Pere Rovira

Feliz Navidad... todo el año

Mossèn Pere Rovira | Viernes 05 de diciembre de 2025
Que el ser humano tiene la capacidad de autodestruirse es bien conocida por la historia de la humanidad. Lo que sorprende es que todavía la sociedad se escandalice con noticias como la que ha aparecido en estos últimos días.

Que el ser humano tiene la capacidad de autodestruirse es bien conocida por la historia de la humanidad. Lo que sorprende es que todavía la sociedad se escandalice con noticias como la que ha aparecido en estos últimos días. Parece ser que en la guerra de Bosnia había personas que pagaban por matar en forma de “cacería” a niños o adultos, embarazadas o ancianos. Una monstruosidad que a lo largo de la historia se ha ido reproduciendo de forma demasiado habitual. Los innumerables genocidios y las guerras han mostrado el lado obscuro y tenebroso de la humanidad. En el caso del “safari” de Bosnia se está investigando a personas de alto nivel económico y de países cercanos a nosotros, denominados ricos y avanzados.

En el ser humano conviven dos realidades antagónicas, somos capaces de amar de forma sublime, generosa y altruista y por otro lado nos podemos convertir en auténticos monstruos, capaces de destruir y aniquilar con extrema violencia a nuestros. semejantes.Los miles de mártires cristianos en África y otros países son reiteradamente escondidos por los medios de comunicación. Sus silencios sólo han podido ser corregidos cuando una potencia del mundo la ha denunciado públicamente.

Estas noticias suscitan algunas preguntas bastante incómodas que deberíamos entre todos plantearnos: ¿Por qué escondemos o relativizamos tanta muerte de tantos inocentes? ¿Por qué el mal o la cultura de la muerte, en muchas ocasiones, se justifica política e ideológicamente? ¿Por qué aumenta la cultura del odio, resentimiento y enfrentamiento en detrimento de la cultura del perdón y la reconciliación? ¿Por qué va en aumento la división, la clasificación y los prejuicios entre los diferentes?

Es de “bobos” pensar en un buenismo fuera de la realidad. Existe el mal, existe el pecado, existe la mentira, existe la “egolatría” enfermiza, existe un poder desencarnado…

Ante ello sólo cabe encontrar y construir la cultura de la reconciliación y la misericordia. ¿Quién o cómo se puede ejercer este cambio?

Se acerca la Navidad, unas fechas entrañables donde se comparte lo mejor de cada uno, donde es más fácil desearse PAZ Y AMOR entre todos y donde los otros, especialmente los pobres, son considerados como una oportunidad y no como un problema. El mensaje de Jesucristo se dirige al corazón humano; es allí donde se gestan los odios o las reconciliaciones, las actitudes beligerantes o la paz, la esperanza o los miedos, etc. III