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La zona metropolitana amplía las opciones de abastecimiento de agua en caso de sequía
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La zona metropolitana amplía las opciones de abastecimiento de agua en caso de sequía

Por Marta Fernandez Veas
miércoles 01 de febrero de 2017, 22:21h
La Agència Catalana de l’Aigua aprovechará una infraestructura paralela al Llobregat, construida en 2007, para inyectar agua de la depuradora en Molins. Molist: “Hay que aclarar que el agua de la ERA es aportada al río Llobregat y que se mezcla con la que el río lleva de manera natural; no es un consumo directo”

El Baix Llobregat cuenta, actualmente, con una logística triangular que hace difícil un episodio grave de sequía. Hablamos de la Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) Llobregat, ubicada en Abrera; de la desalinizadora de El Prat de Llobregat; y de la Estación de Distribución de Fontsanta, en Sant Joan Despí, que conecta los sistemas Ter y Llobregat con las principales fuentes de suministros de la red, de manera que permite el bombeo de agua hacia Abrera (3,3 metros cúbicos por segundo) y hacia la estación distribuidora de Trinitat.

Recuperar agua residual
En este sistema triangular ganará protagonismo la depuradora de El Prat con una de sus estaciones; en concreto, la Estación Regeneradora de Agua (ERA), que recuperará recursos hídricos que hasta ahora se desechaban para inyectarlos de nuevo a la altura de Molins de Rei y así ampliar el caudal del tramo sur del río Llobregat.

La ERA es una instalación que se encarga de tratar una parte del agua ya depurada en la estación depuradora del Llobregat. Jordi Molist, director del Área de abastecimiento de la Agencia Catalana del Agua (ACA) cuenta para El Llobregat que “este tratamiento, conocido como terciario, hace que el agua ya saneada pase por un nuevo proceso más avanzado, dotando al recurso de una mayor calidad”.

La introducción de agua en la zona sur del Delta permite asegurar el abastecimiento, pues, en caso de peligro de sequía, tan recurrentes en la zona. Por lo que respecta a los pozos para frenar la intrusión salina, están distribuidos en varios puntos de la zona del Delta. En cuanto a la tubería que aportará agua regenerada al río, está ubicada en el azud de Molins de Rei.

“Agua de Km.0”
Según fuentes oficiales del ACA, la ERA trabajará, como pasa con la desalinizadora, en niveles bajos de su capacidad (de entre el 10 o 20%). Sin embargo, siempre habrá la opción de, en casos de sequía, llegar a pleno rendimiento.

No sería la primera vez que ocurre; de hecho, esta estación llegó a funcionar al 100% de su capacidad con las sequías de 2007 y 2008. Entonces, sin embargo, los recursos se destinaron únicamente para incrementar el caudal circulante del río, así como para recargar el acuífero y para uso agrícola. Ahora, además, existirá la opción de reutilizar el agua como uso doméstico “gracias a una infraestructura de retorno que se construyó después de la sequía de 2007-2008”, explica Molist. Este nuevo paso permitirá incrementar el caudal y la calidad del agua del río, además de ser de nuevo captada y potabilizada aguas abajo, en la planta potabilizadora de Sant Joan Despí, convirtiéndose en un recurso potente para incrementar la disponibilidad de agua en zonas como el Baix Llobregat. “Es lo que el conseller de Territori y Sostenibilitat, Josep Rull, denomina agua de kilómetro 0”, nos dice Molist.

Una campaña de seguimiento analítico, de manera conjunta y coordinada con Salut, realizada en los años 2008-2009, demostraba que el agua de la ERA tenía buena calidad, incluso mejor que la natural del Llobregat, por lo que se autorizó su uso durante situaciones de sequía. Tal y como explica Molist, “hay que aclarar que el agua de la ERA es aportada al río Llobregat y que se mezcla con la que el río lleva de manera natural, por lo tanto, no es un consumo directo”.

La zona del Baix Llobregat está condicionada por el clima mediterráneo, lo que supone la alternancia de largos periodos con falta de lluvias, como también fuertes precipitaciones, pero de corta duración.

Por eso “nos obliga a hacer una gestión constante y detallada de los recursos hídricos, por un lado, para que los embalses puedan almacenar el máximo de agua para satisfacer las demandas ordinarias y, por otro, para que dispongan de suficiente resguardo de seguridad para laminar posibles avenidas”.

El planteamiento de este año es una nueva y exhaustiva campaña de demostración científica, para completar y profundizar la que se realizó en los años 2008-2009 con análisis de nuevos parámetros: “La voluntad es ir paso a paso y hacer una aportación gradual”, matiza Molist, que asegura que se hará en todo momento de manera coordinada con Salut y otros departamentos. III

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