Pere Rovira

El político como ‘casta’ o el político como servidor

Mossèn Pere Rovira | Viernes 05 de abril de 2024
Cada vez se me hace más difícil escuchar los debates políticos, sean en el Parlamento como en los medios de comunicación. Parece que la crispación es la táctica más rentable para distraernos de los auténticos problemas de la sociedad.

Lo más preocupante es que este comportamiento se pueda contagiar a la opinión pública en general, donde aquel que piensa diferente a mis posicionamientos se convierte casi en un enemigo siendo descalificado, insultado y ofendido. ¿A quién interesa potenciar este clima de tensión? ¿Hemos perdido la capacidad de dialogar y respetar a “los diferentes”? ¿La amenaza puede perpetuarse?

Es bochornoso, a mi criterio, que las preguntas o las cuestiones abiertas en cualquier debate se reduzcan a un juego dialéctico casi infantil. No se responde, es decir, no se informa con el debido respeto a la ciudadanía de los interrogantes que todo gestor debería aclarar. Se acude al “eslogan” fácil y repetitivo para pasar de largo ante estos conflictos.

Según mi reflexión, son tres los prototipos del político devaluado que les aleja del servicio hacia la ciudadanía:

* El político ‘de partido’. - Han nacido y crecido en él; para muchos el partido se ha convertido en su único medio para subsistir, tanto económica como profesionalmente. De esta forma la política es un medio para servirse y no para servir.

* El político ‘colega’. – Los méritos profesionales o académicos están siendo menospreciados. La calidad intelectual de algunos así lo confirman. Lo más importante es colocar aquellos que forman parte del aparato del partido o de la amistad personal. Personas afines que defenderán al precio que sea, su fidelidad inquebrantable.

* El político ‘miope’. – El alejamiento de gran parte de los políticos actuales de los problemas reales de la gente se está convirtiendo en algo patológico. Parece que entrar en la política, para algunos, significa vivir en un mundo paralelo, en su realidad autónoma y aislada. La distancia se va incrementando, llegando incluso a percibirse como un ‘virus’ fácilmente transmisible. Sus vidas, en algunos casos, se acerca más a la ‘casta’ que al servicio para lo que fueron votados.
Hay un refrán que define muy bien el comportamiento de algunos políticos: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. La política no debería convertirse en una exposición de frases y expresiones elaboradas desde unos despachos de élites económicas e ideológicas III

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