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Protocolo metropolitano para no asfixiarse
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Protocolo metropolitano para no asfixiarse

jueves 17 de noviembre de 2016, 18:43h

AMB presenta un cuadro de actuación para episodios de elevada contaminación atmosférica que recoge la opción de convertir carriles de circulación en zonas ciclables, peatonalizar vías o, incluso, aplicar la alternancia de matrículas en casos extremos

Nos asfixiamos. Quizá haga falta ser así de crudos para interiorizar la necesidad de atender la problemática de la mala calidad del aire que respiramos y concienciarnos así del cambio que deben entonar las Administraciones –en plural y mayúscula-, pero también el ciudadano. Y la prueba son las 3.500 muertes que cada año se producen por esta causa.

En este sentido, el Área Metropolitana de Barcelona ha presentado hoy un protocolo metropolitano de actuación para episodios de elevada contaminación atmosférica con el que se pone orden y se regula la actuación de la administración metropolitana en los diferentes casos de contaminación. El protocolo toma como referencia los casos de máxima concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) o de partículas PM10, que, en ocasiones, superan los niveles máximos establecidos por la Unión Europea y la OMS (Organización Mundial por la Salud) y que son, precisamente, los contaminantes más nocivos para la salud de las personas.

Partiendo de los datos recogidos en las estaciones de la Red de Vigilancia y Previsión de la Contaminación Atmosférica de Catalunya (XVPCA), en el caso del NO2, el protocolo define cuatro fases que van desde una de seguimiento atento, pasando al aviso preventivo y la fase de episodio, hasta llegar a la fase de alerta y máxima contaminación. En relación de las partículas PM10, el protocolo define dos fases, únicamente: aviso preventivo y fase episodio.

Por lo que se refiere a las medidas concretas que se aplican directamente según la fase del protocolo, encontramos desde ampliar la red ciclable reconvirtiendo carriles de circulación; regular los semáforos para dar prioridad al transporte público; reducir la velocidad de circulación como ya es habitual o, incluso, peatonalizar algunos ejes viarios; a restringir de manera estricta la circulación o establecer una circulación alternativa de matrículas pares o impares. “La elevada contaminación ambiental es una problemática estructural en la área metropolitana de Barcelona y pone de manifiesto la necesidad de abordar los retos largamente reivindicados por el conjunto de las administraciones locales”, ha dicho el vicepresidente de Movilidad y Transporte de la AMB, Antoni Poveda.

En este sentido, los 36 ayuntamientos metropolitanos estarán coordinados a través de la creación de una nueva figura encargada de este ámbito como gestor municipal de los episodios de alta contaminación. AMB y Generalitat también formarán parte de la coordinación con el objetivo de sumar esfuerzos.

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