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Sede corporativa de Gallina Blanca en L'Hospitalet
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Sede corporativa de Gallina Blanca en L'Hospitalet (Foto: Arxiu)

El Avecrem de toda la vida entra con fuerza en la hostelería

Gallina Blanca celebra 50 años de su división Food Service

martes 08 de septiembre de 2015, 17:32h

La división Food Service de Gallina Blanca, destinada a la hostelería y la restauración, cumple 50 años. Desde que Lluís Carulla tuvo la genial idea de los cubitos de Gallina Blanca en 1937, posteriormente llamados Avecrem, la multinacional española apuesta por potenciar su división de servicios para este sector.

A lo largo de 2014, la filial de Gallina Blanca orientada a la hostelería ha crecido por encima del 15%, hasta llegar a los 48 millones. Vicenç Bosch, responsable de GB FoodService, comenta el buen momento de la división, ya que en el último ejercicio la hostelería cerró con su primer incremento después de siete años de caídas continuadas. “La confianza del consumidor está volviendo y cada vez sale más a comer y cenar fuera de casa”, una circunstancia que la hostelería “lo nota” y, por tanto, también los fabricantes de productos para el sector.

La filial de gallina solo supone un 6,3% de los 624 millones que facturó la compañía en 2014, pero “queremos llegar a cubrir entre el 10% y el 15% de la hostelería en España”, indica Bosch, además de planear “crecer en el extranjero”, lo que se ha convertido en una prioridad para la empresa.

Aunque Bosch asegura que se pueden volver a dar cifras de antes de la crisis, reconoce que en el sector todavía no se ha salido de ella. Para lograrlo, en la división de Gallina Blanca cuentan con productos específicos que no se venden en ningún otro canal. “Es importante hablar con los restauradores directamente, detectando sus problemas”, defiende. En la actualidad, “hay cerca de 200.000 establecimientos y 25.000 cuentan con nuestra presencia, todavía nos queda mucho por hacer”.

Además de vender sus productos, GB FoodService ayuda a los profesionales de la restauración con los problemas que se encuentren. La formación ha sido uno de estos apoyos. Por eso, les asisten en temas como el marketing, en atraer a clientes, o en mejorar las cartas de los restaurantes. “Si ayudamos el sector va al alza y todos ganamos”.

También quieren ampliar estos servicios a otros países en los que la marca Gallina Blanca ya está asentada. GB Food Service ya tiene una presencia importante en Italia, con una estructura propia. También esperan crear sus propios equipos en Rusia, Países Bajos e incluso África. “Empezaremos por el Magreb y aunque todavía es pequeño, tiene mucho potencial”, avanza Bosch.

La adaptación de los productos de Gallina Blanca al canal de la hostelería se traduce también en una innovación específica. Los principales cambios están enfocados a la eliminación de alérgenos. “Hay que estar concienciados, especialmente con hospitales y comedores escolares, porque ahora hay preocupaciones que hace 10 años eran inconcebibles”. E igual que tienen que adaptarse los productos, también es básico su distribución. Por ello, intentan ubicarlos en el AVE o en los aviones. Prueba de esto es el éxito que ha tenido el Yatekomo entre el público joven y la necesidad de “eat on the go”.

Bosch concluye que “tenemos mucho recorrido en España y en el extranjero”, aunque solo se plantean crecer siempre de la mano de la evolución que tengan la hostelería y el turismo. “La hostelería ha seguido existiendo durante la crisis y volverá a estar como antes porque está en nuestro ADN”.

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