, un modelo único fabricado exclusivamente para ella, que complementaban a la perfección su mítico look, diseñado por el francés Givenchy para la película “Desayuno con diamantes”. Otras gafas que han marcado época son el modelo que utiliza el personaje de Mad Men. Y más cerca en el tiempo, el actor David Caruso con sus inseparables Silhouette que luce en la serie CSI Miami y tantos más…

Sí, las gafas de sol se han convertido en un complemento imprescindible, y más cuando vemos hasta qué punto son utilizadas por personajes famosos, que no se las quitan ni para dormir. Tenemos casos casi, de estudio, como el del diseñador de Chanel, Karl Lagerfeld, que dio una excusa de lo más pintoresca a su dependencia de las gafas de sol en el periódico alemán “ZETmann”. Explicó que estando en un bar con una amiga, apareció un enano (lo de enano no sabemos si es una manera de menosprecio o es que era de verdad de esa talla) con el que había tenido un lío amoroso, y que cuando le vio con ella, le tiró un vaso por la cabeza y le dio en un ojo. Casualmente, ese día el diseñador llevaba unas gafas puestas, así que salió muy bien parado. Por eso pensó que era mejor llevarlas siempre, porque los ojos son una de las partes más preciadas del cuerpo y no es cuestión de dañarlos. Esta explicación nos permite sacar varias conclusiones, pero nos quedaremos con que el diseñador es un genio de la costura...

El músico Bono, del grupo U2, explicó también que lleva gafas de sol siempre porque padece glaucoma; Anna Wintour, la editora jefe de la edición americana de Vogue, la mujer más poderosa del mundo de la moda, que va siempre con gafas, incluso cuando asiste a los desfiles, parece que lo hace porque no quiere que nadie vea sus reacciones a la hora de ver los diseños que se exhiben en las pasarelas. La it girl Olivia Palermo tampoco se las suele quitar en los desfiles, en su caso no sabemos qué excusa tendrá al margen de que le quedan estupendas. Y en España, el oscarizado director Pedro Almodóvar, que en los últimos años se parapeta detrás de unas gafas negras, como por ejemplo en unos premios Goya donde no se las quitó ni un momento, recibió tal cantidad de críticas que sus amigos explicaron que las llevaba porque padece fotofobia y le molestan los destellos de los flashes. Woody Allen también ha llevado gafas del mismo estilo de montura gruesa y negra durante los últimos 50 años.

Todos han explicado alguna razón para resguardarse a todas horas tras unos cristales oscuros. Pero al ser referentes en cada una de sus actividades e imitadísimos, no nos resulta difícil ver en interiores de cualquier restaurante o discoteca a jóvenes con gafas de cristales tintados que emulan a las estrellas.

Las gafas se reinventan cada temporada. Todos tenemos más de un modelo para ponernos en función de muestras actividades. En los últimos años, se han puesto de moda las irresistibles monturas de madera. Se trata de un material con en el que se fabrican multitud de productos, pero que hasta hace poco a nadie se le había ocurrido utilizarlo para fabricar monturas. Y son un acierto genial, porque son ecológicas, pesan poco, son elegantes y altamente resistentes, convertidas en un must imprescindible para completar cualquier outfits, van dirigidas a un público de jóvenes desenfadados y transgresores. Unas monturas alternativas a las clásicas, en distintos colores, madera natural, azul, verde, rosa o rojo, con una gran variedad de cristales graduables, que están causando furor, y que aportarán originalidad a tu look.

Una de las principales firmas que comercializa gafas con montura de madera se llama Woodys (un nombre que se forma con la unión de las palabras inglesas wood y buddy´s) en castellano, significa algo así como, ser amigo de la madera. Y efectivamente, Josep Dosta, el joven empresario que fundó la marca hace casi tres años, es un gran admirador de este material. En la actualidad, posee una de las colecciones más importantes del mundo y acaba de presentar su nueva colección de gafas de sol en el Shoko Lounge Club de la cosmopolita ciudad de Barcelona, en pleno corazón del Mediterráneo, el mejor escenario para unir moda y artesanía para este 2015,

La serie está compuesta por 58 modelos de lentes de alta calidad a un precio asequible, fabricados en distintos tipos de madera natural, como el bambú, abedul, zebrawood, madera de skate reciclado y peral. La característica principal de la colección es que está fabricada siguiendo el proceso de producción de los skates, a base de láminas de madera, lo que permite dar una mayor rigidez a las gafas.

La colección apuesta por formas redondeadas y atrevidas e introduce metal en algunos de sus modelos. Las monturas para graduar pesan apenas 17 gramos, están pulidas a mano y se les ha otorgado un tratamiento de lacado natural de abeja que hace que floten en el agua. Además, en un momento en que la conservación del medio ambiente es una preocupación por encima de intereses económicos, la firma Woodys trabaja en un proyecto sostenible, y plantará un árbol por cada 200 piezas vendidas.

E n la actualidad la empresa tiene su sede en la localidad de Vic (Barcelona), donde está ubicado el taller de diseño, modelado y creación de las muestras de todos los modelos, que a su vez son producidos en una empresa que la firma tiene subcontratada en Asia. Woodys Barcelona tiene presencia en más de 1.000 puntos de venta, entre los que se encuentran ópticas y tiendas de moda. Además, cuenta con una red comercial propia en más de 12 países, como Alemania, Arabia Saudí, Canadá, Francia, Grecia, Guatemala, Italia y Reino Unido, entre otros.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios