Camuflado entre la rutina y los vecinos de un barrio de L’Hospitalet operaba un implacable grupo criminal especializado en robos con fuerza en viviendas. Durante semanas, un grupo de ladrones con base en la segunda ciudad de Cataluña sembró el desconcierto en varios municipios catalanes, especialmente en el Baix Llobregat y las comarcas limítrofes. Pero un exhaustivo seguimiento de los sospechosos ha permidido que los Mossos d’Esquadra desarticularan la banda hace unas semanas y arrestaran a sus miembros hace unas semanas. Según ha informado este viernes la policía autonómica al grupo se le atribuyen al menos nueve robos con fuerza en viviendas aisladas de distintas localidades, entre ellas Castelldefels y Sant Esteve Sesrovires, además de otros municipios como Bigues i Riells, Barcelona o Matadepera.
El golpe definitivo a la banda llegó el pasado 25 de septiembre, cuando los mossos interceptaron a dos de sus miembros cuando regresaban de un asalto en un inmueble de Bigues i Riells, en el Vallès Oriental. Los sospechosos, de 24 y 27 años, acababan de aparcar el coche cerca de su domicilio en L’Hospitalet cuando fueron detenidos. En el vehículo llevaban joyas, relojes, ropa de marca, guantes y destornilladores, un material que los Mossos consideran directamente vinculado con los robos.
La investigación, dirigida por la División de Investigación Criminal de la Región Policial Central, había comenzado semanas antes, tras un robo en una vivienda de Sant Vicenç de Castellet (Bages). Los agentes lograron seguir el rastro de los autores hasta un grupo criminal asentado en L’Hospitalet, desde donde organizaban los desplazamientos y guardaban el botín. El método era tan sencillo como eficaz: alquilaban vehículos a nombre de terceras personas para no dejar huella, se movían con rapidez por distintos puntos del territorio, y regresaban de inmediato a L’Hospitalet, donde residía la mayoría de los integrantes. Desde allí, planificaban sus incursiones en urbanizaciones tranquilas y mal comunicadas, seleccionadas por su aislamiento y por la facilidad para huir sin ser vistos, ejecutando golpes con precisión quirúrgica. Entre los municipios asaltados, además de Castelldefels y Sant Esteve Sesrovires, figuran localidades de otras comarcas catalanas como Vallmoll, Empuriabrava o Castellvell, lo que muestra la movilidad del grupo.
Tras las detenciones, la policía registró el domicilio de los sospechosos en L’Hospitalet -que funcionaba a la vez de refugio y de almacén-, donde encontró más relojes, dispositivos electrónicos y prendas de marca. Los dos arrestados pasaron a disposición del juzgado de guardia de la ciudad, acusados de robo con fuerza, robo de vehículos, pertenencia a grupo criminal y conducción sin haber obtenido nunca el permiso de conducir. Un tercer miembro del grupo, de 27 años, ya estaba en prisión por otros delitos, pero también ha sido imputado en esta investigación. La policía catalana considera desmantelada la estructura operativa de la banda y totalmente desarticulada esta organización criminal que operaba desde la segunda ciduad catalana, aunque mantiene el caso abierto y no descarta nuevas detenciones.