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'Los sueldos son altos y las capacitaciones escasas”

"Los sueldos son altos y las capacitaciones escasas”

Por Lluis M Estruch
martes 20 de enero de 2015, 21:21h
Conversación ciudadana con Olga Puertas, ex concejal del Partido Popular en Sant Boi
Era un secreto a voces, Olga Puertas Balcell, ha materializado su desafección como concejala del grupo Popular local. Libre ya, explica el hecho y sus opiniones sobre la oposición última a 35 años de dominio socialista en Sant Boi. Economista, auditora, nacida en Vigo, gran viajera y con familia directa en casi toda España, considera que siendo de raíces liberales, se prestó al intento de los populares, de corregir el desvío de los gobiernos socialistas, abocados a la ruina. Piensa que a nivel local se ha fracasado.

—¿Por qué tras 35 años, dos generaciones, en Sant Boi aún predomina un socialismo en reflujo general, ineficaz en la solución de los problemas ciudadanos?
—Hay concejales y cargos que llevan desde los 18 años en el puesto y el clientelismo explica este hecho. Aunque la alianza con comunistas y en ocasiones con CIU y ERC, completan la explicación. Añadamos que el PP local no ha acertado con el tono municipalista adecuado, como sí ha ocurrido en Castelldefels y Badalona.

—Se habla de “casta” de profesionales de la política ¿Usted es o ha sido casta?
—En absoluto, los socialistas locales nos degradaron a 300 euros; soy hija tardía de un comerciante a quien un rival denunció en la guerra civil, mi padre era un moderado republicano y mi rama familiar navarra, le salvó de un grave final. La política siempre nos ha costado dinero y sinsabores, yo sigo la tradición.

—¿La casta local se merece el sueldo, están capacitados para sus puestos en general?
—Los sueldos son altos y las capacitaciones escasas en muchas ocasiones. Los resultados -mediocres- están en consonancia. Se favorecen las inercias y el quietismo, también los intereses concretos, no los generales. CORESSA y CLAUS son un grave ejemplo de ello.

—CORESSA y CLAUS salen ya, ¿son las dos empresas municipales las causantes de nuestros problemas presupuestarios?
—Sí, en buena parte. La recogida de basuras es privada en los grandes Ayuntamientos, mayormente, y no pierden tanto dinero. Así, están a la última en tecnología y reciclajes ecológicos: deben hacerlo bien, si no viene otro. Intente usted hacer esto con CORESSA, mire nuestras calles y compárelas con otros pueblos. ¡Pero tienen hasta gasolineras en Llicá de Valls…! CLAUSS intentó la promoción en plena burbuja inmobiliaria, ahora liquida sus pisos a mal precio o los alquila a gentes conflictivas. Ya solo sirve para dar crédito a CORESSA, que es un esperpento contable con pérdidas. La UE quiere la liquidación de las empresas municipales para evitar los trucos tipo CORESSA-CLAUS.

—¿Usted es auditora, recomendaría una auditoría en detalle de nuestras cuentas públicas y empresas anexas?
—Veo las ruinas del Ateneo desde el Carrilet y pienso en una auditoría que me encargaron algunos socios, la situación era ya muy grave, pero no hicieron ningún caso de mis avisos. Pienso que toda auditoría debe ser bien hecha, pero que debe haber una voluntad previa a través de un pacto, de atenderla y poner en práctica sus recomendaciones.

—¡Oh el Ateneo, los Ateneos! ¿Son válidos aún?
—En toda Cataluña y más allá: los Ateneos, Círculos y Casinos, están de baja. Se intenta mantenerlos con subsidios. Hace poco el CEC subastaba sus bienes y se trasladaba a un local más modesto, con sus 140 años de historia catalana en precario final. Tengo claro que el Ateneo es suelo municipal, que está en ruinas y entre sus ruinas “habitan” gentes. Recuerdo el drama mal resuelto del Béisbol, 4 niños muertos en un edificio mal hecho. ¿Esperan repetir la tragedia con okupas? No han escarmentado. Se han dado decenas de soluciones y proyectos. Sant Boi no tiene Teatro, el del Centro Católico se cae a trozos… ¿sabremos algún día qué pasa con él? Precisando, el Ateneo puede dar lugar al único y nuevo Teatro público, necesario para que atraiga gentes de fuera como en tiempos, su salón de baile. Además con el sobrante de espacio, mejorar la Plaza Ayuntamiento y enlazarla como zona de paseo con Can Torrents y las Termas y dando por fin a nuestra ciudad, un “skyline” decente y digno: no las ruinas y malezas del presente que avergüenzan a todos. En el mismo paquete, incluiría la reforma de la Galería Gater, una servidumbre de paso particular de la época franquista, por la que millares de santboyanos se arrastran, chocan y caen. Y donde los obstáculos en forma de carteles, mesas y embalajes proliferan para estrecharlo más. Tal vez su proximidad al Ayuntamiento explique tanta desidia.

—¿17% de paro y millares de personas agotando subsidios de tanto en tanto, se puede hacer algo para mejorar este cuadro?
—Desde el Ayuntamiento de Sant Boi, mucho ruido y pocas nueces, los polígonos industriales decaen en su ocupación, Firex una distribuidora nos cierra con 200 empleos perdidos… Para dar la vuelta, se deben mejorar y modernizar nuestros vetustos Polígonos y acogerlos al Plan Metropolitano de puesta a punto. Y mirar a Viladecans y al Prat; no hay que ir al Silicon Valley, no hace falta. Y dejarse de enredos con Estudios de Cine y los Urbanismos turbios del tipo Azkar. Comprarse una T-10 e irse a Sant Joan, Castelldefels, algunas de estas ciudades eran modelos “negativos” y hoy han mejorado por atraer inversiones y generar empleo.

—¿Ha viajado y residido en diversas ciudades, dónde cree que está la fuerza de Sant Boi?
—Nací en Vigo en el seno de una extensa familia, castellano-leonesa, paterna y catalano-navarra, materna. De ambas creo que he tomado algo. Las visitas y relaciones con todos ellos me han abierto la mente. He vivido y trabajado en Madrid, antes estudie en Ginebra y Londres. Ahora en Sant Boi. Pienso que esta ciudad suburbana, tiene su mayor atractivo en su reserva de suelo, en su conjunto hospitalario y en su proximidad a los aeropuertos y al puerto de Barcelona. Lo mejor está por llegar aún.

—¿Seguirá de cerca los asuntos públicos tras su salida del grupo popular?
—Seguro que sí, tengo dos hijas, y como muchas familias ahora, en el extranjero, me gustaría en su ausencia, sustituirlas para mejorar esta ciudad, donde hay cosas deficientes, que ellas critican y que son fáciles de mejorar. Por otra parte hay oposiciones resignadas, y yo no soy de estas. El grupo local de Ciudadanos me ha pedido colaboración y siento que en mi momento vital hay que recomenzar siempre, pero ligera de equipaje. Ciudadanos no tiene corrupción y su desarrollo es progresivo sin caer en la demagogia y el populismo tan caros a los “nuevos” en política.

—Ciudadanos tuvo representante hace 8 años y no repitió… ¿Ahora saldrán de nuevo?
—Así es, un solo representante obliga a mucho y desgasta a nivel personal. Creo que con el hartazgo actual de los grandes partidos, podríamos mejorar la marca. Piense en: los ERES, Gurtel, Pujol-Andorra, Mas-Liechtenstein y el diario de la gente normal, tan olvidado. Paro, seguro médico, atrasos a farmacias, delincuencia, no se resuelven con desfiles de banderas y antorchas. Ha fracasado el político profesional que ni justifica su sueldo. El déficit fiscal catalán no es un Barca-Madrid, como tampoco lo son los superávits vasco-navarros y conozco el tema de cerca. La política es el arte de lo posible, no del radicalismo y la tozudez que hacen imposibles los acuerdos de entrada. La lealtad a las leyes por otra parte es la base de la democracia moderna. Se sabe que Ciudadanos tiene una postura clara y desligada de intereses respecto al último debate autonómico, ya en escape libre.

A nivel local trataremos asuntos tabús en la ciudad sin prejuicios: desde las subvenciones y concesiones hasta la Seguridad, la inmigración ilegal, las ocupaciones de casas y huertos ilegales, junto a los caros servicios municipales y que un IBI alto no justifica.

—La noción de ciudadano esta olvidada y maltratada, casi es un acto de valor meritorio. ¿Es rentable, adoptar este calificativo para un Partido? ¿Es voluntarista ser afín a Ciudadanos?
—Como docente que he sido, he visto la destrucción y malos modales en colegios e institutos, también en el transporte público y espectáculos… Si tuviéramos en valor la noción del civismo, seríamos ya buenos ciudadanos, no súbditos rebeldes. En mi casa natal, usaban un tratamiento muy propio de la I y II Repúblicas, mi padre me llamaba entre bromas y veras “Ciudadana”. Son asociaciones así las que a veces despiertan tus recuerdos y simpatías. Ciudadana, sí, como en mi casa. III
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