Poco se imaginaba S.C.T., un transportista de Torrelles de Llobregat, que un viaje de placer con su esposa iba a acabar con una sentencia del Juzgado de Primera Instancia de Sant Boi casi 20 años después.En septiembre de 2002, el matrimonio se disponía a facturar las maletas en el aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat cuando un comercial les ofreció de forma gratuita y “sin compromisos”, la Tarjeta Citibank (ahora Wizink) recuerda S.C.T., de 45 años. Pero no era cierto. En realidad, le estaban endorsando de matute un plástico revolving, que escondía bajo la banda magnética un préstamo de interés abusivo. “No me explicaron la verdad”, rubrica el afectado.
El vecino de Torrelles -que prefiere proteger su identidad tras las siglas de su nombre- se olvidó del souvenir hasta que le hizo falta dinero. “Trabajo con un camión. Se estropeó y tuve que tirar de la tarjeta para pagar los 2.500 euros de la reparación. No tenía efectivo en ese momento”, rememora. Devolvió el dinero a final de ese mismo mes, pero volvió a necesitar una cantidad similar poco después “para tapar un agujero”. Ahí empezó su particular viacrucis financiero.
Sin piedad ninguna, inmediatamente empezaron a llegarle mensualmente a su cuenta bancaria cargos y más cargos por la tarjeta y por mucho que los abonara sin pestañear “la deuda no bajaba nunca. Había comisiones y recargos por todas partes. Era algo muy abusivo. Insoportable”, insiste. Acabó pagando el triple de la cantidad gastada, y eso que dio de baja la tarjeta.
Cuando dejaron de cobrarle, el afectado guardó el mal trago en un cajón. Hasta que un amigo le comentó que le había sucedido algo parecido, había demandado a la financiera y estaba pendiente del juicio. S.C.T no se lo pensó dos veces y contactó con la plataforma Recupera Revolving, que llevaron su caso ante la justicia. Hace solo unos meses, el Juzgado de Primera Instancia de Sant Boi ha sentenciado que Wizink abone al transportista 12.514 euros, incluidas las comisiones y los intereses cobrados de forma abusiva. “No sabía que había pagado tanto”, asegura.
El juez ha anulado el contrato de la tarjeta “por usura” y porque el “interés estipulado en el contrato (que alcanzó un 26,82% TAE) es notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”. El vecino de Torrelles no se conforma del todo con la sentencia porque, aunque le ha sido favorable, piensa que “las tarjetas revolving deberían estar prohibidas para que no haya más engaños. Deberían defenderse más los derechos de los consumidores y tendría que haber más control” sugiere. “Le pasa a alguien con poca capacidad económica y lo sume en la miseria”, asegura el demandante.
Con la razón de su parte, S.C.T. invita a todos los engañados con créditos similares a seguir sus pasos. “Cuando te pasa te sientes indefenso, porque no sabes de leyes, pero se acaba ganando. No se puede permitir que (las financieras) se salgan con la suya”, destaca. Pero por si las moscas, solo tiene una tarjeta de crédito emitida por su banco de confianza y que solo utiliza en el extranjero, en casos extremos y por trabajo.
La justicia europea confirma la nulidad de los créditos usurarios |