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La contaminación de los cruceros de lujo ‘ahoga’ L’Hospitalet y el Baix Llobregat
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La contaminación de los cruceros de lujo ‘ahoga’ L’Hospitalet y el Baix Llobregat

martes 23 de junio de 2015, 23:02h
El aire de la comarca es irrespirable por la gran concentración de barcos turísticos, las emisiones de los caminos portuarios, el resto del tráfico, las cementeras, el aeropuerto y las industrias. El médico especialista Jordi Sunyer advierte que se evitarían 3.500 muertes anuales si se redujera la contaminación del aire en el área metropolitana a lo que plantea la OMS como saludable.
El puerto ha sido históricamente una de las principales fuentes de polución en el área metropolitana barcelonesa. Una situación que se ha agravado por el éxito turístico de los cruceros de lujo, esas ciudades flotantes que se alimentan de fueloil pesado también mientras están parados para mantener activas todas sus funciones.

El éxito de la Barcelona turística lo respiramos cada día los habitantes del Llobregat, con las consecuencias que para nuestra salud comporta. Reducir la contaminación del aire por partículas a pm10 (inferiores a 10 micras) en el área metropolitana que es lo que plantea la Organización Mundial de la Salud (OMS) evitaría 3.500 muertos anuales de los 30.000 que se registran por diversas causas en esta zona, asegura el codirector del Centro de Investigación de Epidemiología Ambiental de Cataluña, Jordi Sunyer.

Otro estudio indica que la alta concentración de unas 500.000 partículas ultrafinas por centímetro cúbico que se produce en el puerto cuando coinciden varios cruceros, cosa que es habitual en los últimos años, supera “muy de largo” la concentración de partículas que se puede producir en una vía con un alto nivel de circulación de vehículos, como por ejemplo, la Ronda Litoral a su paso por la comarca, .

Por si los habitantes de la comarca no tuviéramos bastante con la polución derivada de tener en nuestro territorio la mayor concentración de industrias, cementeras, así como una intensa actividad aeroportuaria y el volumen de tráfico de vehículos que soportamos, desde hace unos años se une las emisiones de los cruceros. El año 2015 lo iniciamos con un episodio de emergencia. El fin de semana del 9 de enero, se activó el protocolo de contaminación atmosférica en 40 municipios del área metropolitana barcelonesa, prácticamente todos de la comarca.

La medida se tomó debido a la persistencia de un potente anticiclón que dificultaba la dispersión de los óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas en suspensión de diámetro inferior a 10 micras (PM10) en la atmósfera. Los municipios fueron: L’Hospitalet, Castelldefels, Cornellà, Gavà, Martorell, Molins de Rei, Esplugues, el Papiol, Pallejà, el Prat, Sant Andreu de la Barca, Sant Feliu, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Vicenç dels Horts, Viladecans.

Un total de 740 escalas harán este año los grandes cruceros de lujo en el puerto de Barcelona para transportar 2,5 millones de turistas. Los fines de semana coinciden habitualmente varios de estos barcos, auténticas ciudades flotantes que bajo los oropeles del “todo incluido” producen toneladas de basura arrojadas impunemente al mar todos los días. Hay piscinas, saunas, campos de golf, centros comerciales, teatros, cines, discotecas, pero nada se sabe sobre si tienen instaladas depuradoras.

Basura oculta
Un crucero mediano, de 2.000 o 3.000 pasajeros, puede llegar a generar unas mil toneladas de residuos, a lo que se añade el impacto del gigantesco consumo de fueloil pesado, que en los barcos de ese tamaño equivale al que produce 12.000 vehículos. Y para colmo de males no es gasoil, pues el tipo de combustible utilizado resulta 50 veces más tóxico que el habitual. A los humos de los motores debe sumarse el procedente de la incineración de las basuras (plásticos y papeles), práctica bastante común en este tipo de barcos según Oceana, organización internacional dedicada a la conservación del medio marino.

El puerto de Barcelona ha pasado de recibir 0,6 millones de cruceristas en el año 2000 a 2,5 millones este año. El 18 de mayo 2014, Barcelona superó el récord anual de cruceristas en un día, con la llegada de 7 cruceros con un total de 31.600 pasajeros. El fin de semana del 11 al 13 de septiembre próximo se producirá la mayor concentración de cruceros con un total de 14 escalas de las más de 740 previstas este año. Catorce gigantes de los mares, auténticas ciudades alimentadas de forma permanente por fueloil pesado mientras están atracados para mantener activas todas las funciones de una oferta de lujo.

“En los últimos años se ha reducido mucho la contaminación atmosférica en el puerto de Barcelona derivada de la carga y la descarga”, indicaba recientemente Assumpta Farran, directora general de Calidad Ambiental de la
Generalitat, “pero sigue habiendo un foco importante al que habrá que poner freno: los grandes cruceros”, reconoce. El consumo de uno de estos monstruos es de unos 10 megavatios diarios, es decir, entre 1.000 y 2.000 veces el consumo medio doméstico. Además de replantearse el modelo turístico de la ciudad, los nuevos ayuntamientos de la comarca deberían tomar medidas inmediatas contra la contaminación causada por los cruceros.

A raíz de la elevada contaminación del área metropolitana de Barcelona, ha nacido una plataforma social para combatir esta situación. Entidades ecologistas, vecinales y del mundo del transporte público han creado la Plataforma por la Calidad del Aire para combatir e impulsar acciones que terminen con la contaminación del aire en el Área Metropolitana de Barcelona. Su voluntad no es otra que “impulsar acciones que terminen con la contaminación del aire que respiramos”.

Un año de vida
El médico del Centro de Análisis y Programas Sanitarios, Pep Martí, denuncia que “existen evidencias científicas que demuestran que respirar un aire contaminado afecta directamente al sistema respiratorio y cardiovascular”. Martí añade que este aire contaminado “tiene importantes efectos, como neurotóxicos, especialmente en niños y gente grande”. Según los datos de centros de investigación como el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), la contaminación causa 3.500 muertes prematuras anuales en el Área Metropolitana de Barcelona.

En este sentido, Martín destaca que “en la ciudad de Barcelona la esperanza de vida de los habitantes se ve reducida un año por la exposición a niveles elevados de contaminantes”. Instancias europeas han sancionado Barcelona en varias ocasiones por incumplimiento de la normativa 2008/50/CE. El representante de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, Alfons López, denuncia por su parte que “ante la gravedad de la situación, la respuesta de las instituciones no está a la altura de las circunstancias”.

Solo un crucero ecológico
López explica que el Ayuntamiento de Barcelona “no ha presentado ninguna medida valiente para revertir el problema y la Generalitat ha presentado un Plan de Mejora de la Calidad del Aire con 3 años de retraso que nos mantiene en el incumplimiento de la normativa, lleno de medidas caducas, sin un presupuesto asociado y sólo vigente hasta este 2015”.

El responsable de Medio Ambiente del Puerto Autónomo de Barcelona, Jordi Vila, aseguró recientemente que esta institución estudia desde 2006 las dos alternativas más viables para que los cruceros no contaminen el aire cuando están atracados: su conexión a la red eléctrica o cambiar el combustible de gasoil a gas. Ya van nueve años de estudio. Según Vila, la mejor opción es la utilización de gas, ya que el puerto de Barcelona cuenta con grandes depósitos de este combustible, aunque por el momento sería difícil de aplicar porque solo un barco de cruceros, en el Mar Báltico, está preparado para funcionar con gas. Lo cierto es que el puerto y la ciudad de Barcelona no quieren estropear los huevos de oro que suponen los cruceros para el turismo, aunque sea a costa del aire que respiramos en el Llobregat, donde poco o nada nos beneficiamos de ese turismo.

Aunque existe un proyecto para que los grandes cruceros que llegan a Barcelona como el Allure of the Seas, el mayor del mundo, con capacidad para 6.318 pasajeros y 2.384 miembros de la tripulación, se alimenten con electricidad, los expertos señalan que se trata de un proyecto a largo plazo, porque hoy no se puede garantizar el suministro diario y, además, los barcos tendrían que disponer de sistemas de enchufe que sirvieran tanto en Barcelona como en Roma o el Pireo.

Se trata de un aspecto en el que trabaja la Unión Europea, pero que no tiene, de momento, solución fácil. En Barcelona hay momentos en los que han llegado a atracar hasta 18 cruceros, aunque la media habitual es de entre cinco y seis.

Otro de los factores que contribuyen a que el puerto represente el 8% de la emisión de partículas es el tráfico de camiones. Son vehículos de gran tonelaje que se alimentan de gasóleo. Para hacer frente a esta fuente de contaminación se ha trabajado en dos frentes: las autopistas del mar y el trasvase de la carretera a los trenes. Se conoce como autopistas del mar las rutas que realizan grandes barcos cargados de camiones de gran tonelaje.

Los dos destinos principales son Italia y el norte de África. Este método de transporte ha contribuido a eliminar anualmente unos 250.000 camiones de las carreteras. Está claro que un mayor uso del transporte ferroviario también eliminaría los numerosos camiones que atraviesan nuestra comarca lo que causa, además de polución, constantes atascos. III
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