El Archivo Histórico Municipal de Sant Boi de Llobregat juntamente con el Museo de Sant Boi llevan a cabo el proyecto: “Can Dubler, memòries de seda i tex-ton”, con el objetivo de recuperar la memoria histórica de la que fue la principal industria local en número de trabajadores y trabajadoras en la ciudad.
La empresa Manufacturas Españolas Dubler, S.A estuvo implantada en Sant Boi desde hace ya un siglo hasta su quiebra, en la época de la crisis del textil y el petróleo. La fábrica fue un gran motor de la vida económica y social de la localidad y ahora, con el objetivo de homenajear al proletariado local y comarcal de la época, el Museo de Sant Boi prepara la exposición de Can Dubler, también conocida como “Les Sedes”, y pide a todos los ciudadanos que colaboren en el proyecto de recuperación de la memoria histórica, aportando testimonios y material.
Can Dubler nació en 1917, cuando el industrial suizo César Dubler Humbel se hizo con unos terrenos situados en el km 9 de la carretera de Santa Cruz de Calafell, la actual C-245. En lo que antes solo era campo agrícola, César Dubler instaló su industria, que quedaba al sur de Sant Boi. Tan solo dos años más tarde la industria textil comenzó su actividad, que contaba con varias secciones: telas engomadas, tintes, torzales de seda y rayón. Al inicio había más de 800 trabajadores, gran parte de la población de Sant Boi, teniendo en cuenta que el padrón de la época eran aproximadamente 8.000 habitantes.
La fábrica fue creciendo: empezó con 255 fusos, en 1922 ya tenía 500, en 1924 disponía de 641, y tras todas las ampliaciones progresivas, en 1933 contaba con 21.462 fusos para la seda, lo que indica la expansión exponencial de la industria. A lo largo de su historia, Can Dubler acogió a cerca de 5.500 personas, la mayoría de Sant Boi y pueblos cercanos como Viladecans, Gavà o Sant Climent. Gran parte de la plantilla eran mujeres, ya que la industrialización en Cataluña fue el punto de partida de la incorporación de las mujeres al mundo laboral, compaginándolo con las tareas del hogar. El papel de la mujer era clave en el textil, así como para el funcionamiento de Can Dubler.
Can Dubler, además del textil, diversificó su producción introduciendo una sección alimentaria para fabricar preparados para Malta Kneipp y el Grupo Tex-Ton, que eran unos cubos de sopa deshidratada. También se instaló un taller mecánico con tal de poder distribuir los productos fabricados.
En julio de 1936, cuando estalló la Guerra Civil, los propietarios y el equipo directivo de la empresa huyeron dejando a los trabajadores al mando. Estos formaron un Comité de control, que fue reconocido por la Generalitat de Catalunya como empresa colectivizada. En ese momento, a finales de 1936 y principios de 1937, la Dubler fue declarada industria de guerra, dedicada exclusivamente a la producción del Tex-ton, como producto alimentario de primera necesidad. Este tipo de sopa no tuvo problemas de suministro, dado que fue declarado de carácter prioritario. Sin embargo, el resto de la producción de la fábrica no corrió la misma suerte y escaseaba en materias primas. Como consecuencia, durante los años 40 hubo un recorte de plantilla y quedaron en la empresa alrededor de 670 trabajadores en dos turnos, uno de mañana y tardes con una hora de descanso para comer, y otro desde el mediodía hasta las diez de la noche con media hora para cenar, ambos de lunes a sábado.
Durante todo este tiempo se fabricaban engomados, se trabajaba la seda, y se blanqueaban, teñían, secaban, revisaban y estampaban piezas de ropa que posteriormente era seleccionada por los clientes. En la sección de alimentación, además del Tex-ton, se fabricaba también cremadina, que era como un flan se sobre. Finalmente había un taller de mecánica, uno de madera, una droguería, y las calderas que hacían funcionar la maquinaria gracias al carbón. Además de todo esto, en Can Dubler se editaba el boletín “Foc Nou”, una revista que informaba de las noticias de la época.
A pesar de que Can Dubler fue bombardeada, los daños fueron escasos y la vida fabril continuó durante muchos años, exactamente hasta 1973, cuando estalló la crisis del petróleo. A esta crisis se le sumaba la crisis del sector textil catalán, que ya llevaba un tiempo arrastrándose y llevó a la quiebra a un gran número de empresas, entre ellas Can Masellera o Can Güell, que cerraron en esos años. En aquel momento “Les Sedes” contaba con 596 trabajadores, pero en una situación económica precaria y sin liquidez, dadas las múltiples deudas que rondaban a la empresa. Por este motivo Can Dubler se declaró en quiebra, lo que afectó a aproximadamente 600 familias. Posteriormente se creó la Cooperativa Textil Santboiana, con un número de trabajadores más reducido y de la cual no hay información al respecto.
La industria era de grandes dimensiones. Actualmente no queda nada de la antigua fábrica y en la plaza Can Dubler, encontramos hoy en día el Parque Ciclista de Sant Boi. Aun así, Can Dubler ha dejado una gran herencia: el barrio de Casablanca. Este distrito es originalmente paralelo a la fundación de la industria textil, debido a que se creó un núcleo poblacional cercano a la fábrica, en la parte sur de Sant Boi, limitando con Viladecans. En el año 1924, Pascual Montserrat i Sorribes pidió permiso para urbanizar una finca en la zona del Fonollar y la primera casa construida fue llamada “Casablanca”, lo que da el nombre a la ciudad. En un principio, el barrio, que fue pensado para dar una mayor comodidad a las familias trabajadoras de la fábrica, no tuvo mucho éxito, ya que no había servicios. Sin embargo, la migración de los años 50 y 60 significó un crecimiento en el barrio, se edificio y fue ampliándose hasta día de hoy.
Durante la pandemia, a pesar de que el Museo cerró; su actividad no paró y surgió la idea de Can Dubler. El Archivo Histórico Municipal de Sant Boi conservaba aproximadamente 5.500 fichas de la fábrica (de las cuales entre el 30 y 40% contienen la fotografía del empleado). A partir de aquí se planteó el proyecto de investigación para recuperar la memoria histórica de Can Dubler.
Las fichas de los trabajadores y trabajadoras, además la fotografía, contienen datos de la persona como la fecha de nacimiento, la fecha de incorporación a la empresa, la sección en la que trabajaban, el sueldo que cobraba, las bajas por enfermedad o maternidad, etc. Se ha recuperado también el reloj de marcaje restaurado, carteles y algunos números del boletín “Foc Nou”. Aun así, se hace un llamamiento a la ciudadanía local y comarcal a colaborar y participar aportando información, fotografías o experiencias personales que sirvan para agrandar el homenaje a Can Dubler, la industria textil que fue el sustento para muchos vecinos de la época. De esta forma, se pretende dar voz, nombre y vida aquellos que vivieron la etapa de Can Dubler y que, consecuentemente, su cierre y la crisis les marcó y afectó, como a muchas familias de Sant Boi y alrededores. Si disponen de información, se pueden poner en contacto a través del mail: dubler.textil@gmail.com.
Por ahora se han hecho más de 15 entrevistas en profundidad a hombres y mujeres que trabajaron en distintas secciones de la fábrica. Estas son muy emotivas, especialmente cuando se explica el final, el cierre de la fábrica. A pesar de que no son muchas, la directora del Museo de Sant Boi, María Lledó Barreda Casanova, asegura que son de gran calidad. La directora nos indica que se cumplen todas las medidas sanitarias y se tiene mucho cuidado, y, además de las entrevistas, también están abiertos a donaciones o aportaciones materiales, como algunos hijos y nietos de trabajadores que se han puesto en contacto para facilitar fotos inéditas. También hay otras líneas de investigación, dado que se está tratando de contactar con descendientes de César Dubler, para conocer más sobre su figura, e intentando recuperar parte de material de la sección alimenticia dedicada al Tex-Ton.
Por lo tanto, el proyecto pretende recuperar la memoria histórica de Can Dubler y del s.XX, del cual nos queda mucho por saber y no tenemos mucha información. Gracias a esta investigación, el objetivo es reconstruir esta etapa histórica y se prevé que la exposición esté lista para 2023, donde de manera temporal se pueda visitar “Can Dubler, memòries de seda i tex-ton” en el Museo de Sant Boi.