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De las grandes infraestructuras a una logística internacional integrada

De las grandes infraestructuras a una logística internacional integrada

Por Mercè Roca i Puigvert - Directora del MSC in International Business en la UPF Barcelona School of Management y Coordinadora Académica en ESCI-UPF

martes 21 de abril de 2015, 18:10h
La evolución de las grandes redes y estructuras logísticas constituye uno de los indicadores más ilustrativos y fiables del desarrollo futuro del comercio internacional, tanto a escala continental como, especialmente, global
Son cambios que se producen a una velocidad vertiginosa y en que todos los países se juegan ventajas competitivas a largo plazo que van mucho más allá del servicio estrictamente logístico. Obras colosales como la ampliación del Canal de Panamá, en construcción desde el año 2007, que aumentará la fluidez y permitirá triplicar el número de contenedores de los buques que lo atraviesan, o el acelerado ensanchamiento de 79 Km del Canal de Suez, por donde pasa el 8% del comercio marítimo mundial, son apuestas emblemáticas que se convertirán en verdaderos polos de inversión, asentamientos industriales y de desarrollo.

Siempre que surja de una buena planificación e integración, la creación de nuevas infraestructuras logísticas dinamiza de forma extraordinaria el potencial económico del entorno, se convierte en un reclamo para todo tipo de equipamientos empresariales y genera abundantes puestos de trabajo. En un contexto en el que gana peso relativo el comercio intercontinental, a pesar de la prudencia impuesta por la crisis económica, es de una importancia vital que la Comunidad Europea no ceda protagonismo estratégico en la logística mundial y desarrolle con ambición la red transeuropea de transporte, con grandes canales de comunicación tanto al servicio del comercio intraeuropeo como, sobre todo, entre las zonas económicas, consolidadas o emergentes, de todo el mundo. España cuenta con los dos puertos de mercancías más importantes del Mediterráneo, Valencia y Algeciras, y el de Barcelona, primero en pasajeros y también de gran importancia comercial. Estos puertos son epicentros de los intercambios marítimos de Europa con Asia y con el continente africano.

El gran reto para consolidar esta posición es la integración de todos los sistemas de transporte de mercancías que tocan la costa mediterránea. Así, es necesario avanzar en el desarrollo de una red de acceso ferroviario que conecte con los puertos de referencia y los grandes aeropuertos, como ya han hecho algunos países del norte de Europa. En España el transporte terrestre circula mayoritariamente por carretera. Si bien esto tiene innegables ventajas, como la versatilidad y que llega a destinos finales muy dispersos, sus inconvenientes frente al ferrocarril son destacables. Los principales son la compleja problemática del tráfico; la atomización empresarial y de sus unidades de transporte, sin economías de escala; el impacto ecológico; la dependencia del precio del petróleo y unos costes laborales notablemente más elevados. Por ello, importantes grupos empresariales han expresado la urgencia de potenciar el denominado Corredor ferroviario Mediterráneo, que en su fase final va desde Algeciras hasta La Jonquera y Francia, como infraestructura internacional multimodal de futuro.

Mayor planificación
En nuestro país las nuevas infraestructuras adolecen de deficiencias en la planificación y de importantes retrasos en su ejecución a causa de la alternancia política y la discrecionalidad en las decisiones. Los órganos que establecen prioridades, evalúan, adjudican y renegocian concesiones, además de independientes entre sí, deberían estar integrados por comités de expertos, lo cual reclama cambios institucionales. Por otro lado, es importante que se agilicen los protocolos administrativos, mal endémico en el tráfico de mercancías. Éste es un obstáculo muy grave en la modalidad emergente del transporte marítimo de corta distancia. Finalmente, es prioritario que la política inversora no sólo se proponga desarrollar infraestructuras más capaces, eficientes y con mayor conectividad, sino también con procesos logísticos innovadores. Sirve de ejemplo la ‘Barcelona Europe Sourth Terminal’ (BEST) gestionada por la multinacional china Hutchinson Port Holding. Se trata de la terminal semiautomatizada más avanzada del Mediterráneo, que ha situado el puerto catalán como referente en tecnología portuaria.
Y, lógicamente, la innovación debe ir acompañada de capacitación profesional en las tecnologías y servicios logísticos que generen más valor añadido. III
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