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Los divorcios: la derrota del amor

Por Mossèn Pere Rovira
jueves 12 de noviembre de 2015, 03:39h
El año pasado hubieron más de 105.000 divorcios. La información refleja una dura realidad, más allá de la cifra. Unos los justifican de una forma: el amor no es para siempre; otros apelan a la modernidad de la sociedad, otros la envuelven con el maquillaje de la libertad, etc. Me gustaría invitaros a una reflexión más profunda y menos estadística.
1ª El amor de pareja.- La cultura actual ha introducido el germen de la provisionalidad o caducidad en el amor conyugal. Parece ilusorio plantear un compromiso para toda la vida dado que el fundamento que lo sostiene se ha reducido al sentimiento o la emoción.

2ª El hedonismo impregna las relaciones de pareja.- La incapacidad de sufrir, ya sea por el otro o por la misma realidad que les envuelve. De esta forma entramos en el peligroso terreno de reducir la relación conyugal al mero disfrute o sensación de placer.

3ª La cosificación del otro.- Muy a menudo utilizamos al otro para nuestro beneficio o para llenar nuestros espacios de insatisfacción. Cosificar se traduce, de esta forma, en complementar mi egocentrismo.

4ª Relativización del matrimonio.- La sociedad actual legisla para desvirtuar o relativizar el vínculo de la unión del hombre y la mujer como matrimonio y fundamento de la familia. Todo es familia, todo es matrimonio, por tanto, todo se reduce a un contrato entre dos partes sin ánimo de permanencia.

5ª Los divorcios y su publicidad.- Se nos vende el divorcio como un triunfo de la libertad, del progreso de los individuos, de “logros” y avances sociales, …; ocultando el fracaso que ello conlleva, la sensación de derrota que lo acompaña y de la frustración de todos sus integrantes: esposos e hijos. Resumiendo: la derrota de un amor construido sobre los cimientos de la sensación.

6ª Por último, comparto las siguientes preguntas que, espero, nos ayuden a tener una mirada crítica sobre sobre el debilitamiento del matrimonio y, por consiguiente, de la familia y de las relaciones sociales:

¿Huir de los problemas es signo de madurez? ¿El amor es un concepto puramente psicológico o emotivo? ¿Se puede concebir el amor y la capacidad de sufrimiento? Cuándo hablamos de amor, ¿qué modelo o referente reproducimos? Las crisis en el matrimonio, ¿pueden ser vencidas o reconstruidas?, ¿pueden ser una oportunidad para fortalecer la pareja? ¿El divorcio es la solución: a qué y para qué? ¿El matrimonio es un acto burocrático, social, tradicional, … o bien, se puede enmarcar en un contexto de “ley natural”, realidad necesaria o expresión del amor esponsal? III
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