Opinió

Creeley no se acaba nunca

Robert Creeley en una fotografía que Elsa Dorfman tomó en 1972.
David Aliaga Muñoz | Miércoles 23 de julio de 2014

Después de que muriese en 2005 el poeta Robert Creeley, su voz parecía condenada a extinguirse lentamente en España. Uno de los principales poetas norteamericanos del siglo XX, que además residió en Mallorca durante una etapa de su vida, nunca ha gozado de la complicidad de un público extenso, ni de la de demasiados editores en nuestro país. Sin embargo, la edición de A la terra por parte de Cafè Central y Eumo Editorial rescata del olvido los versos de un Creeley maduro, emotivo y dolorosamente lúcido.



Una veta de preocupación surca los poemas de Robert Creeley recogidos en A la terra (Cafè Central/Eumo Editorial, 2013). La voz y el pensamiento del poeta se entrelazan con ella en una colección de versos en los que trenza reflexiones y preguntas sin respuesta sobre la trascendencia, la muerte, el paso del tiempo y la memoria. En la versión catalana llevada a cabo por Dolors Udina, lo escucharemos interrogarse: «Oi que és bonic / tornar a casa a la nit / i tenir una llar, / poder seure una estona / encara que sigui tot sol? »

Sucede, sin embargo, que pese a la lucidez y la profundidad que ofrecen los textos del autor norteamericano, su voz poética consigue ser clara, sintácticamente sencilla y limpia y, en ocasiones, incluso cobra un tono coloquial. Resulta especialmente certera la expresión del crítico Ernesto Lumbreras cuando señala que su forma de escribir está «imantada por el habla de la calle». Disfrazada con hipérbatones gongorianas, alardes excesivos o experimentos dudosamente vanguardistas la inteligencia –intelectiva y emocional– de Creeley hubiese resultado una cima accesible sólo para expertos escaladores de versos. Y no es así.

El de Massachusetts inocula la desazón desde la sencillez. Le bastan tres versos de sonoridad familiar, desprovistas de léxico arcaico o rebuscado, para acertar en los resortes emocionales del lector. Comienza uno de las piezas recogidas en A la terra: «L’edat sap poc més que les seves queixes. / El temps passat mai no serà recuperat. / Els vells, home i dona, són abandonats a ells mateixos». Palabras comunes, reflexiones habituales, personajes familiares. Y, con todo, una profundidad abisal. «He tornat novament als antics ecos, / sé que és on he estat abans / veig el mateix vell sol»

De algún modo, Creeley y su minimalismo recuerdan a sus compatriotas narradores del realismo sucio. Comparte con Raymond Carver la capacidad de evocación de universos oscuros y profundos, tal vez inhabitables, a partir de las escenas, los personajes y las reflexiones aparentemente más cotidianos. Su manera de escribir evoca también a William Faulkner. Empleando el minimalismo común al realismo sucio, se distancia de lo tangible y da voz al pensamiento. Pero su hilo de voz es más ordenado y por lo tanto más accesible que los narradores de El ruido y la furia o que las pinturas de su amigo Jackson Pollock. De esta manera, vemos cómo Robert Creeley está empapado de la tradición literaria de su país. Es, sin duda, un poeta norteamericano.

Un norteamericano peculiar, conviene aclarar. Su estancia en las Islas Baleares hizo que el Mediterráneo se abriese hueco en su escenografía poética. A la terra incluye los textos titulados «Mediterrani I» y «Mediterrani II» cuyo aire sería impensable en la obra de la mayoría de sus compatriotas.

Tal vez la serenidad de la vida en el pequeño pueblo de Banyalbufar impregnó también el ritmo de sus poemas. Para Creeley, la musicalidad y la velocidad de sus obras era un aspecto fundamental. Los silencios, la articulación de las estrofas y la distribución de las pausas no son casuales y aportan al significado final del poema. Y en los treinta que integran A la terra no hay una pizca de furia, ni de prisas en las calles abarrotadas de Boston o Nueva York, ni de la alegría jaranera de las costas de Florida o California. Se encuentra en ellos el sosiego, mecido por una suave brisa de inquietud, de la madurez frente a un mar en calma. Incluso de la guerra y el horror de la muerte habla en perspectiva, sin alterarse, sin mentar las vísceras: «un món borrós és una taca vermella a la pàgina en blanc».

Con las herramientas ya consignadas, aborda el autor un poema que bien podría resultar válido como fotografía de pasaporte de su obra y que contiene algunos de los versos amorosos más lúcidos que se hayan escrito:

Como escribe en el segundo verso de su «Vella cançó», y así lo han creído también los directores de la colección Jardins de Samarcanda, Creeley había «arribat massa lluny per desaparèixer». Esta afortunada edición en catalán de A la terra prolonga el eco de su voz.
Que no se apague nunca.||

Postdata
La Setmana del Llibre en Català en Barcelona. Entre los días 6 y 15 de septiembre, Barcelona acogerá una nueva edición de la Setmana del Llibre en Català. Durante diez días, multitud de editores, librerías y autores se darán cita en la plaza de la Catedral, no sólo poniendo a la venta sus catálogos, sino también ofreciendo a los visitantes presentaciones, conferencias, lecturas y actividades para los más pequeños.

Dani Orviz en el Festival Voix Vives. El asturiano afincado en L’Hospitalet del Llobregat e impulsor del SLHAM, Dani Orviz, fue uno de los participantes del Festival Internacional de Poesía Voix Vives celebrado en la ciudad de Toledo entre el 6 y el 8 de septiembre. El slammer español fue uno de los más de 40 poetas de 18 países que inundaron con sus versos el casco antiguo de la ciudad manchega justo cuando está a punto de ver la luz su próximo poemario titulado La del medio de las Ketchup, tras completar con éxito una campaña de crowdfounding en Verkami.

Mujer y libro se citan en la Biblioteca Tecla Sala. El próximo martes 17 de septiembre a las 19:00, Sara Berbel y Joana Gallego presentan dos nuevos libros de la colección Aresta Mujeres. Las autoras hablarán de sus respectivos libros incluidos en la serie: Directivas y empresarias y De reinas a ciudadanas: género, comunicación y cambio social.

La publicación de estas dos obras reafirma el compromiso de la editorial en el combate contra las desigualdades sociales por razones de género que movió a la creación de Aresta Mujeres. El acto se desarrollará en la Biblioteca Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat.||