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24-m: Especial eleccions

Aquí ha pasado muy poco

miércoles 24 de junio de 2015, 04:22h
Con algunas excepciones, siguen mandando los de siempre: socialistas, iniciativa, independientes proclives o socialistas e iniciativa e independientes proclives. Esta comarca necesita regenerar la política, dar la vuelta a los ayuntamientos como si de un calcetín se tratara y eso solo se consigue con más democracia y con más unidad. Es decir, a efectos prácticos, con más participación, más transparencia, más activismo y menos egos.
Aquí ha pasado muy poco
Sé que no soy nada original cuando afirmo que las elecciones del 24 de mayo de 2015 han sido históricas. Para mí lo han sido simplemente por una razón: porque es la primera vez, desde que tengo memoria, —y ya tengo mucha memoria porque tengo unos cuantos años— que ha ganado la gente que está al lado de los que siempre pierden y que sabe por qué es imprescindible no parecerse a los que siempre ganan. Viví la Transición desde cerca y también entonces había gente que estaba al lado de los sometidos por el sistema. Si ganaron alguna vez, que fueron muy pocas, no supieron cómo diferenciarse de los de siempre. Estos de ahora, si algún mérito tienen, es que son conscientes que no solo es imprescindible ser distintos, sino que también es imprescindible parecerlo y practicarlo.

Más allá de lo pragmático: la importancia de las actitudes
Es eso de la vieja y de la nueva política, que no son únicamente palabras sino actitudes, apariencias, sensaciones, aromas... Cobrar tres veces el salario mínimo como máximo o renunciar a los coches oficiales no tiene mucha trascendencia económica (pero si alguna, no nos engañemos). Tiene importancia simbólica, que es esa importancia de las actitudes, de las apariencias, de las sensaciones, de los aromas... de la percepción de lo auténtico y de lo singular. Para llegar a eso ha hecho falta que lo auténtico saliera a la calle, que la utopía tomara las plazas, que los discursos se hicieran poesía, que los jóvenes se hicieran protagonistas de la acción y que unos cuantos intelectuales consideraran que debían dar forma política a ese amplísimo espacio del descontento, y formas reales a una cierta esperanza de que este mundo no tiene porque ser siempre un estercolero de ganancias y de impunidades. Pero este trayecto ha sido, es y será, un larguísimo calvario donde los que siempre han ganado y ahora ven que han perdido un milímetro de la larguísima vara del poder, van a hacer lo que siempre han hecho: cercar, corroer, emponzoñar y poner trabas a la historia. Hace meses que empezaron y van a sumar esfuerzos. O sea que hay que estar preparados y hacerse fuertes, porque no van a dar tregua. La democracia es un instrumento poderoso porque no admite detractores racionales. El otro instrumento es la unidad. Allí donde ha habido democracia a raudales y unidad a machamartillo, el éxito ha sido evidente.

Para nuestra desgracia, esta no ha sido la situación general de la comarca. Aquí han faltado esos ingredientes. No somos, todavía, una sociedad madura. Seguimos siendo las víctimas propiciatorias de aquellos que hicieron ver que estaban al lado de los sometidos y de aquellos que, aún siendo verdad, no supieron diferenciarse de los de siempre. Por eso, aquí, siguen mandando los que mandaron desde 1979, con algunas excepciones de matiz, pero no de fondo. Y aunque los tiempos están cambiando, los ayuntamientos del Baix no verán nuevas luces hasta dentro de cuatro años... y eso si las cosas se hacen bien, que hasta ahora, a mi juicio, se han hecho mal.

Más regeneración
Es decir, con algunas excepciones, siguen mandando los de siempre: socialistas, iniciativa, independientes proclives o socialistas e iniciativa e independientes proclives. Echaron al PP de Castelldefels pero gobiernan los mismos desde hace décadas en Cornellá, l’Hospitalet, El Prat, Sant Feliu, Sant Joan Despí, Esplugues, Gavà, Viladecans, Molins de Rei, Martorell, Olesa, Esparreguera, Abrera, Sant Andreu de la Barca, Corbera, Cervelló, etc. Es verdad que sólo ha habido tres mayorías absolutas en los 30 ayuntamientos del Baix pero las nuevas ideas que venían a regenerar la política apenas han hecho mella en el extenso caudal de votos cautivos o seguidistas. Y ni siquiera han sido capaces de movilizar a un electorado tradicionalmente pasivo en las elecciones locales. Ha faltado democracia y unidad y han sobrado personalismos y pragmatismo electoral. Y lo que es más importante, compromiso y regularidad en el activismo, que es lo que da liderazgos y consolida prestigios. Y no será porque aquí no han habido conflictos de todo tipo en la sanidad, en la enseñanza, en los desahucios, en la desigualdad, en la insolidaridad intercultural, en el desempleo, en la desatención contra los más mermados socialmente.

Porque ha habido conflictos y porque esta es una comarca harta de tanta rutina, los electores han diversificado su opción hasta extremos insólitos. Hay muchos ayuntamientos con media docena de partidos representados y unos cuantos con un tripartito para gobernar. No será fácil gobernar con tantas voces, sobre todo porque los de siempre están acostumbrados a considerar como propios, como propiedad particular, el presupuesto, los cargos y hasta las moquetas de sus despachos. Si son más, habrá que rendir más cuentas y eso ya es un avance. Pero no es lo que necesita esta comarca. Esta comarca necesita regenerar la política, dar la vuelta a los ayuntamientos como si de un calcetín se tratara y eso solo se consigue con más democracia y con más unidad. Es decir, a efectos prácticos, con más participación, más transparencia, más activismo y menos egos. Y mucha más reflexión colectiva, y libertad de prensa y espacios críticos donde compartir y discrepar.

No voy a decir que aquí no ha pasado nada. Digo, simplemente, que aquí ha pasado demasiado poco. III
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