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Cinco trabajadores de Honeywell presentan la primera demanda en España que pide reconocer como enfermedad profesional la ansiedad que provoca haber estado expuesto al amianto
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Cinco trabajadores de Honeywell presentan la primera demanda en España que pide reconocer como enfermedad profesional la ansiedad que provoca haber estado expuesto al amianto

martes 28 de noviembre de 2017, 18:59h
La demanda de los empleados de la multinacional, especializada en la fabricación de pastillas de freno para vehículos y que durante muchos años estuvo en El Prat, se inspira en una resolución del Tribunal Superior de Justicia de París que obligó a indemnizar a 80 empleados de la planta francesa por “lesiones de ansiedad”

El amianto o asbesto o más conocido, por su comercialización en España, como uralita o fibrocemento fue, a lo largo de bien entrado el s.XX el material preferido de la construcción por su capacidad de aislamiento térmico tanto de espacios como de conducciones y su papel para insonorizar estancias. Techos de muchas naves y fábricas; cobertizos; establos; pero también conducciones de todo tipo de edificaciones –incluidas las escuelas- o depósitos de agua y otros líquidos siguen presentes entre nuestras calles. De hecho, estamos rodeados de amianto; tanto que es imposible, todavía, disponer de un censo que lo tenga controlado.

Éste no es el problema, sino que, a mediados ochenta, se demostró que sus fibras eran altamente cancerígenas lo que hizo que se prohibiera progresivamente este material hasta su veto definitivo en 2002. Otro de los grandes problemas es la elevada latencia de las enfermedades vinculadas al amianto, que podrían presentarse hasta 20 o 40 años después de inhalar las fibras en el cuerpo. Este peligro obliga a los trabajadores que han estado expuestos a controles rutinarios de por vida lo que puede generar trastornos de ansiedad y depresiones ante la posibilidad de sufrir alguna grave patología, algunas mortales.

Por ello, un grupo de cinco trabajadores de la empresa Honeywell, ubicada anteriormente en El Prat y ahora en la Zona Franca de Barcelona, han presentado la primera demanda en el Estado español que reclama reconocer como enfermedad profesional dichos trastornos de ansiedad y depresiones. La demanda se inspira en una resolución del Tribunal Superior de Justicia de París que ha obligado a Honeywell de Francia a indemnizar a hasta 80 trabajadores por “lesiones de ansiedad” en relación con la exposición al amianto que sufrieron en su momento.

La demanda ha sido confeccionada por el Col·lectiu Ronda con el apoyo de la Asociación de Víctimas Afectadas por el Amianto de Catalunya (AVAAC), constituida en El Prat con vocación autonómica y estatal: “La ansiedad es un problema de salud con efectos constatables sobre nuestro bienestar y la integridad física del organismo y, como tal, resulta perfectamente exigible que las empresas que han expuesto a sus trabajadores al amianto sin adoptar las pertinentes medidas de seguridad se hagan cargo de indemnizar a estas personas por el sufrimiento de una vida entera de angustia”, dice Àlex Tisminetzky, abogado del Col·lectiu Ronda que asesora a los demandantes.

Por su parte, el vicepresidente de la AVAAC, José Luís Gómez, habla del miedo diario que sufren: “Convivimos diariamente con el miedo. Y el peor momento son las revisiones anuales. Esperar el resultado y confiar que será negativo, que tendremos un año más de tregua antes de volver a pasar el trago. Y nosotros aún tenemos la suerte de que nos hacen las revisiones”.

Antes de 2002, la multinacional especializada en pastillas de freno para vehículos trabajó con amianto de forma masiva y, según Ronda, “en permanente incumplimiento de la normativa específica de protección de la salud de los trabajadores”. Así lo consideran, tal y como explica el colectivo, las 17 sentencias –la mayoría firmes- que durante lo que llevan de lucha han condenado a la compañía.

El amianto puede ocasionar, entre las principales enfermedades, mesotelioma o cáncer de pleura, que tiene una esperanza de vida en la que solo el 20% llega a los dos años de vida. Por todo, Europa quiere retirar de la vía pública todo el amianto en 2028. Estamos casi en 2018 y, como decimos, en España, no está ni censado.

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