Allá por donde ha rodado, ha triunfado. En el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt, Dubai, Ginebra y, por supuesto, en España. De hecho, el nuevo Alfa Romeo Giulia ha sido uno de los modelos ganadores del prestigioso certamen ‘Best Cars’ de 2016 que se ha celebrado recientemente en Madrid y que le ha erigido como uno de los modelos con la mejor berlina deportiva del mundo.
Esto es gracias al perfecto equilibrio entre legado, velocidad y belleza que, de nuevo, logra Alfa Romeo, máxima expresión del estilo italiano en el mundo de la automoción. El nuevo Giulia no es una excepción.
En concreto, las proporciones se basan en la arquitectura técnica del coche entero: para Alfa Romeo los elementos clave son el equilibrio del peso y la tracción trasera. Con el fin de repartir los pesos a la perfección, el motor y las piezas mecánicas se disponen entre los dos ejes. Esta es la razón por la que el modelo Giulia tiene voladizos muy cortos, un capó y guardabarros delanteros largos, un habitáculo desplazado hacia atrás y asentado sobre las ruedas motrices y guardabarros traseros musculosos que visualmente marcan el punto en el que la potencia se libera en la carretera. Todo esto se traduce en una batalla muy generosa, la más larga de su categoría, contenida en una de las carrocerías más compactas. Estas proporciones dibujan la forma dinámica de una elipsis en la vista de planta. Además, los ángulos redondeados y los montantes envolventes transmiten dinamismo al coche, creando un perfil con forma de gota que evoca en cierta manera al Giulietta Sprint, uno de los coches más bellos jamás creados.
Un segundo aspecto del estilo italiano es la “sencillez” que esconde lo que de hecho es uno de los procesos creativos más complejos del sector: diseñar un automóvil. En realidad, se trata de ocultar el largo y complejo trabajo que se encuentra tras una línea simple y natural que resalta la elegancia de las formas y el sofisticado gusto italiano. El diseño de Alfa Romeo siempre se ha expresado mediante líneas limpias y fluidas. Por esta razón, el nuevo Giulia presume de una gran personalidad dibujada en unos pocos trazos: una línea hundida en los laterales que marca las puertas y envuelve las manillas y, naturalmente, el legendario morro trilobulado, posiblemente el elemento de estilo más famoso y reconocible de la historia de la automoción. Finalmente, el estilo italiano se caracteriza por el acabado de alta calidad de sus superficies, que significa crear reflejos ricos y armoniosos a través de los volúmenes. El resultado final es el nuevo Giulia, una forma escultural que recuerda a un gran felino a punto de saltar.
‘La grande bellezza’
La misma inspiración se encuentra en el interior del vehículo. Todo es limpio, esencial y gira en torno al conductor, como los mandos agrupados en el pequeño volante, diseñado para adaptarse a todos los estilos de conducción. Y eso no es todo. La posición del conductor se ha “cortado” como una tela, con el túnel diagonal, el salpicadero ligeramente ondulado y los instrumentos orientados hacia el conductor, lo que produce la impresión de un traje hecho a medida con mimo artesanal y materiales de primera calidad, elegidos por el placer visual y táctil que suponen y montados para hacer visible la mano humana. III
