Lo hace, además, con un disco grabado íntegramente en Barcelona en lugar de en Los Ángeles, cosa que le hace estar muy orgulloso de este trabajo que llega 16 años después de ‘Un reloj y una vela’, su primer disco.
Con la madurez del momento, Orozco (L’Hospitalet, 1972) ha reconocido que se puede permitir escoger entre lo que le gusta y le apetece hacer y lo que no. Y es que el tiempo es oro. Así, prefiere con este álbum que aboca al tiempo futuro, al destino, Orozco quiere recuperar las riendas del tiempo, ahora como padre, tras años de infinito trabajo y viajes de punta a punta del planeta. III