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DOSSIER DE TRANSPARENCIA: ¿CUÁNTO TE CUESTA MANTENER TU AYUNTAMIENTO? - CASTELLDEFELS

El cambio de color en la alcaldía deriva en un ‘tijeretazo’ del gasto de casi 30 millones de euros

El cambio de color en la alcaldía deriva en un ‘tijeretazo’ del gasto de casi 30 millones de euros

martes 21 de octubre de 2014, 21:48h
Las Inversiones desaparecen, prácticamente, con una caída de 24 millones de euros en apenas dos años. Pese a recuperar el nivel de ingresos en 2012, el gobierno popular aplicó un nuevo recorte del gasto
Es la ciudad del litoral más alejada de Barcelona, la puerta de poniente del sur del Baix Llobregat y, seguramente, el destino comarcal por antonomasia desde que la década de los ’50 consolidara a Castelldefels como atractivo turístico de los burgueses de la gran ciudad.

Su playa hace de ventana al mar de todo el municipio y es considerada una de las mejores a todos los niveles geográficos, reconocida con bandera azul durante años (este 2014 perdió el reconocimiento). Ancha y con la arena fina característica de la zona, invita a la relajación, al descanso y a la paz veraniega. Paz que, sin duda, no define la última legislatura municipal. Castelldefels es el único municipio con un alcalde del Partido Popular, tras una coalición inicial con Convergència i Unió que rompió la deriva soberanista autonómica. Así, la ciudad ha sucumbido en una crisis política que se alargará hasta este final de legislatura, ahora cercano. Crisis política que va en paralelo de una evolución económica marcada por las curvas descendentes que, pese a mantener el superávit, han desinflado importantes categorías del gasto municipal.
Castelldefels gasta 27 millones menos

El Dossier de Transparencia de este número, análisis del balance presupuestario entre los años 2010 y 2012, llega a Castelldefels, una de las pocas ciudades que en 2011 experimentó –tras las elecciones municipales- un cambio de color en el gobierno local. Un cambio de color, además, significativo porque acabó con la hegemonía socialista en la alcaldía, partido que gobernaba desde el inicio de la democracia.

La transición de poderes, sin embargo, no ha afectado, en primer lugar, al superávit corriente (resultado positivo de la liquidación de ingresos y gastos corrientes) que se ha mantenido intratable, sorprendentemente idéntico pese al giro de rumbo del nuevo gobierno local: 11.752.965 euros en 2010, 11.099.717 euros en 2011 y 11.529.962 euros en 2012. Un superávit corriente (no incluye inversiones) ligeramente inferior a los municipios de similar tamaño, pero que, en cambio, sube la media provincial como se aprecia en los valores per cápita: a cada casteldefelense le corresponde de beneficio, tras el cierre del ejercicio de 2012, poco más de 183 euros, mientras que los municipios de entre 50.000 y 100.000 habitantes suelen cerrar con 208’1 euros. La media provincial, por su parte, es de 124’1 euros por ciudadano.

Sería esta, prácticamente, la única categoría que mantiene los valores. El resto ha tomado una deriva descendiente de manera generalizada como demuestra la categoría de gastos totales. Castelldefels ha gastado 27 millones menos en dos años, pasando de 80.245.900 euros en 2010 a 53.237.045 euros en 2012, como se aprecia en la tabla. En 2011, el descenso es paralelo a una reducción de los ingresos –provocados fundamentalmente por la caída de los préstamos para inversiones-; sin embargo, en 2012 se recuperan los niveles de ingresos de 2010 y, en cambio, el gasto municipal vuelve a caer significativamente.

Salir del túnel sin inversión
La pronunciada caída va de la mano de las inversiones que, prácticamente, desaparecen. Castelldefels pasa de invertir -en distintas actuaciones- un total de 27.097.399 euros en 2010 a poco más de 9 millones de euros en 2011 y a cerrar 2012 con una inversión real de poco más de tres millones de euros. Para que nos hagamos una idea, los municipios del tamaño de la ciudad de Castelldefels gastaron, en ese 2012, casi el triple: per cápita, 49’1 euros por cada casteldefelense frente a los 135 euros de media del resto.

Ante esta situación, de la misma manera que se puede plantear el debate de si era necesario tal recorte drástico del gobierno conservador municipal en inversiones reales, se puede plantear si era desmesurado el gasto del gobierno socialista. “Nunca han sido excesivas las inversiones en nuestra ciudad. Simplemente han sido las necesarias para poder dar respuesta a la demanda de muchos ciudadanos. Inversión que, sin lugar a dudas, se ha visto completamente paralizada durante este mandato en que gobierna la ciudad el PP”, defiende la portavoz del grupo municipal del PSC y alcaldable para las municipales de 2015, María Miranda. Al cierre de la edición, no hemos recibido respuesta por parte del grupo popular. En este sentido, cabe precisar que si a los datos de superávit corriente añadimos conceptos como ‘Gastos de capital: inversiones y transferencias de capital’ y ‘Gastos de activos y pasivos financieros’ vemos como Castelldefels cerró con un déficit de más de 12 millones el ejercicio de 2010, mientras que el Partido Popular consiguió cerrar en 2012, precisamente, con un superávit de 12 millones.

Con estos datos, en donde parece haberse perdido el equilibrio en todos los años y ambos colores del croma político, el otro debate que puede suscitar tal recorte es si es posible salir del bache económico con tal socavón en la partida de inversiones reales. Pese a que parece imprescindible para generar actividad económica, ha sido la categoría a la que, en primer lugar, se le ha metido un hachazo, como hemos visto en anteriores ‘Dossiers’ de Transparencia.

El otro gran damnificado
Es la otra pronunciada línea roja del consistorio. La partida en Servicios Públicos Básicos; es decir, los gastos en seguridad y movilidad ciudadana, vivienda y urbanismo, bienestar comunitario y medio ambiente pasa de más de 41 millones de euros en 2010 a menos de 20 en 2012.

Se pierde por el camino la mitad del dinero en este programa municipal y, nuevamente, parece exagerado según la comparativa con los municipios similares a Castelldefels: Castelldefels gastó, per cápita, 310 euros en 2012, mientras que el resto tiene una media de 454 euros por ciudadano. “El actual recorte de servicios públicos básicos es excesivo, aunque no puede sorprender porque obedece a esta filosofía neoliberal de la que tanta gala ha hecho este equipo de gobierno conformado por el PP y el AVVIC (Asociación de Vecinas y Vecinos Independientes de Castelldefels)”, critica Maria Miranda; y añade: “Quien nunca ha creído en los servicios públicos, difícilmente puede apostar por mantenerlos”.

De hecho, en casi todos los programas, Castelldefels se encuentra por debajo de la media de los municipios que como él tienen entre 50.000 y 100.000 habitantes: gastos en actuaciones de protección y promoción social; gastos en producción de bienes públicos de carácter preferente y gastos en actuaciones de carácter económico. Por otro lado, Castelldefels gasta ligeramente más que el resto en el apartado de ‘Gastos en actuaciones de carácter general’, que son las partidas de subáreas como órganos de gobierno, servicios de carácter general, administración financiera y tributaria y transferencias a otras administraciones públicas.

Indirectos simbólicos
Hoy en día es habitual que la financiación de los consistorios esté más ligada a los impuestos directos (IBI, IAE, de vehículos, sobre plusvalias…) y a las tasas y no tanto a los indirectos (IVA, alcohol, cerveza, tabaco, gasolina, cesión del IRPF…). También en Castelldefels se ha pronunciado esta tendencia y los directos han pasado a representar casi la mitad de los ingresos totales del Ayuntamiento, recaudando 31.194.590 euros en 2012, algo más de tres millones de euros respecto a 2010. Cantidad que cae de las tasas como si vasos comunicantes fueran: los casteldefelenses pagan tres millones menos en tasas en este mismo periodo de dos años (2010-2012).

En medio, los impuestos indirectos –competencia del Estado- siguen en parámetros muy bajos, ínfimos para una ciudad como Castelldefels. Es cierto que con la crisis, los impuestos indirectos han caído de manera notable y el Estado, por tanto, aporta menos cantidad. Igualmente, los niveles siguen siendo bajos: en 2012 solo recaudaron 329.093 euros, mientras que, por ejemplo, Cornellà (la ciudad con más población de la comarca) se embolsó 1.674.516 euros. Más palpable es la diferencia en años anteriores, en los que Castelldefels no llegaba a 700.000 euros, mientras que Cornellà recibía más de 2’2 millones en 2010 y más de 3’2 millones de euros en 2011.

La guerra de los porcentajes
Pocos debates electorales se realizan en España y, cuando se dan, suelen estar tan pactados y limitados que acaban siendo paquetes propagandísticos de los partidos participantes. En estos es habitual que los cabeza de lista quieran probar sus argumentos con datos, con gráficos, con barras de colores de su partido y del contrario; datos que, a la vez, son contra-argumentados con más datos y más gráficos con los colores invertidos ofreciendo una batalla dialéctica entre números que roza el absurdo. Es la guerra de los datos que permite jugar, por ejemplo, con los valores absolutos y los valores porcentuales.

Analizando el capítulo de gastos vemos como disminuyen partidas destacables como las correspondientes a ‘Gastos en Personal’ o a ‘Bienes Corrientes y Servicios’. No obstante, debido a la reducción del presupuesto total, las partidas absolutas (es decir, el dinero que realmente se destina) representa un valor porcentual más elevado: el gasto en personal pasa a ocupar del 26 al 35% del gasto total, mientras que ‘bienes corrientes y servicios’ pasa del 29 al 42%. El resto de partidas de este apartado relacionadas con gastos financieros, básicamente, con excepción de las Inversiones que ya hemos analizado, experimentan un repunte en 2011 para volver a caer en 2012.

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