En el pleno municipal de L’Hospitalet del mes de junio se ha vivido un nuevo episodio del conflicto entre la nueva y la vieja política. En esta ocasión, el grupo municipal de Ciutadans ha presentado dos mociones orientadas a restablecer “los necesarios vínculos de confianza entre representantes y representados”, según ha indicado Miguel García, el portavoz de la formación naranja en L’Hospitalet.
En su primera moción, Ciutadans proponía la incompatibilidad de los cargos de concejal y diputado y la dedicación exclusiva de los alcaldes de más de 50.000 habitantes a su ayuntamiento. “No ser un alcalde con dedicación exclusiva al municipio es una falta de compromiso con los votantes que lo han elegido”, ha afirmado García durante su intervención en el pleno. Y ha añadido que “muchos ciudadanos consideran que la acumulación de cargos institucionales responde a un interés económico”, en clara alusión a la alcaldesa de L’Hospitalet, Núria Marín, a la que ya ha criticado en otras ocasiones por su dedicación exclusiva en la Diputación de Barcelona, donde gana 89.100 € al año, 15.600 € más de lo que ganaría como alcaldesa.
La moción salió rechazada con los votos en contra de PSC y ERC, cuyo portavoz también se había enfrentado ya a Miguel García debido a los reproches del portavoz de Ciutadans a su dedicación exclusiva en la Diputación, donde los emolumentos son más elevados.
La segunda moción proponía regular el uso de las tarjetas de aparcamiento gratuito en las áreas verdes y azules de la ciudad que disponen concejales, asesores y funcionarios del ayuntamiento. Ciutadans proponía limitar su uso para la prestación de un servicio público y evitar que al disponerse permanentemente pueda constituir un privilegio, mientras los ciudadanos tienen que pagar el estacionamiento. García ha anunciado que los concejales de Ciutadans “han renunciado a estas tarjetas por coherencia con el posicionamiento de la formación contra los privilegios políticos”.
Sólo han votado a favor de la moción los grupos municipales que entraron nuevos en las elecciones municipales de 2015, por lo que la moción ha sido rechazada. El inmovilismo, pues, se ha impuesto y ha frenado en L’Hospitalet de Llobregat estos intentos de regenerar la cuestionada clase política. IlI