El Llobregat

Corbera, más allá del séptimo arte

EDITORIAL

Editorial | Viernes 03 de octubre de 2025
Ni las olas de calor pueden con el séptimo arte. Este mes de agosto, Corbera ha visto interrumpido su sosiego estival para transformarse en un auténtico plató cinematográfico al aire libre merced al rodaje del largometraje Más allá de la montaña, dirigido por el venezolano Mel Álvarez y producido por Huella Films. Durante varias semanas, sus peculiares calles, sus casas más vetustas y sus insólitos parajes naturales se han llenado de actores, técnicos y cámaras, que han conseguido crear un ambiente donde la magia de la ficción se fundía con la cotidianeidad del lugar. El Llobregat ha sido testigo de excepción de ello. El film, que explora temas como el regreso, el perdón y el poder sanador de las historias, ha encontrado en Corbera el escenario ideal para que su guión cobre vida.

Pero además de ser un extraordinario escaparate turístico para Corbera, del rodaje pueden extraerse más lecciones. Para empezar que ejemplifica que el cine puede ir más allá de Barcelona, que concentra la mayoría de las producciones audiovisuales en Cataluña. En 2023, la capital catalana acogió más de 2.800 rodajes entre películas, series y anuncios, mientras que los municipios del Baix Llobregat rara vez son elegidos para largometrajes de gran formato. Que Corbera se haya convertido en escena central es un soplo de aire fresco para la descentralización cultural y un reconocimiento del potencial paisajístico y humano del territorio.

La excepción a la regla es L’Hospitalet, que se consolida como un pujante escenario para rodajes cinematográficos y publicitarios. Según datos de la Film Office local, la segunda ciudad de Cataluña atesora una nutrida variedad de producciones por sus versátiles localizaciones. Por ejemplo, en 2022, coincidieron en la ciudad tres rodajes importantes con la participación de actores reconocidos como Mario Casas, Arturo Valls o Berto Romero. Además, marcas internacionales del nivel de Yamaha, Hyundai, Decathlon, Audi, H&M y Lotería de Navidad han elegido L’Hospitalet para filmar sus anuncios publicitarios.

Pero lo que hace verdaderamente especial el rodaje de Más allá de la montaña en Corbera no son los majestuosos paisajes que llenan de realismo mágico la cinta, sino la hospitalidad y complicidad de los vecinos con el proyecto. Todos los actores y miembros del equipo han coincidido en señalar la calidez con la que sido han acogidos por el vecindario. Desde ceder espacios privados para ser tomados por las cámaras hasta implicarse en la logística del rodaje, los habitantes han hecho sentir al equipo “como en casa”. No es de extrañar. Corbera es en si misma es un pueblo de actores, donde cada año se celebra el Pessebre Vivent, más espectacular de España. Desde 1962, el emblemático pesebre aúna a entre 200 y 250 actores voluntarios de la localidad en un recorrido escénico de más de 700 metros, que combina tradición, naturaleza y espiritualidad, y que atrae a más de 30.000 visitantes por temporada. Ese espíritu de participación y orgullo local -y evidentemente sus principales joyas geográficas- se han vertido ahora en el celuloide, en una perfecta simbiosis con el relato.

Los escenarios naturales de Corbera, con la Penya del Corb a la cabeza, han servido tanto de decorado como de inspiración visual. Se han rodaron tomas entre puentes, corrales navideños y el poblado de Belén a escala real, junto a rincones menos conocidos, como los Gorgs, a los hay que sumar varias localizaciones en Sant Andreu de la Barca, que ratifican la capacidad de seducción y la riqueza paisajística del Baix Llobregat.
El elenco ha disfrutado de la experiencia. La joven promesa Bruno Morales, un viladecanense de 12 años, ha quedado fascinado por el entorno y la generosidad de los lugareños. Igual que actores con larga trayectoria como Montserrat Alcoverro o Pep Antón, famosos por series de televisión, que han roto una lanza en favor de “buscar escenarios más allá de Barcelona” para que las películas no destilen solo imaginario urbano.

Incluso las casas habitadas del pueblo se han transformado en sets cinematográficos, como la vetusta Cal Cafeter, cedida por Maria Teresa. Todo esto, sumado al compromiso del equipo técnico y a la belleza natural de Corbera, hace presagiar un resultado excepcional (muy merecido) cuando la película llegue a los cines.

El rodaje de Más allá de la montaña prueba que el cine puede mirar más allá de las grandes ciudades, que el Baix tiene historias que contar, paisajes que ofrecer y una comunidad capaz de enriquecer con su magia cada plano. Como Corbera, que no solo ha prestado sus hectáreas al film, también ha prestado su alma, revelando que los enclaves pequeños esconden tesoros inesperados.

Más allá del título del largometraje, la moraleja es clara: el cine puede abrir puertas a territorios de ensueño hacia nuevos horizontes. Y el Baix Llobregat debe seguir mostrando sus encantos al mundo para que trasciendan más allá de la gran pantalla. III

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