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Agustí Serra es el director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Generalitat de Catalunya
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Agustí Serra es el director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Generalitat de Catalunya (Foto: Eva Jiménez)

Choque de campañas por el PDU Granvia-Llobregat

Por Eva Jiménez Gómez
jueves 01 de septiembre de 2016, 08:42h
El equipo de gobierno de L’Hospitalet desplegará este mes de septiembre una campaña informativa del polémico Plan Director Urbanístico (PDU) a través de los Consells de Districte. La plataforma ‘No més Blocs - Salvem L’Hospitalet’ ha preparado una campaña de alegaciones masivas que tomará impulso durante las fiestas del barrio de Bellvitge.

Acaba el verano y se reanuda la polémica entre los defensores y detractores del Plan Director Urbanístico Gran Vía – Llobregat (PDU), un proyecto impulsado por la Generalitat y el Ajuntament de L’Hospitalet que, de aprobarse definitivamente, transformará considerablemente el último tramo de la Gran Vía y los accesos al río Llobregat en la segunda ciudad más poblada de Catalunya.
Este complejo proyecto urbanístico, económico y social se aprobó por primera vez de manera provisional el 15 de enero de 2015 y, tras el periodo de exposición pública, se recibieron 11 alegaciones, según Agustí Serra Monté, director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Generalitat.

No obstante, las administraciones implicadas decidieron aprobarlo por segunda vez de manera provisional poco antes de las vacaciones, el 8 de julio de 2016. Tal y como avanzó El Llobregat, el subdirector general de Planificación Territorial y Paisaje, Josep Armengol, reconocía que el PDU contaba con modificaciones “suficientemente sustanciales” como para requerir una nueva aprobación provisional y el consiguiente periodo de alegaciones.

Poco después, sin embargo, Generalitat y Ajuntament negaban que la segunda versión del proyecto hubiera sufrido cambios esenciales. “Seguridad jurídica, transparencia y volver a abrir el proyecto a la participación ciudadana” son los motivos que ha citado el primer teniente de Alcaldía de L’Hospitalet y concejal del Área de Coordinación, Planificación, Desarrollo Económico y Ocupación, Francesc Josep Belver. Y es que “la participación no es solamente hacer asambleas”, quien de esta manera ha puesto en valor el proceso de participación que se ha abierto con el nuevo periodo de exposición pública y las consiguientes alegaciones.

Además, como ya recogió El Llobregat en su momento, el primer teniente de Alcaldía se ha comprometido a explicar el PDU a toda la ciudadanía a través de los Consells de Districte antes del 8 de octubre, fecha en que expira el periodo de alegaciones.
Preguntado por los motivos por los que no permitió que dos miembros de la asamblea No més blocs - Salvem L’Hospitalet asistieran a la reunión informativa a la que estaban convocados los portavoces de los grupos municipales el pasado 6 de julio, Belver ha comentado que no era el lugar más adecuado, pero que se ofreció a explicar el PDU si se ponían en contacto con él vía correo electrónico, algo que, según él, nunca hicieron.

Bellvitge, epicentro de la protesta
Mientras tanto, la plataforma No més blocs – Salvem L’Hospitalet, “un movimiento vecinal nacido en el año 2015 con el objetivo de parar el PDU”, cuestiona el concepto de participación que defiende el equipo socialista, calificando los Consells de Districte como actos “de cara a la galería mediática”. Porque sólo se puede intervenir si se pide turno de palabra media hora antes de que comience el Consell “y, aun así, te pueden denegar la solicitud de intervención”, explica Javier Mulero, uno de sus miembros. Y porque sus convocatorias no se publicitan adecuadamente, pues en Barcelona “cuelgan carteles por todas las calles y además se incluye el orden del día y, dentro de él, un turno ‘abierto’ de preguntas”.

Respecto a la solicitud de reunión, en la última asamblea de julio la plataforma decidió reunirse con Belver con dos condiciones: que fuera en una sala del Centro Cultural de Bellvitge y que pudiera asistir cualquier persona que lo deseara. Finalmente, sólo se puso la primera condición, que no obtuvo respuesta. Tampoco el segundo correo, enviado el pasado 16 de agosto, según No més blocs.

Sea como fuere, tras la manifestación celebrada el pasado 11 de junio y que congregó a unas 200 personas por las calles de L’Hospitalet, la plataforma lleva todo el verano realizando una campaña informativa a través de su blog y sus cuentas de Twitter y Facebook para informar del contenido del PDU, así como animar a los vecinos a presentar alegaciones.

Ahora bien, el salto del mundo virtual al real se producirá este mes de septiembre, aprovechando las fiestas del barrio de Bellvitge, el más afectado por el plan director. Al cierre de esta edición, estaba prevista la colocación de mesas informativas el primer y último día de las fiestas, el sábado 3 y el domingo 11. Además, durante las fiestas se prevé utilizar un espacio cedido por la Asociación de Vecinos Independientes de Bellvitge en el sótano del Centro Cultural del barrio, donde se podrán conocer los detalles del proceso e instrucciones para presentar alegaciones de manera directa o a través de intermediarios. También se está barajando ubicar mesas en los mercadillos de los principales barrios y en las concentraciones de los miércoles del Hospital de Bellvitge, aunque todo dependerá del personal disponible. Y está prevista la organización de un debate con todos los portavoces de los grupos municipales, incluido Belver.

Un Plan Director Urbanístico complejo
Los planes directores urbanísticos nacieron en 2012 “para impulsar la actividad económica”, en plena crisis financiera, según ha explicado el director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo. Así se reconoce de hecho en la nota de prensa de la primera aprobación, donde se afirma que el PDU Gran Vía – Llobregat es uno más entre otros 13 planes impulsados por la Generalitat “para estimular la recuperación económica mediante las herramientas del planeamiento urbanístico”.

La zona afectada por el PDU ocupa 104,5 hectáreas, unos ocho kilómetros cuadrados, y abarca aproximadamente desde la Plaça Europa hasta el río Llobregat, y desde la Travessia Industrial que limita con Cornellà hasta los terrenos del parking de la TMB, el tanatorio y el club de tenis, al lado más sur de la Gran Vía.

El proyecto se plantea tres objetivos principales: completar la ciudad con el soterramiento del segundo tramo de la Gran Vía, de unos 1.000 metros de longitud; consolidar el parque de Cal Trabal, que se convertirá en un espacio de transición entre la ciudad y el río de 28,5 hectáreas, incluidas tres masías privadas que pasarán a ser equipamientos públicos; y definir los polos de actividad económica, esto es, aprovechar la posición estratégica de la ciudad y los dos centros hospitalarios existentes, el de Bellvitge y el Duran y Reynals.

El PDU se sigue dividiendo en tres áreas principales, tal y como se explica en nota de prensa de la segunda aprobación: el sector uno, que incluye la Gran Vía y la zona de la Marina; el sector dos, donde destaca sobre todo la zona de Cal Trabal; y el sector tres, en el límite con Cornellà.

Agustí Serra ha explicado que las principales modificaciones respecto al primer PDU hacen referencia sobre todo a la mejora de las infraestructuras viarias; algo que, según el primer teniente de Alcaldía, permitirá mejorar la movilidad –“habrá una salida más de metro”- y ganar más espacio verde al lado del río –“de 80 centímetros a ocho metros”-, entre otras mejoras. Reforzar la investigación biomédica, el punto de mayor consenso.

Uno de los puntos que genera más consenso reside en el soterramiento de la Gran Vía que permitirá que hospitales y centros de formación e investigación biomédica no se hallen divididos por la citada calle o vía C-31. Eso sí, siempre “que se investigue para mejorar la salud de las personas y no tanto el negocio farmacéutico”, matizan desde No més blocs.

La idea de recuperar para la ciudadanía las masías de Cal Trabal, Cal Masover Nou y Ca l’Esquerrer también tiene muchos puntos a favor, si bien a los miembros de la plataforma les preocupa el uso que se haga de ellas. A este respecto, Francesc Josep Belver ha asegurado que los vecinos podrán decidir su uso, una vez se establezcan “las reglas del juego”, esto es, una vez se apruebe el PDU.

Las dos partes también podrían ponerse de acuerdo en la necesidad de soterrar las líneas eléctricas y coinciden en la importancia de eliminar la subestación eléctrica de Endesa. Ahora bien, para esto último son necesarios 75 millones de euros de los que ahora mismo no se dispone, según Belver.

Discrepancias sobre el modelo económico
Por el contrario, entre los puntos más polémicos destacan la pérdida de la zona agrícola de Cal Trabal, que será sustituida por un “parque de inspiración y fisonomía agraria”, en palabras del propio Belver. El primer teniente de Alcaldía ha explicado que las 28,5 hectáreas apenas permitirían vivir a dos familias de la explotación agraria, mientras que sí que se podría ofrecer un metro cuadrado a cada vecino de L’Hospitalet para plantar un pequeño huerto. Desde No més blocs sugieren la creación de una cooperativa que centralizara los productos de proximidad de la zona, justo al lado del Parc Agrari.

Tampoco convence la altura que alcanzarán los bloques que se podrán construir para poder pagar los gastos del proyecto, previstos inicialmente en 176 millones de euros. Belver ha sostenido que la administración no gastará ni un euro en el PDU, a cambio de permitir a los propietarios del 35% del espacio la construcción de edificaciones. Eso sí, no se podrán construir viviendas de uso residencial permanente en ninguno de los tres sectores y la altura máxima se hallará limitada a 24 plantas en el sector uno; 17, en el sector dos; y 14, en el sector tres. Desde No més blocs proponen que, dado que se trata de un gobierno socialista, se exijan condiciones laborales dignas para los entre 15.000 y 20.000 nuevos puestos de trabajos que, según Belver, se generarán tras la aprobación del proyecto.

Por último, pero no en último lugar, desde No més blocs lamentan que el equipo de Gobierno no haya escuchado la opinión de los vecinos ni haya promovido una campaña informativa plural e inteligible, dada la complejidad y trascendencia del proyecto. El 8 de octubre acaba el periodo de alegaciones, y al cierre de esta edición ya se habían presentado 50, según No més blocs. La cuenta atrás ha comenzado. III

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