Todo el caos empezaba a las 6:00 horas en punto de la mañana. Técnicos de Adif detectaban fallos intermitentes en los procesos de operaciones en el Control de Tráfico Centralizado de Barcelona (CTC). De nuevo, el colapso llegaba al subsuelo de la capital catalana y todos sus alrededores. Los servicios de Cercanías y de trenes regionales quedaban totalmente paralizados por una incidencia en los sistemas informáticos que, según el equipo técnico, ha sufrido daños en algunos archivos tras una primera avería y tras reiniciar en diversas ocasiones los sistemas y la configuración.
Pese a que a partir de las 7:15 el servicio se ha ido recuperando paulatinamente hasta estar totalmente restablecido media hora después, no se ha podido evitar el colapso y los retrasos durante toda la mañana lo que ha enervado, por enésima vez, a los usuarios de la red de Cercanías.
Tal es la gravedad del incidente que Adif ha confirmado que ha abierto un expediente a la empresa Scheneider-Telvent, suministradora de la tecnología del CTC de Barcelona para conocer lo ocurrido en el funcionamiento de este servicio que se había puesto en servicios por fases hasta llegar a la actual configuración que hoy ha petado colmando el vaso de usuarios y fuerzas políticas que, de manera inmediata, han pedido una explicación: “Absolutamente inadmisible, no se está haciendo bien el trabajo y tiene que haber consecuencias”, exclamaba esta mañana en la televisión pública catalana el conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, que enviaba un mensaje directo a su homóloga, la ministra de Fomento: “No queremos excusas de mal pagador. Somos cliente y Renfe no puede prestar el servicio, es intolerable”.
De momento, tras una reunión entre responsables de Adif y la empresa, se ha acordado exigir que se adopten las medidas necesarias para garantizar la fiabilidad del servicio; en concreto, duplicar los servidores, realizar un diagnóstico exhaustivo y destinar técnicos especialistas de forma permanente. Por otro lado, Adif ha iniciado la tramitación para renovar la tecnología de los sistemas del CTC de Barcelona, clave para garantizar el correcto funcionamiento de la red, que conllevará incluso la creación de un nuevo centro de control. Pese a estas medidas aprobadas a posteriori del incidente, no serán suficientes para evitar una nueva guerra por las competencias. Y es que, según el director de Rodalies de Catalunya, Félix Martín, hasta 80.000 usuarios se han visto afectados esta mañana por el incidente.
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