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El Arzobispo de Barcelona aparta al párroco Custodio Ballester de L’Hospitalet
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El Arzobispo de Barcelona aparta al párroco Custodio Ballester de L’Hospitalet

Por Juan Carlos Ayala

viernes 01 de septiembre de 2017, 03:05h
Antes de su cese, por parte del Arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, Custodio Ballester me concedió una entrevista, que ni el propio servidor pensaba que iba a prosperar cuando me aventuré a hacerle una visita a su parroquia de Sanfeliu. Una entrevista que refleja, a la perfección, su ideario.

Ballester está acostumbrado a estar continuamente en el ojo del huracán. Representa el lado más conservador de la Iglesia Católica. Antiguo militar antes de ser ordenado cura en 1998, ya era conocido por la opinión pública por ser un sacerdote antiabortista, homófobo y xenófobo, inclusive ya había tenido rifirrafes con la que sería su más hostil enemiga dentro del poder, la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat Nuria Marín. Amparar cuatro años seguidos la concentración de la procesión, en la que desfilan miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona por las calles de la ciudad Condal, no ayudó a la relación entre ambos, que tuvo sus picos en declaraciones del cura para El País, donde dijo textualmente que: “Los socialistas y comunistas quieren convertir L’Hospitalet en Corea del Norte y han juzgado mi labor de párroco diciendo que yo había convertido la parroquia en un refugio de ultraderechistas”, además de: “Me fío más de los veteranos del Ejército, por su sentido de la lealtad, que de muchos de mis compañeros curas”. El clímax llegó con los hechos del 5 de noviembre, día en que celebró una misa en favor de la División Azul, envuelto de símbolos y cánticos franquistas.

Apartado por Omella
Ballester volvería a ser noticia en el marco del Día del Orgullo Gay al declarar, en una de sus sermones: “Allí están los homosexuales en Madrid durante toda una semana mostrando sus vergüenzas públicamente. Y en una semana lo harán aquí. Hemos olvidado que la homosexualidad es un pecado gravísimo, porque es contra la naturaleza del ser humano.

Acabaréis pensando que eso de ser gay está bien, que eso de ser gay es guay… Y resulta que no”. Tras este episodio, y tras abrirle expediente previo, el Arzobispado de Barcelona ha decidido apartar a Ballester de su parroquia para que pueda acabar una tesis doctoral y para una mejor atención a su familia; un año sabático que aleja al conservador Ballester de L’Hospitalet y del conflicto social en el que se veía inmerso.

Su punto de vista
Con una mezcla de afán y temor se realizó la interviú, donde el entrevistado se mostró abierto a responder toda clase de cuestiones. Referente al tema sobre cuándo podrán las monjas hacer misa dijo: “No es que los hombres seamos más privilegiados que las mujeres, es que cada uno de nosotros tiene un papel en la sociedad. Si las mujeres hubieran podido ser sacerdotes desde siempre, la primera hubiera sido la Virgen María. Pero el Señor no hizo eso, eligió a 12 discípulos. Vivimos en una época que parece que todos tienen el derecho a hacerlo todo, pero llega un momento que no podemos permitir pasar por según qué situaciones. Y eso que muchas veces las mujeres son más santas que los hombres”.

En cuanto al tema de la homosexualidad, surgieron varios temas; como la reprimenda que le dio un obispo a un sacerdote por bendecir un matrimonio de dos personas del mismo sexo en Castellón; la inclusión novedosa por parte de Disney de un beso gay en su última película “La bella y la bestia”; o si la Iglesia debería disculparse del colectivo gay tal como dice el Papa Francisco. Declaro que: “Hay un signo material que forma parte del sacramento, y el sacramento del matrimonio es entre hombre y mujer. Igual que no puedo bendecir la misa con un bizcocho o con cerveza, no puedo dar por buena la unión de dos hombres o de dos mujeres. El nuevo Papa es distinto a los demás, muy humilde, muy comunicativo, y, sobre todo, muy coloquial. Esta coloquialidad a veces le juega malas pasadas, y dice cosas que luego se sacan de contexto o que pueden tener distintas interpretaciones. Tiene razón en que se han cometido barbaries contra el colectivo homosexual. Pero eso no quita lo que es normal y lo que no”.

También hubo cabida para hablar del aborto en casos de violaciones, donde dijo que “no se puede solucionar un mal haciendo uno peor. La violación es un crimen, pero matar a una persona es un crimen todavía más grande. Por mucho que te hayan violado un aborto es un aborto, y es mucho más traumático que una violación”, como también de la crisis de refugiados poniendo el foco en el caso de España, que incumplió la tasa que Europa le impuso: “España supongo que piensa que tienen suficiente con los que entran por la verja”. El apogeo del encuentro tuvo su lugar cuando surgió la pregunta sobre su situación en la comunidad y su relación con los otros curas.

Ballester explicó que: “Detrás de esa ceremonia, que simplemente fue un homenaje a los caídos de la División Azul, está que a la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat no le gusto yo, y quiere acabar con la procesión del Cristo de Buena Muerte acabando conmigo. Y se ha agarrado a este clavo porque durante 3 años hemos pasado por encima de su voluntad. Por eso nos hemos manifestado por la libertad religiosa, porque es esa libertad que ellos violan al impedir esa procesión. Hay curas con los que estoy más cercano ideológicamente y otros más lejanos. Estoy para decir el evangelio, no para caer bien a la gente. No hago política, yo lo que creo lo digo y punto”.

Encuentro con el padre Manolo
Al realizar la entrevista había la necesidad primordial de buscar más fuentes de la ciudad de con un cargo similar, y encontré diversas, la primera, el padre Manolo, cura de la Parroquia de la Mare de Déu de la Llum, situada en el barrio de la Florida. El padre Manolo tiene fama de ser la antítesis del padre Custodio. Si anteriormente hablábamos del conservadurismo de la Iglesia Católica, toca el turno de la vertiente más progresista.

La entrevista tuvo lugar en la propia casa del padre Manolo, que no tuvo problemas en abrirme la puerta de su casa, a pesar de que yo era un completo desconocido para él. Tocamos prácticamente los mismos tópicos hablados precedentemente con el padre Custodio, ya que esperaba un contraste de opiniones para poder comparar ideas. Y la verdad, no salí nada decepcionado.

Respecto a la pregunta de si podrán algún día las monjas hacer misa, comparó la Iglesia con una tortuga que va lentamente. Explicó que hoy en día lo ve ciertamente imposible, pero que en el futuro seguramente sea posible, ya que el género según él, no pone ninguna barrera. Recomendó poner a mujeres en altos cargos de la Iglesia para que se integren mejor en ella, y que la tradición hay que romperla cuando es necesario el cambio para mejorar.

En consideración a su opinión sobre el Papa Francisco expresó: “Es un vendaval de aire fresco a la Iglesia. Está haciendo una autocrítica a la institución como tal, empezando con pequeños gestos. El Papa Francisco no pretende romper, es sencillo, ama la pobreza. Ojalá sus palabras lleguen a los propios cardenales, obispos y curas, y a la ciudadanía en general”.

Cuando el entrevistado habló de no romper me llamó bastante la atención, ya que precisamente esa heterogeneidad de ideas latente en la sociedad cristiana está produciendo la fractura entre dos inclinaciones: “Precisamente unir es lo que está intentando hacer el Papa. No se puede aplicar normas para todos por igual, él piensa que hay que mirar las circunstancias de cada uno”. Por lo que corresponde al tema de la homosexualidad, fue claro y directo: “Vive y deja vivir. Al final lo importante es vivir el evangelio. Si una persona es homosexual, que sea un buen homosexual. Pedir codena es casi medieval, nadie tiene la verdad absoluta. Hay gente que pretende ser más papista que el Papa”. También habló del matrimonio gay, matrimonio que él bendeciría, aunque fuera en la clandestinidad, sin otorgarle mucha publicidad.

Llegamos al punto más tenso del diálogo. Le pregunto qué opina de la frase “Igual que no puedo bendecir la misa con un bizcocho, no puedo dar validez al matrimonio de dos personas del mismo sexo”. No le digo el autor de dicha oración, que era Custodio Ballester: “Vaya tontería. Quién haya dicho eso es un perturbado mental”.

Cuando le dije el nombre del autor de la cita cambió su sonrisa por un rostro serio, sobrio y que dejaba entrever un nerviosismo que interfería con las palabras entrecortadas que intentaba pronunciar sin éxito. Ya puestos al tema, dirigí hacía él una última pregunta que trataba de los límites de la libertad de expresión, con propagandas fascistas en el interior de una Iglesia: “La Constitución prohíbe solemnemente hacer muestras de cualquier ideología política dentro de una Iglesia. Es horroroso, tiene que estar separada del poder. La Iglesia está para unir, el cura no puede hacer lo que le dé la gana sin escuchar a nadie. El arzobispado no sabe qué hacer con este hombre. A Custodio le saludo por cortesía, nada más”.

Ideología diversa
Salí de la entrevista con la certeza de haber puesto en manifiesto la división de la Iglesia y el gran revuelo que estaba causando el caso de Ballester en la ciudad. Quise contrastar con dos fuentes más, aun sabiendo que difícilmente iba a conseguir tanta diferencia en la comparación de ideas como en las dos anteriores. Una fue la de Ramón Mor Balaguer, cura de la parroquia de Santa Eulalia de Provençana, situada en el barrio de Santa Eulalia, también en Hospitalet de Llobregat. Preferí coger una figura que fuera neutral y que pudiera dirigirse en cualquier de los dos bandos, y la elección de Mor daba de lleno en mi primera intención.

Con relación al Papa Francisco declaró: “Tiene un lenguaje que rompe los esquemas. Muchas veces la prensa contextualiza lo que dice simplemente para vender periódicos, porque un titular sensacionalista es lo que vende. Utiliza un lenguaje actual, tiene una manera de decir las cosas que parece que haya cambiado todo. Hay temas más urgentes, como la división de los cristianos”.

Esta última frase puso en bandeja la siguiente pregunta, que trataba de la heterogeneidad existente en la Iglesia: “En una Iglesia te puedes encontrar tipos de gente con ideología muy diversa. Conozco tanto a curas muy cercana que quieren romperlo todo, tanto como los que prefieren mantenerlo todo tradicional. Al final es como un padre que tiene diversos hijos, hay que coger lo mejor de cada uno”. Respecto a la reprimenda de un obispo a un cura por bendecir un matrimonio homosexual dijo: “Hay criterios que se oponen a lo que es la Iglesia. No se puede decir en estos momentos que la homosexualidad tenga aceptación en el camino del Señor. Si el Papa dice que puede haber misericordia, es que algo malo han hecho. Yo no les juzgo, no lo comparto, pero no soy quién para condenarlos”. En cuanto al tema del aborto, observó que más que pedir perdón para todas aquellas mujeres que abortan, son ellas las que se arrepienten constantemente de haber abortado a su hijo, son ellas las que no se suelen perdonar, según el cura.

Finalmente, al hecho de separación iglesia-estado declaró: “La Iglesia no es política, no está para eso. Por ejemplo, en tiempos de Hitler, la Iglesia denunció todos los actos cometidos, pero fue un caso de excepción. Yo llamé a Custodio y le di mi opinión sobre el tema. Lo grave no es la misa que hizo, sino las banderas que exhibió”.

La última entrevista no se realizó tan satisfactoriamente como las otras tres anteriores. Tuvo lugar en la Iglesia Cristiana Evangélica de Pau Sans, en el barrio de Sant Josep y el elegido fue el cura Josep Carboneres. El sacerdote era un hombre de pocas palabras, a diferencia de los otros tres anteriores. Estaba nervioso, parecía como si no quisiera decir nada.
No sería sincero si sacara muchas declaraciones de este encuentro, la más destable fue la referente a la división de la Iglesia, y con el tema del padre Custodio: “Es cierto que cada vez más se está haciendo más visible el tema de la heterogeneidad en los cristianos. Respecto al padre Custodio, creo que se equivocó, pero no soy quién para juzgar, ya que habría que meterse en su piel”. III

La voz de los fieles

Consultadas las fuentes expertas, llegaba la hora de ver lo que opinaban los fieles católicos de la división que había en la Iglesia Católica. Para ello, les mostré declaraciones de cada uno de los curas entrevistados, y les pedía su punto de vista.

Escogí a 6 personas, las cuales dividía en tres rangos de edad. Los entrevistados más jóvenes fueron Fabrizio Dávila y Paula Álvarez, de 19 y 20 años respectivamente. Los dos testimonios tuvieron bastante consonancia, Fabrizio declaró: “Yo soy católico, pero lógicamente no estoy de acuerdo con todos los cristianos. Cada persona es un mundo, yo personalmente quiero el cambio en la Iglesia, pero sin tener la necesidad de romper y dividir”. Por lo que corresponde a Paula, expresó su malestar por el fraccionamiento de los fieles cristiano: “A mí, me sabe muy mal todo esto. Estamos para seguir el evangelio, luego cada persona tiene una vida aparte cuando sale de misa, pero no se debe mezclar nunca la religión con tus ideales, que es vida personal”. Luego también pude contactar con Sergio Navarro, de 36 años, y Andrea Bautista, de 32. En este caso sí hubo disparidad de puntos de vista. Sergio expresó que es inevitable que haya discrepancias entre los propios curas, ya que también son personas.

Además, defendió la figura del padre Custodio, diciendo que él solo permitió que se celebrase una misa para los muertos. En cambio, Andrea, relató: “Es una vergüenza que en pleno siglo XXI existan manifestaciones fascistas. Tendrían que echar a Custodio de la parroquia, no puede hacer misa nunca más”. Finalmente, se pudo hablar con Margarita Sánchez, de 62 años, y Alfonso López, de 68. Fueron bastante escépticos con el tema, mientras Margarita explicaba que a ella la política le importa bastante poco, Alfonso contaba que él solo quería ser válido para Dios en el día del juicio final.

Dejando tema de fuentes expertas y testimonios, hace falta hablar de las repercusiones de los hechos en el barrio de Sanfeliu y en la ciudad de l’Hospitalet de Llobregat, que es un polvorín a punto de explotar. Los partidos políticos que han estado más activos en este aspecto han sido el PSC, con Nuria Marín a la cabeza, y la CUP, que han intentado por activa y por pasiva echar a Ballester de la parroquia organizando manifestaciones. Ha tenido su respuesta en manifestaciones a favor de la libertad religiosa encabezadas por Custodio Ballester, y respaldadas por VOX.

Por mi parte, presencié en primera persona la manifestación del día 24 de marzo, una protesta que iba dirigida a ser multitudinaria, y a pesar de que la lluvia parecía inexorable, se unieron más de un centenar de personas. En ese evento pude presenciar la tensión y la división insana que había provocado Ballester en la ciudadanía.

Unos a gritos de terroristas, mientras otros exclamaban: “Fuera fascistas de nuestros barrios”. Vicente Díaz, portavoz de la Asociación de Vecinos de Sanfeliu, me concedió una entrevista. Explicó que, si en el barrio y la ciudad hubiera tradición ultraderechista, podría llegar a entender. Pero no es el caso de l’Hospitalet de Llobregat, una ciudad obrera de larga tradición socialista. Relató que ve difícil echar a Ballester de la parroquia pero que: “Si nos ponemos pesados y nos organizamos podemos echarlo”.

El caso también ha llegado a los medios catalanes como TV3, a pesar de que no llene primeras caras de periódicos.

Me acuerdo de la última vez que visité a Custodio en su parroquia. Le preguntaba sobre cómo estaba el tema de las protestas y su relación con el arzobispado, soltó entre carcajadas: “Esos rojos ya me han dejado en paz”. Justo cuando la conversación estaba llegando a su fin, vino un chico muy joven, aproximadamente de mi edad. Llegaba balbuceando risas y cansancio, lo que le dijo a Ballester no se me podrá borrar nunca de la memoria: “Padre, te juro que, si vuelven a manifestarse, me pongo en primera fila y los mato a todos”. Las risas de los presentes contrastaban con mis ganas de salir de allí inmediatamente. III

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