José Ángel Carcelén

Formar personas

José Ángel Carcelén | Sábado 06 de septiembre de 2025
No hay duda de que los saberes tecnológicos y científicos vertebran nuestro mundo. Su aprendizaje reviste cada vez más importancia en los planes de estudio de las nuevas generaciones, muchas veces en detrimento de los contenidos humanísticos. Los expertos debaten sobre cuál debe ser el modelo pedagógico más adecuado para estos tiempos, una controversia que revive con fuerza a las puertas de cada nuevo curso escolar.

Pero para elegir un modelo u otro quizá deberíamos antes decidir cuál debe ser la finalidad de la educación en nuestros días. Y a la vista del estado actual de las cosas, seguramente podríamos convenir que se trata de formar personas que, simplemente, sepan hacer, ser y convivir en paz. Es decir, personas con habilidades cognitivas, emocionales y sociales suficientes como para fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo colaborativo.

Para ello, es preferible huir de rigideces metodológicas y apostar más bien por una síntesis inteligente de modelos educativos que permita a los alumnos un desarrollo integral y versátil de sus capacidades.
Este modelo híbrido podría combinar el aprendizaje basado en competencias y la metodología STEAM (que ya ha comenzado a aplicarse en algunos centros educativos de Sant Boi), un enfoque que promueve la interdisciplinariedad de la ciencia y la tecnología con el arte y la creatividad para generar soluciones innovadoras en un proceso de aprendizaje activo que replica en buena medida los entornos laborales más punteros.

Añadamos a todo lo anterior una pizca del rigor en los fundamentos teóricos o la solidez conceptual que caracterizaba el método tradicional y tendremos la mejor de las recetas pedagógicas para formar ciudadanos responsables y comprometidos. Personas. III

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