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Un food truck de comida vegana, pendiente de la autorización del Consorcio del parque de Collserola

Un food truck de comida vegana, pendiente de la autorización del Consorcio del parque de Collserola

Por Dayana García Blas
miércoles 16 de marzo de 2016, 05:31h
Veganair se instaló dos fines de semana en el lado de Sant Just Desvern de la Plaza Mireia de Esplugues, donde comienza el Camí de les Aigues, una zona de peregrinación de deportistas del Baix Llobregat

Desde que el primer remolque de comida vegana y crudivegana de España, Veganair, se instaló el 13 de febrero en la zona de Sant Just Desvern en la Plaza Mireia, se han sucedido una serie de despropósitos y una renovación en la cúpula del patronato del parque de Collserola. El food truck se ubicó a las puertas del parque porque es una zona de equipamiento natural y deportivo en la que “nuestra actividad puede tener un sentido”, apunta Mar Perearnau, propietaria de Veganair.

Los problemas surgen cuando el Ayuntamiento de Sant Just Desvern, cuyo alcalde era hasta marzo el vicepresidente ejecutivo del patronato del marque, alega que el remolque no está autorizado para llevar a cabo dicha actividad de restauración y que el aval, en todo caso, debe otorgarlo el Consorcio del parque de Collserola. Perearnau responde a la negativa que la solicitud de vía pública solicitada a principios de febrero y el pago de las tasas reglamentarias, autorizan perfectamente la venta de productos veganos.

“No se puede realizar la actividad”
Los problemas para esta alternativa natural de alimentación siguen cuando Venair debe notificar su actividad al Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola, que acaba de renovar su junta con Ada Colau de presidenta y la alcaldesa de Esplugues, Pilar Díaz, de vicepresidenta ejecutiva. De momento, hasta que se comunique la petición de Venair, “no se puede realizar la actividad”, lamenta Perearnau. La propietaria del food truck, que simula ser el Airbus A318 Amelia Earhart en honor a la primera mujer piloto que cruzó el Atlántico, detalla que, aunque ahora están inactivos, “es indiscutible que nos han dado la ocupación de vía pública, de hecho nos acompañó la policía a ubicarnos”.

“El consistorio de Sant Just Desven no nos ha dado un no rotundo porque estamos pendientes de entrevistarnos con el gerente del parque de Collserola para explicarle el proyecto”, afirma la joven emprendedora, recordando que “no ocupamos el parque”, sino un espacio de aparcamiento en la plaza Mireia. Según Mar Perearnau, la Guardia Urbana, con la declaración responsable del inicio de la actividad, “me indico dónde podía ubicarme y no nos puso impedimento alguno”.

Decisión en manos del parque
Fuentes del Ayuntamiento de Sant Just Desvern insisten en que Veganair “está dentro del ámbito del parque de Collserola” y que, por tanto “el consistorio solicitó el informe correspondiente al Consorcio del parque, ya que el Ayuntamiento no puede autorizar este tipo de actividades sin el permiso del Consorcio”.

“Nosotros hemos indagado y el Ayuntamiento sigue dándole vueltas a nuestros papeles”, constata la propietaria del remolque. Perearnau aclara que Veganair “no le hace competencia a Espai Mireia (un bar convencional situado enfrente) y va en sintonía con la actividad lúdica del parque”. El dueño de Espai Mireia jamás ha presentado una queja sobre el food truck”, asegura la emprendedora.

Productos frescos, de proximidad
Veganair ofrece productos frescos, libres de pesticidas y 100% naturales. La carta se compone de platos elaborados para el vegano nato y para el principiante en veganismo que desea darse un capricho saludable. El coco de Tailandia es el producto estrella porque favorece el sistema nervioso y regula la presión arterial. El menú también consta de batidos y zumos naturales, prensados en frío; bols de açaí con superalimentos, parfaits; yogur de coco; tapas como hummus con crudités; espaguetis de calabacín con salsa tzatziki; y barritas energéticas crudiveganas, cuyos ingredientes no superan los 42 grados de cocinado.

Mar Perearnau, vegetariana desde los 12 años y vegana desde 2012, ideó este remolque porque es “más económico” que abrir un bar. El food truck cuenta con una nevera, un congelador, pequeños electrodomésticos y conexión de electricidad, agua corriente y desagüe. Y no tiene cocina. Por motivos éticos y morales, “no tenemos nada de fritos y alcohol, ni tampoco ningún producto animal o derivado que contenga lactosa, huevo, azúcar, soja, gluten o conservantes” apostilla Perearnau.

El objetivo de Mar es tener una ubicación estable. Los aeropuertos son otros emplazamientos interesantes para ubicar el food truck, un remolque que ocupa 6 m2 y que ofrece una alimentación sana que huye de los alimentos “nocivos” para los humanos. III

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