En comunidades donde gobernamos, como Baleares, demostramos que se puede actuar con sentido común. Nuestra presidenta Marga Prohens ha reforzado la prohibición de ultraprocesados y bebidas energéticas, extendiéndola en 2025 a excursiones escolares, pero siempre promoviendo la dieta mediterránea y productos locales, sin el dogmatismo que criticamos a nivel nacional. En Andalucía, permitimos flexibilidad con frituras tradicionales, respetando criterios nutricionales, para equilibrar salud y cultura.
Desde el PP, proponemos un enfoque práctico para mejorar la alimentación de nuestros estudiantes. Defendemos talleres educativos que enseñen hábitos saludables, no imposiciones que desoigan las preferencias infantiles. Apostamos por incentivos fiscales para productos de proximidad, sin obligar a costosos ecológicos, y por un monitoreo voluntario de menús. Además, priorizamos la actividad física para combatir la obesidad infantil, que afecta al 15,9% de los niños de 6 a 9 años, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Queremos una dieta escolar equilibrada, asequible y arraigada en nuestra identidad, sin los excesos regulatorios del Gobierno de Pedro Sánchez. III