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El retorno del horario
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El retorno del horario

Blog de una Bachiller - Por Estela Montserrat, de 16 años y estudiante de Primero de Bachillerato en el IES Marianao (Sant Boi)

martes 12 de septiembre de 2017, 09:16h
Dejando la crema solar a un lado, miramos el calendario y nos damos cuenta que estamos a escasos días de entrar en esa temida vuelta a clases. Jóvenes que no hacen nada, que trabajan o que estudian. Pero los que más atemorizados parecemos estar somos los que nos enfrentamos a etapas académicas nuevas. Cada alumno lo toma de una manera diferente, dependiendo del grado de dificultad de aquello que se dispone a estudiar. Es un cóctel de emociones, tanto preocupantes como asombrosas, tan buenas como malas.

El miedo a deshacernos poco a poco de nuestra vida social, por ejemplo. Se acabó lo de salir todos los días con las amistades, a centros comerciales, playas, piscinas, o a vacaciones familiares… Pero si somos positivos, pensamos que de aquí a menos de un año todo esto volverá. Quizá no podremos descubrir lugares, pero siempre podremos verlos en las ilustraciones de los libros.

Para unos es bien recibida la llegada del frío; mas para otros será molesto dejar las camisetas de manga corta en el fondo del armario para sustituirlas por un abrigo. Aunque en mi humilde opinión, debo decir que no hay nada más reconfortante que una bebida caliente acompañada de mantas y un buen libro.

También se ve afectado tu horario, ya que al dedicar horas al estudio pierdes tiempo para tu propio disfrute. Entre estudios, extraescolares, quehaceres, etc. nuestro horario diurno acaba ocupando la noche, quitándonos así horas para dormir, cosa que afecta nuestro rendimiento escolar. No olvidemos la inevitable presión familiar. Es molesta, pero se preocupan porque podamos alcanzar nuestras metas.

La bondad de la presión

No siempre es mala la presión, siempre que no llegue a límites excesivos. Siempre tendremos la posibilidad de cambiar nuestro camino en caso de que nos veamos abrumados; podremos empezar otro bachillerato, un ciclo o incluso un trabajo. No por estudiar una cosa o hacer otra vas a ser alguien desgraciado en la vida.

Nos reencontramos con esas amistades que no hemos visto en todo el verano, pero nada ha cambiado y los chismes fluyen hasta que te topas con esa persona con la que tienes una mala relación y tu ‘’enemigo’’ te reta a un duelo de miradas. Pero realmente nuestro verdadero enemigo es la dejadez, vagancia o pereza.

Motivación, la clave

La aparición de nuevas asignaturas es emocionante, adentrarnos en nuevos temarios y prácticas… Cada materia es mejor o peor vista dependiendo del profesor y como imparta sus clases. La motivación que transmitan es importante para que los alumnos nos llenemos de ganas y veamos el camino menos obstaculizado.

Nos preparan para la selectividad con palabras mayores, haciendo clara su dificultad y aconsejando estudiar todas las horas posibles. Lo más aconsejable es no es estudiar en el último momento, sino empezar desde el primer día. Tras analizar todos estos puntos sólo podemos concluir que debemos llevar esta etapa de nuestras vidas con realismo, positividad, fuerza y ánimos.

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