Mientras no llegue el soterramiento de la red ferroviaria que divide L’Hospitalet en diferentes facciones, la ciudad seguirá sufriendo las consecuencias derivadas. A nivel macro económico, por representar un impedimento para el desarrollo económico de la segunda ciudad más importante de Cataluña; y bando a lo concreto, incluso, en materia de higiene. El Pleno municipal de enero de L’Hospitalet aprobó -con la única abstención del Partido Popular-, una moción de Ciutadans que reclama a Adif una mayor limpieza de los entornos ferroviarios. En concreto, se refiere a las calles de Terra Baixa y del Canigó y a la Avenida Vilafranca, donde la situación había llegado a ser insostenible, como también la ciudadanía había denunciado.
El texto insta al gestor ferroviario a “realizar las labores de limpieza y acondicionamiento de las vías para que desaparezca la problemática derivada de la suciedad de las mismas”. Además, se advierte a Adif de la posibilidad de aplicar multas en caso de incumplimiento: “Transcurrido el plazo que se haya determinada para realizar dichas labores, el Ayuntamiento ejecutará subsidiariamente las medidas necesarias para el mantenimiento de las vías, con cargo al titular de las mismas”, y continúa. “Advertir, asimismo, a Adif que, en el supuesto incumplimiento del requerimiento realizado, se estudiará la procedencia de imponer las correspondientes multas coercitivas hasta que dé cumplimiento a lo ordenado”.
Por otro lado, la moción recoge también la necesidad de trasladar el actual semáforo y llevarlo a una zona con menos viviendas para reducir las molestias a los vecinos de la zona. La alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, volvía a pedir el soterramiento de las vías –que solventaría este y muchos problemas más- y hablaba, incluso, de indignación, precisamente, porque la ministra en funciones conoce la situación y la problemática: “Estamos indignados porque Adif no hace lo que le toca, que es limpiar esta zona, que es de su propiedad. Si no lo arreglan pronto y hace falta ir por otra vía más traumática, lo haremos. De momento, esperaremos a ver si hay efectivamente un cambio de Gobierno del Estado y volvemos a reclamar el soterramiento de las vías de Renfe a su paso por L’Hospitalet, que no es otra cosa que el cumplimiento del acuerdo ya firmado entre Ayuntamiento y Fomento.
La situación abre, de nuevo, una guerra entre el consistorio y el gestor ferroviario después de que en verano protagonizarán un rifirrafe, precisamente, por las molestias a los vecinos que ocasionaban unas obras de mantenimiento de la red realizadas en horario nocturno. El Ayuntamiento obligó, con la presencia de la Guardia Urbana a paralizar las obras, lo que derivó en una respuesta inmediata de Adif. Por la mañana siguiente los trenes circulaban a una velocidad reducida por precaución, según el gestor ferroviario, porque no se pudieron realizar las obras, ocasionando las afectaciones consecuentes en la red y en los usuarios.
Contra la contaminación
El tema de portada de este mes de El Llobregat pone de relieve la necesidad de abordar, de una vez por todas, la cuestión medioambiental, un tema que no es de futuro si no de absoluto presente. El tema no puede estar de mayor actualidad tras el año más cálido registrado, tras casi 90 días sin llover en Barcelona y su área metropolitana y con este invierno inusual. Las instituciones, en este sentido, parece que quieren dar un paso al frente: por un lado, el AMB presentaba el plan de crear zonas restringidas para vehículos muy contaminantes, mientras que, por otro lado, el Govern de la Generalitat presentaba el primer proyecto de ley de la era Puigdemón centrada exclusivamente en el cambio climático y, en la cual, se recoge como medida destacada un impuesto para los vehículos que más polución generan.
En este sentido, a nivel municipal, L’Hospitalet aprobó dos mociones presentadas por la coalición de izquierdas de ICV.EUiA-Pirates: una, en defensa de la calidad del aire y contra el fraude de las emisiones de gases, además de una mayor planificación de la movilidad; y, dos, un texto que pedía convertir L’Hospitalet en una ciudad libre de glifosato.
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