Después de dos semanas de los primeros paros, los trabajadores de Industrias Titán, la conocida compañía de pinturas Titanlux, han confirmado que mantendrán el calendario de paros previstos para este diciembre y que les convoca todos los martes y jueves del mes de 11 a 13 horas y de 15 a 17 h. hasta el día 19.
De esta manera, la plantilla quiere denunciar la política de despidos que están sufriendo, según ellos, por un “ambicioso plan de reestructuración que está llevando a cabo la dirección de la empresa y que tiene como único objetivo aumentar los beneficios a costa del despido de sus trabajadores”.
Según reclama el comité de empresa, el número de despidos asciende ya a más de 70 en lo que lleva de año y podrían continuar mientras no se reduzca los costes salariales en un 10% sobre la facturación lo que representa suprimir un tercio de la plantilla.
Además, según denuncian, la opción escogida es la del despido individual y no el colectivo, que obliga a la empresa a demostrar que realmente existen causas legales y, si las hay, a negociarlas con la plantilla. Por ello, la plantilla reclama la readmisión de todos los trabajadores despedidos. “No es justo que los trabajadores y las trabajadoras paguen con despidos los problemas económicos ajenos a la marcha de la empresa. No estamos de acuerdo en que se externalicen actividades productivas propias a la empresa que funcionan con salarios y condiciones precarias”, recoge el último comunicado de UGT. “No aceptamos que se despidan a trabajadores por reducir los costes salariales, mientras la dirección y los altos cargos eluden su obligación legal de declarar en los balances los altos salarios que cobran. No aceptamos que sobre personal, mientras se les sobrecarga de trabajo con cada despido”.
Y es que uno de los principales problemas de la compañía es la situación financiera en la que ha derivado. Según UGT, la centenaria Industrias Titán –que ahora es propiedad de la familia Folch-Rusiñol- nunca ha tenido pérdidas. Tampoco este último ejercicio: 2016 cerró con una facturación de 103 millones de euros y 2,3 millones de beneficio. Sin embargo, la sociedad -de la que también formaba parte la familia Lara y Isak Andic, propietario de la marca Mango- compró en 2006 un paquete de acciones del Banc Sabadell valorado en unos 500 millones de euros y que, con distintas ampliaciones, ha superado los 1.300 millones.
Díez años después, el valor ha caído en un 86% con lo que los propietarios de la empresa han tenido pérdidas de más de 90 millones de euros que han comportado una serie de préstamos y refinanciamientos. Una situación que se concreta, además, con el despido de trabajadores, la descapitalización de la compañía con la venta de edificios industriales y terrenos y que, previsiblemente, derivará en la venta de la propia sede corporativa, según el sindicato.
Por todo, la plantilla reclama buscar alternativas y no trasladar al personal dicho problema financiero del que ellos no han sido responsables.
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