El Llobregat

Padres indignados: Los autocares escolares del CEE Tramontana llegan con retraso y malas condiciones

Xavier Adell | Viernes 02 de febrero de 2024
Las familias de Molins de Rei y El Papiol que llevana sus hojos con necesidades educativas especiales al CEE Tramontana de Sant Feliu de Llobregat se quejan de la mala calidad del servicio de autobús escolar. Afirman que los autocares suelen llegar tarde, carecen de calefacción y aire acondicionado y no son adecuados para el transporte de niños. El consejo comarcal reconoce los problemas y se ha comprometido a tomar medidas, incluida la posibilidad de sancionar a la empresa de autobuses responsable.

Para todo el mundo resulta molesto esperar el autobús cuando está lloviendo a cántaros y no hay donde resguardarse.Las paradas no siempre tienen marquesinas. El paraguas apenas protege y el calzado se moja con el agua que se acumula en la calzada o en las aceras. Y si encima el vehículo en cuestión viene con retraso, la espera se hace todavía más desagradable, más incómoda y desesperante. Los nervios (y a veces los exabruptos) se disparan sin remedio hasta que aparece en lontananza nuestro anhelado bus y pone fin al permeable sufrimiento.

Si esta situación es tan poco llevadera para un adulto hecho y derecho, ¿cómo lo será para un niño? ¿Y cómo será para un niño con necesidades educativas especiales, para un menor que se siente desamparado y olvidado en mitad de la tormenta mientras el autobús escolar no llega nunca? Pues todo un calvario. De eso se quejan, entre otras cosas, varias familias de Molins de Rei y El Papiol que tienen hijos de corta edad matriculados en el Centro de Educación Especial (CEE) Tramontana de Sant Feliu de Llobregat y que utilizan diariamente el transporte escolar para ir al cole.

Problemas en la ruta 322

Y es que desde que comenzó el curso, los padres de los once o doce niños que viajan en la denominada ruta 322 –explotada por la compañía La Hispano-Igualadina (grupo Monbus) acumulan quejas, reclamaciones e instancias, porque consideran que el servicio de esta línea escolar es “deficiente” y no está a la altura de las necesidades de los niños, por “los continuos retrasos, la falta de puntualidad y por las lamentables condiciones de los vehículos. Muchos no tienen ni calefacción ni aire acondicionado”, enumera una de las madres afectadas.

Uno de los pocos días del pasado mes de enero en los que llovió, el autocar escolar acumuló una demora de más de media hora. “Cuando mi hijo tenía que estar en clase, todavía estaba esperando en la calle al bus, que llegó media hora tarde,” denuncia la madre. Y perderse el inicio de las clases no es lo peor en estos casos, es lo mal que lo pasa el niño mientras el bus no llega. “Estos niños no pueden quedarse solos, necesitan tener a alguien siempre al lado. Lo pasan muy mal cuando algo los saca de sus rutinas”, reconoce la progenitora.

Vehículos poco adecuados

Pero la falta de puntualidad no es la única pega que las familias ponen al servicio de la ruta 322. Los padres aseguran –y las fotografías adjuntas lo atestiguan- que los autobuses que cubren la línea hasta el Tramontana no son los más adecuados para estos menesteres, son autocares convencionales. “Muchos de ellos vienen de hacer rutas de trabajadores de la factoría Seat (en la cercana Martorell) y ni siquiera les quitan el letrero”, se quejan. Eso sí, el vehículo luce la placa amarilla y negra que lo identifica como de “transporte escolar”. Las familias sospechan que el hecho de que los vehículos cubran primero servicios para Seat, también está detrás de los retrasos, porque la doble funcionalidad los volvería más impuntuales: si hay problemas en el servicio a la planta de automoción, las demoras se multiplican cuando se trata de atender a los niños del CEE de Sant Feliu.

Con la mochila del transporte escolar llena de problemas, las familias afectadas han hecho llegar numerosas quejas tanto a la empresa de autobuses que gestiona la líena (Monbus) como al Consell Comarcal del Baix Llobregat, administración que corre con los gastos del servicio del transporte especial de escolares en la comarca y se encarga de adjudicarlo. “Queremos soluciones”.

Soluciones que llegan

Soluciones que están llegando. Al parecer, lo peor de la tormenta ha pasado, o como mínimo está escampando. Maria Amor Rodríguez Lázaro, coordinadora del Àrea d’Educacio i Cultura del Consell Comarcal del Baix Llobregat, reconoce los problemas con el servicio, en especial, retrasos injustificados en las recogidas de más de diez minutos, al menos dos este pasado mes de enero) Pero la responsable comarcal asegura, en contra del parecer de las familias, que “los vehículos de la ruta 322 cumplen con todas las exigencias y todos los requisitos. Están autorizados y homologados para este tipo de servicios especiales y, además, están adaptados para personas con problemas de movilidad, como sillas de ruedas”, apunta.

Maria Amor Rodríguez defiende la calidad de los autocares “no son viejos ni están en mal estado cumplen con las exigencias de los pliegos de adjudicación”. Y respecto a que lleven un cartel indicando que han pasado primero por la factoría de Martorell no los desacredita para su cometido. “Que lleven un cartel de SEAT es indiferente. Lo importante es que lleven la placa de transporte escolar y sí que la llevan. Igual hace falta un poco de pedagogía”, subraya la coordinadora.

Retrasos de más de cinco minutos

Con las demoras, la cosa cambia. Pero, aun así, Maria Amor rebaja el tono de las críticas. “Hay retrasos que son ajenos a los conductores y que no se pueden evitar, que no se pueden controlar, como atascos o averías., Pero son muy puntuales a lo largo del curso”, afirma la responsable del área de Educació i Cultura comarcal.

No obstante, Rodríguez Lázaro reconoce que desde comienzos de año se han detectado retrasos de más de cinco minutos en varios días (“que ya se han normalizado”, recalca). “Se ha hablado con la empresa y se va a hacer un seguimiento para garantizar la máxima puntualidad”. Es más, si se repiten los retrasos injustificados “se abrirá un expediente sancionador a la empresa”, advierte la coordinadora.

Expediente sancionador

Desde las últimas quejas de los padres, el Àrea d’Educació del Baix Llobregat está auditando más afondo el servicio que se presta en la ruta 322, aunque desde principios de curso se vienen mantenido contactos con la compañía para evitar incidencias y nuevas quejas. Además, ha notificado por escrito a las familias que se ha advertido a la empresa por lo sucedido y que, si es necesario, “se procederá con el expediente sancionador”. También se ha pedido a Monbus que traslade los vehículos que también hacen viajes a SEAT a otras rutas “para no alimentar más esta animadversión”, confirma Maria Amor, y que destine a otros más acordes con lo que reclaman los padres.

Otra de las quejas de las familias es que los monitores que deben encargarse de los menores durante el viaje en autocar a la escuela no son siempre los mismos, lo que crea confusión y malestar a los pequeños. “No puede ser que cada día haya un monitor diferente, Los niños necesitan continuidad, sentirse protegidos, tranquilos. Muchos de ellos no llevan móvil o ni siquiera saben leer un SMS”, advierte una familia.

Temporalidad de los monitores

La respuesta de la coordinadora d’Educació comarcal es que, pese a que es difícil de cumplir al 100% porque es un trabajo con una elevada temporalidad, “se intentará, en la manera de lo posible, que sean siempre los mismos monitores, que no haya rotaciones en las rutas”. Por norma general, hay un “porcentaje alto de permanencia” de los acompañantes asignados a cada ruta”, asevera la coordinadora, aunque admite que no siempre es factible “Se debe entender que no todos los monitores están capacitados para desarrollar estas funciones (deben tener titulación específica para atender a niños de educación especial y tener experiencia, lo que dificulta su selección) y que no se puede evitar que las personas que las realizan cambien de trabajo o estén de baja”, puntualiza.
Las intenciones del Consell Comarcal parecen buenas y el conflicto se diría en vías de extinción. Solo el tiempo (y en este caso, sobre todo, el mal tiempo) lo dirá. III

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