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La pobreza se enquista en el Baix

La pobreza se enquista en el Baix

jueves 02 de noviembre de 2017, 20:54h
Càritas de Catalunya ha presentado, recientemente, la habitual Memoria anual del año 2016, un documento que prueba que la recuperación económica no está llegando a las familias con más dificultades.

Tampoco en nuestro territorio. El Llobregat ha tenido acceso a los datos propios de Càritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat -entidad territorial con sede en la capital de comarca que engloba al Baix Llobregat, entre otras- y no son alentadores.

En total, Càritas Diocesana de Sant Feliu ha atendido a 39.770 personas a lo largo de 2016, de las cuales 18.617 son del Baix Llobregat. Es decir, el 5,16% de las atendidas en toda Cataluña (360.604), que experimenta un crecimiento de las personas beneficiadas del 4,7%. En nuestro territorio, en cambio, los datos ni suben ni bajan desde 2014, con lo que la Diócesis alerta del peligro de “cronificación de la pobreza”, según Francesc Arnaez, responsable de comunicación y sensibilización de la entidad: “Constatamos que en 2016 el número de personas atendidas en nuestros proyectos se ha mantenido de manera muy similar al 2015 y 2014, por tanto, no podemos hablar de una mejorar de la situación de las personas”.

En peores circunstancias
De hecho, esta estabilización del dato cuantitativo no se traslada al escenario cualitativo. Es decir, se atiende al mismo número de personas, pero, en comparación con años anteriores, se encuentran en peores circunstancias. Así lo explica Arnaez: “Se estabiliza el número de personas atendidas, pero la situación de las familias exige una mayor intensidad en las actuaciones para acompañarlos en su proceso de inclusión social”.

En este sentido, el principal perfil de personas atendidas es el de personas con cargas familiares, tanto parejas con hijos como familias monoparentales que, en el caso de Càritas de Sant Feliu, representan el 50% del total. Por otro lado, el 28% de las personas beneficiadas son menores de 18 años, un dato que también preocupa especialmente a la entidad: “La vulnerabilidad de esta franja, sumado al importante riesgo de transmisión intergeneracional de la pobreza de los jóvenes que viven con familias ya en situación de riesgo, ha hecho que hayamos aumentado el número de proyectos del programa de Infancia”. La cuestión es muy grave, puesto que se corre el peligro de ‘heredar’ la situación de pobreza.

Por franjas de edad, el principal colectivo atendido es el de personas adultas entre 30 y 64 años, que suponen un 53% del total. Sus principales problemas son la falta de trabajo y la precariedad laboral, así como las dificultades para acceder o mantener una vivienda con un nivel de precios asequible a su situación. Y es que, según Càritas, el 60% de los atendidos en edad de trabajar están en paro o buscando trabajo, mientras que el 40% restante cuenta con contratos precarios o parciales que no dan respuesta a sus necesidades. Son la nueva categoría emergente de trabajadores pobres. Cerca del 55% de las personas atendidas son nacidas en España o en el resto de países comunitarios, mientras que el 45% son extracomunitarios. III

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