Las incineraciones superan a las inhumaciones en el Baix Llobregat y uno de cada cuatro funerales son laicos

El cristianismo hizo prevaler la inhumación, pero desde tiempos inmemoriales la incineración había sido una práctica funeraria muy extendida. El año 1963 el papa Pablo VI autoriza la incineración, siempre que no sea escogida por motivos contrarios a la fe cristiana. Desde entonces esta práctica funeraria ha ido en aumento, hasta superar en ocasiones a la tradicional inhumación. Este es el caso del Baix Llobregat, donde en el último año el 55% de los servicios funerarios prestados por Àltima, empresa con fuerte presencia en la comarca, han sido incineraciones. Se trata de un aumento del 3% respecto al año pasado, cosa que confirma la tendencia creciente en este sentido.

De hecho, siempre según datos de Àltima, la cremación mantiene un aumento anual de casi un 9,4% en Cataluña, una cifra que llega al 10,55% en el caso de la empresa. "La incineración es una demanda que acabará estabilizándose alrededor del 60% en los próximos 10 años en los principales cascos urbanos de Cataluña", explica el director del área de cementerios de Àltima, Joan Ventura, que considera, por este motivo, que los camposantos "han de adaptarse y dar respuesta a esta tendencia, garantizando una gestión controlada y sostenible de las cenizas", añade.

En este sentido, Àltima destaca algunos proyectos novedosos que ha llevado a cabo, como las propuestas de 'El Camí del Bosc' en el cementerio de Roques Blanques, en El Papiol, o el 'Jardí de les roselles', en el cementerio dels Pruelles, Sitges. En esta línea, la compañía destaca que el 77% de sus clientes optaron por ataúdes sin elementos contaminantes y un 40% por urnas biodegradables.

Uno de cada cuatro funerales en la comarca son laicos

La compañía ofrece también datos sobre la tipología de funerales. Pese a que las ceremonias católicas siguen siendo las más numerosas -el 76% del total-, los funerales laicos representan ya un 24% de los servicios que presta Àltima en la comarca. Las familias, cada vez más, optan por adaptar la ceremonia de despedida a su ser querido con sus preferencias. Además, el número de personas que piden un servicio de planificación anticipada de los servicios funerarios ha crecido en el último año un 10%, especialmente entre los mayores de 70 años.