De las balas de Rañé, a la ropa de marca de saldo
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Los viejos del lugar todavía recuerdan la rueda de prensa de presentación del que tenía que ser el Parque Aeroespacial y de la Movilidad de Catalunya. El entonces conseller de Treball i Industria Josep Maria Rañé no tuvo problemas en anunciar que allí se fabricarían balas. Porque, dentro de esa industria de la que Catalunya quería ser líder -como de otras muchas- también se tocan productos armamentísticos.
El parque quedó constituido en consorcio, aunque no acabó de convencer a la industria que tenía que atraer. Toulose queda muy cerca; de por sí es un gran polo del sector aeroespacial; y algunas de las empresas especializadas que podían haber recalado allí se quejaban del precio de las parcelas que se les ofrecía. Quedó vacío un espacio estratégico que, justo en plena crisis, está viviendo su mejor momento: Está bien conectado: por carretera, cerca del puerto y del aeropuerto; pero también con fibra óptica, de la de verdad, y cuya red ha creado el propio consistorio.
La crisis, si se juegan bien las cartas, puede jugar a favor de las ciudades metropolitanas frente a la gran urbe, en este caso, Barcelona. Pero, además, cuando este tipo de áreas están evolucionadas tienden a consolidar múltiples centros frente al único que ha existido históricamente. ¿Cuál es la posición de Viladecans? Por ahora muy buena, porque esas grandes empresas han comenzado a llegar porque queda suelo, de hecho, abunda; en parte, porque allí donde no se podían hacer pisos no se hicieron. Ni durante la reciente burbuja; ni durante la especulación de la época franquista, la de los años 60 y 70.
Curiosamente, en este último caso, porque Viladecans quedaba muy lejos de todo. Ahora, queda cerca de todo... Las cartas son buenas. Pero también hay que saber jugarlas.
Si (
No(
