Manuel Reyes

Despilfarro en Castelldefels

Manuel Reyes | Viernes 07 de diciembre de 2018
Se nota en el ambiente que las elecciones municipales están muy próximas. Calles levantadas, inauguraciones calculadas con pica-pica incluido para tratar de dar una imagen de gobierno amable y alegre, después de estar escondido durante casi cuatro años en los despachos dando la espalda al pueblo.

Ahora, en apenas 6 meses, se quiere tratar de hacer lo que no se ha hecho en toda la legislatura. El gobierno municipal se ha volcado en gastar dinero a mansalva. Hay que comprar el voto de los ciudadanos a cualquier precio porque así se creen los que mandan que repetirán en sus poltronas durante otro mandato más. Apalancarse en el poder por encima de todo.

Castelldefels es una ciudad cara, altos impuestos, vivienda de alquiler por las nubes (y comprada inalcanzable). Pero, sin embargo, tiene todavía muchas carencias y necesidades. Las calles sin urbanizar se cuenta por decenas. Lugares por donde no es posible caminar, bordillos levantados, hierbas sin cortar y mal mantenimiento general. Faltan alcantarillas, equipamientos públicos donde encontrarse los vecinos. Pero de lo que más carecemos es de un gobierno que se preocupe en resolver los problemas, en lugar de provocar nuevos.

Lamentable es la actuación del gobierno municipal que se gasta dos millones de euros en un carril bici en la avenida de la Pineda, cuando había alternativas mucho más baratas y que no impedían suprimir un carril de circulación que afecta a más de 5.000 coches diariamente. Al capítulo de gastos comienza a ser todo un despropósito. Unos 20.000 euros ha costado el reloj solar que se ha ubicado en el Paseo Marítimo. Otros tantos, 20.000, costó también allí el banco gigante. Suma y sigue. Y si hablamos de limpieza y recogida de basura, ya van casi 25 millones de euros en dos años. Un auténtico desmadre debido especialmente a la mala gestión en la remunicipalización del servicio. Errores de gran calado del gobierno local que durante muchos años tendremos que pagar todos los vecinos de Castelldefels.

Pero hay esperanza, hay ilusión por el cambio. Se respira en el ambiente. Nuevos tiempos están por llegar, y muy pronto tendremos ocasión de volver a recuperar el sentido común. ¡Hagamos nuestro el futuro!