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A lomos de un caballo en el Baix Llobregat
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A lomos de un caballo en el Baix Llobregat

Por Pau Marcos

jueves 07 de julio de 2016, 03:47h
La comarca alberga hípicas con un gran número de actividades tanto para los amantes de los equinos como para los que desean iniciarse

“En este país, parece que todo lo relacionado con caballos sea solamente para pijos, pero la gente se equivoca”. Así de tajante es Marie Follet, propietaria de la Hípica Sol Solet de Sant Just Desvern. Sabe de lo que habla, pues carga a sus espaldas con más de 16 años de experiencia trabajando con caballos de todo tipo en para distintas actividades, como tantas otras personas en el Baix Llobregat.

Pese al desconocimiento de muchos, el territorio cuenta con un gran número de hípicas donde los aficionados a los equinos encuentran la opción de estar cerca de sus animales favoritos. La Hípica Manso Vendrell de Cervelló es un ejemplo de centro familiar donde se ofrece la posibilidad de acercarse a los caballos desde pequeños.

Descubrir el entorno “La gente puede hacer paseos y rutas en caballo por las montañas que pertenecen a Cervelló y Sant Vicenç del Horts. Tenemos una edad mínima de 9 años y desde ahí, ya depende de la persona el quererse montar al caballo. Hasta ahora la edad máxima han sido 82 años”, narra el propietario de la hípica Andrés Lorenzo. “El paseo en caballo permite a la gente descubrir el entorno de una forma distinta y amena, además de relacionarse y disfrutar de los animales.”

Estos paseos son una de las bases de las hípicas. Descubrir los entornos naturales atrae a muchos, pero la oferta es mucho más amplia. Va desde el pupilaje de animales para aquellas personas que son propietarias de caballos hasta los cursos para niños. Y es precisamente en verano cuando el ritmo de actividades crece con el inicio de los casales para los más pequeños. “Les enseñamos desde las partes del caballo a cómo cuidarlos, la limpieza y, sobretodo, la colaboración y cooperación entre todos. Vienen niños de 4 a 12 años y procuramos que los mayores ayuden a los pequeños”, explica Lorenzo, “Además, les enseñamos a respetar a los animales y a entender cómo se comportan o cuáles pueden ser sus reacciones”.

Implicación
Durante el resto del año, aquellos que quieren aprender a montar o mejorar también tienen su oportunidad, pero esto implica un trabajo: “Deben llegar un poco antes de la clase para preparar al caballo, cepillarlo y ensillarlo; y después lo tienen que duchar antes de devolverlo a la cuadra”, concluye el propietario.

Estas opciones se repiten en la Hípica Sol Solet. “Todo el mundo tiene su oportunidad aquí, tanto los que quieren montar durante el año hasta los niños que deciden probar algo diferente en verano”, comenta Marie Follet. Y parece que aquellos que se deciden a probar un casal de verano en la hípica aciertan. “Muchos de los niños que habían venido al casal hace años siguen viniendo cuando organizamos acampadas, toman algo con nosotros y disfrutan de la compañía”, aclara.

Reconocimiento
Marie, sin embargo, ha ido más allá. La Hípica Sol Solet es pionera en los llamados Pony Games. Este deporte consiste en distintas pruebas que se realizan en equipo y siempre en una pista dividida en carriles. “Hay veces que los jinetes deben bajarse del caballo para coger un objeto del suelo y volver a subir, otras que deben cambiar objetos de lugar sin dejar de trotar… pero siempre en equipo”, describe Follet. Es precisamente el trabajo en equipo lo que distingue este deporte de la doma o los saltos, dónde los jinetes compiten solos. “Es un deporte muy pedagógico porque siempre hay que corregirlos errores y esto comporta que no haya trampas. Además, ayuda a que los niños no le cojan miedo al caballo si caen”, añade.

Desde Sol Solet se decidió organizar la primera competición de Pony Games. 95 jinetes acudieron a esa primera convocatoria en 2011, y la cifra ha crecido desde entonces hasta conseguir que la Federación Española de Hípica reconozca el deporte, hecho que da pie a organizar competiciones nacionales.

Sin embargo, no solamente por el éxito de los Pony Games destaca la Hípica Sol Solet. “La equinoterapia puede ayudar de muchas formas y a muchas personas, pero sobretodo se trabaja con niños con distintas discapacidades”, explica Ricard Barnes, fisioterapeuta y equinoterapeuta, “Hemos tenido niños con autismo que han dicho su primera palabra montando en caballo. El trabajo les puede hacer mejorar la comunicación, el equilibrio, las habilidades para relacionarse…”, añade.

Más allá del ocio
El éxito de los tratamientos con animales tiene una sencilla explicación. “La comunicación humana es tremendamente compleja. No solamente implica el habla, sino también la expresión corporal. Para un niño con parálisis cerebral o autismo es mucho más fácil establecer una relación con un animal”, apunta Barnes. Pese a la aparente simplicidad, eso implica horas de trabajo que empiezan evaluando la relación que puede establecerse entre el niño y el animal. Los resultados los ha visto tanto con particulares que acuden a la hípica como con los jóvenes de l’Escola d’Educació Especial Virolai del barrio de San Ildefonso de Cornellá. “Siempre depende del caso, pero los avances se notan. Hay chicos con autismo que acaban montando solos y se desenvuelven perfectamente encima del caballo”, sentencia.

“A Haydee le va muy bien. Le encanta venir a montar y en casa vemos como su coordinación y comunicación mejoran gracias a las sesiones”, explica Yaser Iglesias, padre de una de las niñas que se tratan con equinoterapia. Estos resultados no solamente se ven en niños. Los adultos también se pueden ver beneficiados de su trato con los animales después de atravesar situaciones difíciles como depresiones o accidentes. Los caballos se pueden disfrutar de muchas formas y en el Baix Llobregat hay sitios para probarlas todas. III

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