Seat luce su nuevo SUV en el Salón del Automóvil de Ginebra

A partir de esta primavera, la automovilística española Seat empezará a comercializar su primera propuesta SUV (Vehículo Deportivo Utilitario, en inglés), el Seat Ateca, que está diseñado en la planta baixllobregatense de Martorell. Este modelo, que se sumará a los tradicionales León e Ibiza, llega con el principal objetivo de abrir mercado, pero, sobre todo, de mejorar la imagen de marca de Seat. “El papel esencial del Ateca será ayudar a la marca a dar un paso adelante en términos de imagen”, ha dicho Luca de Meo, presidente del Comité Ejecutivo de Seat. “El nuevo Ateca cubrirá un segmento que está en constante crecimiento en los últimos años en Europa Occidental”.

Por ello, que mejor manera que lucir de este modelo que combina diseño, versatilidad y conducción dinámica ofreciendo un equilibrio extraordinario para este coche que lleva el nombre de una localidad aragonesa. Además, con una conectividad y una alta tecnología que revolucionan los equipamientos tradicionales de un vehículo, además de la asistencia a la conducción. La apuesta de Seat por conectar el coche es una realidad, como el resto de las primeras grandes marcas, y prueba de ellos es el acuerdo reciente entre la automovilística, Samsung y Sap, en el marco del Mobile World Congress. “El Ateca muestra la clara evolución del lenguaje del diseño característico de Seat. Se reconoce claramente como un Seat y cada elemento se ha diseñado con mucho cuidado para ajustarse a un SUV. Su diseño es escultural y con líneas de tensión; se ha creado con precisión y calidad en todos los detalles, gracias a su pasión y la experiencia de todos aquellos que han participado en el proceso”, ha desgranado el vicepresidente de I+D de Seat, Matthias Rabe.

En un sector del mercado que ya alcanza del 10% del total, Luca De Meo quiere ofrecer un modelo competitivo a nivel de precios con el objetivo de lograr la venta de 75.000 vehículos al año. Para ello, en España se podrá encontrar este todoterreno urbano por 18.000 euros, lo que les permitirá competir con el Nissan Qashqai o el Volkswagen Tiguan. Tal y como zanjaba Luca De Meo, “ser el último tiene sus ventajas”.