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Antonio Fornés recupera el estigmatizado debate de la transcendencia con su tercera obra filosófica: ‘Creo’
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Antonio Fornés recupera el estigmatizado debate de la transcendencia con su tercera obra filosófica: ‘Creo’

jueves 21 de julio de 2016, 10:36h

El autor hospitalense, colaborador de El Llobregat, considera que “no podemos dejar de buscar el significado de nuestra existencia, ya que, de lo contrario estaríamos renunciando a nuestra identidad como personas” | Fornés, que toma parte como creyente y católico, desbanca el ateísmo verdadero: “Han banalizado su fe: no creen en Dios, sino en el fútbol, la música o la tecnología”

Los futbolistas Maradona o Messi; el cantante fallecido de los AC/DC, Bon Scott; o el creador de Apple y de la nueva era de la tecnología, Steve Jobs, tienen sin duda algo en común entre tantos otros ejemplos que podríamos aportar. Son los nuevos dioses de la edad moderna en occidente. Ante este renacido politeísmo banal, lo que es indudable es que el debate de la transcendencia, las preguntas sobre el papel del ser humano en el mundo y nuestro sentido han pasado a formar parte del trasfondo de la sociedad. No es de extrañar teniendo en cuenta que se ha consolidado un modelo educativo basado en crear trabajadores estrictamente utilitarios y prácticos, en lugar de formar personas.

Ante este contexto, el escritor y Doctor en Filosofía Antonio Fornés, colaborador de El Llobregat con la sección ‘Apuntes desde el subsuelo’, ha presentado en ‘La Casa del Libro’ (Rambla de Catalunya, 57) su tercera obra, ‘Creo: aunque sea absurdo, o quizá por eso’, de nuevo con Editorial Diëresis, tras el éxito de la propuesta motivadora ‘Reinicíate’, que ya va por su tercera edición con más de 3.000 ejemplares vendidos. “La razón principal por la que he escrito el libro es el análisis del desconsuelo. Vivimos en una sociedad que ha borrado la pregunta sobre la trascendencia lo que lleva a un vacío profundo y al horror. Hemos borrado verdad por eficacia: todo tiene que tener un sentido, ser práctico”, avanza Fornés recuperando el debate filosófico, seguramente, por antonomasia.

El ensayo, de nuevo, “corto pero intenso, conquista el mundo de la literatura del crecimiento; te enriquece y te ayuda a conocerte a ti mismo”, ha avanzado el periodista Juan Carlos Valero en la presentación. Para ello, Fornés viaja a través de los ilustres filósofos ateos, precisamente, para desbancar el ateísmo verdadero. “No existe una prueba definitiva sobre la existencia de Dios, pero tampoco sobre su negación. Seguramente, el mismo concepto de Dios impide su prueba. La razón tiene sus límites”, dice Fornés. Ante esto, el filósofo hospitalense sostiene que “creer es una decisión tan fundamentada racionalmente como la de no creer”. De hecho, crítica la estigmatización actual que sufre el creyente: “Hace poco leía en una portada este titular: ‘No moriremos nunca. La tecnología nos hará inmortal’. Y no ha pasado nada. Si hubiera sido: ‘No moriremos nunca. Dios nos hará inmortal’, se hubiera montado un escándalo’. Y concluye: “No hay ateos verdaderos, sino que han banalizado su fe. No creen en Dios, sino en el fútbol, en los nacionalismos, en la música o en la tecnología”.

Es, seguramente, un éxito de la sociedad actual. “La sociedad quiere que nos dejemos de preguntar”, dice Fornés. Pero, precisamente, una sociedad que deja de preguntarse sobre el sentido de la vida conduce al vacío y al horror. Esto, de hecho, el debate de la transcendencia, es lo que nos diferencia del simple mundo animal. “La razón tiene sus límites, pero quien reduzca la realidad a lo cuantificable, hace una reducción como mínimo cuestionable. Las cosas importantes son siempre situaciones no mesurables, que tienen que ver con la emoción”.

Y con esta apuesta romántica, Fornés batalla desde el principio (Capítulo 1: De filisteos y ruiseñores) con los filisteos y su espíritu utilitario, por encima de todo. “Gente prosaicamente práctica, carente de auténtica fantasía, que valora lo que le rodea en atención del mayor o menor uso que puede hacer de ello, de lo bien o mal que se adapta a sus necesidades. Siempre preocupados por su trabajo y su cuenta corriente, independientemente de que ésta tenga muchos ceros o casi ninguno. Personas que se encuentran a gusto en entornos jerarquizados y rutinarios, individuos que se muestran indiferente ante lo sublime, faltos de cualquier sensibilidad artística, que reducen su mundo a lo puramente material, que se conforman, sin aspirar a más, con su pequeña vida y sus pequeños placeres, gente que no ansían lo mágico en su existencia, lo nuevo y sorprendente”.

Por todo, ‘Creo’, obra con la que Fornés toma partido como creyente y católico, es una excelente herramienta para enfocar nuestra mirada ante la actual sociedad, independientemente, de si se cree, de si se es ateo o de si nos encontramos ante los límites de lo agnóstico.
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