Opinió

TINTIN

Lluis M Estruch | Miércoles 23 de julio de 2014
El grupo con pantalones arremangados se paró, había “acqua alta”, el guía explicó:

  • Venecia fue una gran Ciudad Estado pero ahora sin el turismo, la ruina total…
Y les acompañó al Palazzo donde se celebraba “El Congreso europeo de Tintínologos”.

Era la última sesión con un tema de estudio y debate: “El centro de Ottokar y los microestados europeos”.

Syz un austriaco describió una plácida Europa del Este; en la que tras la 1ª Guerra mundial habían surgido nuevas naciones, entre ellas: la Syldavia-Montenegro en la que Hergé un belga ambientó su “comic. Montenegro era de nuevo independiente tras la bronca desmembración de Yugoslavia, si antes fue controlada por militares, ahora lo era por una mafia cleptócrata de políticos. Acabó en silencio y tras él, Molk un alemán, lamentó el surgimiento de nuevos estados con precaria existencia: Eslovaquia, Croacia, Kosovo, Macedonia. Todos arruinados y parásitos de las subvenciones UE, lo dijo con desprecio y no gustó a los corsos, flamencos, y escoceses que protestaron. Decíanse algunos ¿Será la UE el nuevo IV Reich?

Un luxemburgués puso la paz. Un islandés propuso a Reikiavik para celebrar el futuro Congreso. No gustó y tras dudas entre Mónaco, S.Marino y Andorra ganó ésta.

En la foto final del Congreso las delegaciones catalana y española no quisieron posar juntas, hacia semanas que los primeros se habían separado.
¿Ni por Tintín...?, lamentó un portugués. Todos gritaron: ¡Viva Syldavia!||