Olga Puertas

La balsa

Viernes 09 de agosto de 2019

Usas el avión cada vez con más aprensión; una conjunción de huelgas, atentados y simples accidentes, te lleva a concentrarte en el esquema de evacuación que la OACI obliga a tener en los asientos a todas las compañías por cutres que sean. El dibujo reseña la variante de las balsas en caso de amaraje. Sobrevuelo el mar y el Delta llobregatense con sus -campos y tierras escalonadas- cada vez más ocupadas de bloques y casas de gentes, que la mayoría de las veces vienen a dormir tan sólo.



Sé que unas 700 licencias de construcción están ejecutándose en St. Boi, -el pueblo de Kiko Amat, del rugby y los manicomios-. Son viviendas que nacen por iniciativa particular: una pareja compara precios en Barcelona y decide comprar una casa vieja, derribarla y construir una nueva unifamiliar por un precio más razonable.

Es casi tendencia en una ciudad de escasa vivienda pública y de alquiler asequible, aunque sea la 2ª más pobre, de la comarca que sobrevuelo. Es también una ciudad de criterio laxo con los “okupas” un asunto que merece reparos a los inversores particulares. También es una ciudad que desdeña pasiva los 100.000 m2 de un cuartel inactivo en su centro urbano. Me consta que sus ocupantes desean irse.

Pero al igual que las setas pueden crecer tras las lluvias, en el caso de St. Boi se crece por presión ajena o por imitación de los vecinos. Sus movimientos lentos y torpes en los temas urbanístico, industrial e inversor, la relegan a un papel secundario y colista respecto a otras ciudades próximas; aunque tengan casi todas ellas, ahora, -alcaldesas socialistas con título superior y cierta experiencia de los asuntos públicos- que las lleva a mantener una sana competencia entre ellas.

¡Loado sea el momento de tanta conjunción de elementos para despegar!

Porque ahora al atisbar por la ventanilla para aterrizar, recuerdo que el Plan “Llevant” y el Polígono de “las Olivaretes” de Viladecans son un proyecto que de materializarse en un futuro próximo emparejará a Viladecans con St. Boi en población: 9.000 nuevos habitantes en 3.000 viviendas libres y VPO. Este proyecto permitirá enjuagar la mitad del déficit de VIMED, su empresa de vivienda.

El plan tiene hasta ahora la única oposición de ERC que desearía mejorarlo. El alcalde Ruiz saca un nuevo conejo de la chistera y presiona a su vecino St. Boi puesto que las “Olivaretes”, continúan más allá de las lindes de su demarcación: soto bosque, barracas, jabalíes, tejones, zorros… y hasta algún apicultor santboyano que maldice los incendios recientes, desde su casa de cota alta.

Abajo la central Redesa y el Tanatorio de Viladecans. A escasos metros ya, en St. Boi, unas modestas naves de transportistas, bloquean el desarrollo de la prevista carretera de enlace interior entre Viladecans-St.Boi-Sta. Coloma y St. Vicenç, tan necesaria para todos sus habitantes para mejorar la comunicación interior incluso por BUS, hoy una auténtica odisea.

Sé que el urbanismo es la “balsa” de salvación para muchos municipios, pero también que las balsas de salvamento en aviación se usan poco por suerte. Y que tanto en tierra como en aire las cautelas deben extremarse por sus consecuencias inmediatas.

Por cierto, he llegado al Prat y ya en su aeropuerto; 10 minutos después sé que mi maleta se ha extraviado.