Asistí el 27 julio en el Parlament como invitada al enésimo intento de desvinculación con España; no hubo, incluso entre los convencidos, excesivo entusiasmo, habíase intentado tantas veces, que la ‘emoción histórica’ faltaba.
El episodio era una de tantas marrullerías parlamentarias, para avanzar hacia el vacío legal y la ausencia de separación de poderes al estilo coreano, todo eso sí entre retóricas, guiños y sonrisitas para iniciados.
Al salir pensé en muchos de los Plenos municipales de Sant Boi donde buena parte de las sesiones se dedican a temas ajenos al interés primario de los ciudadanos y por supuesto fuera de las competencias municipales sean Palestina, Tratados de comercio o tantos otros que permiten “pasar el rato” como sí ocurrió en las últimas sesiones del Parlament: sin presupuestos, con listas de espera de la Sanidad, con impagos a las farmacias, la huida de empresas inversoras y el paro estructural que desborda los servicios sociales. Con todo irresuelto: Independencia.
En Sant Boi también los presuntos grandes temas disimulan las penurias de la vida ordinaria de una ciudad de 83.000 habitantes (12ª de Cataluña), con un alto desempleo (14%), envejecida y sin atractivo empresarial que es donde C’s despegó de nuevo en 2015 con 3 concejales.
Somos primeros en autonómicas y terceros en generales. Hemos intentado en este año ceñirnos a la realidad más prosaica y municipalista posible con mociones exitosas: sobre la no acumulación de cargos y el necesario aumento de plazas geriátricas. En ruegos y preguntas hemos estado en la misma línea, sin rehuir los derechos lingüísticos, la protección de los autónomos y la forma de Estado, cuando ha tocado.
Pero sabemos que el municipio es la primera línea de la democracia, que el ROM se aplaza, que la alcaldesa manda en exceso, que lo conveniente es una dirección más colegiada al estilo anglosajón, con pactos temáticos, que muchos técnicos van por “libre”, que la sustitución del ‘Síndic’ no se consensua y se aplaza, que el “bluff” del cuartel y recuperar sus 10 hectáreas es electoralista y que las relaciones ediles-Defensa están en mínimos protocolarios y que lo más importante, CORESSA-CLAUS, pronto el “Clúster” son fallidos intentos de iniciativas públicas con números rojos y corruptelas.
Seguimos aislados en transporte y otros Ayuntamientos vecinos se “aprovechan” de la torpeza de nuestros ediles, atrayendo inversiones públicas y privadas a sus territorios. Queda mucho pendiente, pero con más votos, corregiremos esta deriva descendente de 37 años socialistas. III
Si (
No(
