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Lo que podría hacer Sant Boi para incentivar el comercio local

miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Si damos como válida la premisa del poeta José Manuel Cabellero Bonald, que “somos el tiempo que nos queda”, es probable que nuestra ciudad, de la misma forma que nuestro país, se este convirtiendo en un ente sin futuro.
Quizá simplemente es el resumen afirmativo de una realidad. Sant Boi tiene el triste honor de ser la segunda ciudad con más paro del Baix Llobregat, tal como reflejan los últimos datos del Observatorio Comarcal. Este ranking sitúa como primera a Sant Vicenç dels Horts, el municipio del que es alcalde Oriol Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Vamos apañados. Pero nuestra autocrítica tiene más sentido cuando analizamos que Sant Boi cuenta con una de las zonas industriales más importantes del área metropolitana y goza de una situación estratégica que pocas otras pueden comparar. En el artículo anterior hablaba de lo que no hacía Sant Boi para incentivar la economía y el empleo local. Hoy lo haré a la inversa, en clave comercial y positiva, dibujando a grandes trazos nuestra postura. Siempre he creído que necesitamos una nueva planificación comercial que se integre en el modelo que queremos. Hay que dejar atrás la improvisación que el PSC e ICV llevan aplicando desde que gobiernan. Hay que regular la distancias entre actividades comerciales para evitar la concentración de negocios o sectorización. Tendríamos que destacar las cualidades del comercio como una fuente continua de ocupación y actividad económica, como así lo demuestra que en materia de empleo dependamos en 1/3 de ello. No puedo dejar de recordar que bajo gobiernos del PSC se ha poblado nuestra comarca de centros comerciales, olvidando de forma reiterada el comercio urbano de proximidad o la busqueda de inversiones industriales que puedan generar empleo más cualificado. La promoción económica, el urbanismo – caótico en el factor comercial –, la educación y los barrios han de trabajar de forma transversal y facilitar el impulso económico. La economía no puede ser vista como un factor único y monetario, o lo que es peor, esperar milagros exteriores o creerse que todo es fruto del contexto de crisis recordando la frase derrotista e inusual del Alcalde Jaume Bosch “poco podemos hacer”. Menudo director de orquesta. Tenemos que frenar la creación de polígonos terciarios de grandes dimensiones, para asegurar la permanencia de nuestro comercios. No podemos seguir ampliando la zona del Alcampo, mientras se muere el corazón comercial urbano. Potenciar la creación de campañas educativas para provocar cambios de hábitos de consumo, con el objetivo de seguir potenciando un lujo del que pocos municipios pueden presumir, como es la alimentación de proximidad que nos ofrece el parque agrario. Reformular el urbanismo caótico instaurado. Las zonas comerciales de Francesc Macià o Luís Pascual Roca, por ejemplo, no son fruto de una planificación adecuada, sino de la voluntad de los comerciantes, en una zona poco adaptada para ello. Dentro de los incentivos fiscales tendríamos que bonificar la ocupación de locales vacíos por medio de las ordenanzas municipales. Subvencionar las cuotas de la seguridad social durante un año a nuevos trabajadores del municipio contratados por empresas de aquí durante un año. Esto ya ha sido puesto en práctica en otros Ayuntamientos como el de Esplugues de Llobregat. Aumentar la compañía de profesionales a los emprendedores fomentando así el comercio especializado. Y adaptar una nueva directiva de servicios que requiera más inspecciones para atajar la competencia desleal que tanto daño hace al comercio tradicional. Son pequeños rasgos, de grandes propósitos, que tienen como objetivo mejorar nuestra ciudad. Somos una alternativa que construye en positivo con argumentos.||
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