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El Baix se tiñe de ‘Violeta’ contra la discriminación del colectivo LGTB+
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El Baix se tiñe de ‘Violeta’ contra la discriminación del colectivo LGTB+

viernes 01 de diciembre de 2017, 00:54h
La entidad estatal ‘Violeta’ suma seis delegaciones en el territorio de las más de una docena que tiene en Cataluña. Sant Boi ha sido la última ciudad en habilitar un punto de visibilidad desde que naciera la asociación, hace dos años, en Sant Feliu

Lesbianas. Gays. Transexuales. Bisexuales. Intersexuales. Queer. Transgéneros. Travestis. Asexuales. Heterosexuales. Pansexuales. Estos once colectivos, según su identidad de género u orientación sexual, son los que integran las siglas LGTBIQTTAHP, más conocida como LGTB+. Para dar visibilidad a todos ellos, para muchos desconocidos, la entidad estatal ‘Violeta’, creada en Sant Feliu de Llobregat, hace dos años, continúa con su expansión progresiva desde el Baix Llobregat al resto de Cataluña y España.

En total, la entidad ya cuenta con seis delegaciones en nuestra comarca, de las más de una docena que suma en toda Cataluña: Sant Feliu, Molins, El Prat, Viladecans, Olesa (constituida, pero sin delegado en estos momentos) y Sant Boi trabajan para, como decimos, dar visibilidad al colectivo, asesorar ante posibles casos de discriminación y, en definitiva, luchar por la igualdad e integración de los colectivos.

La mitad, en el Baix
La mitad de las delegaciones están, pues, en el territorio y sigue expandiéndose como demuestra la apertura del último ‘Punto de Visibilidad’ de Sant Boi. El espacio estará ubicado los jueves, de 19 a 21 horas, en Can Massalleras, para acercar la información del colectivo a la ciudadanía y, sobre todo, que tengan un punto de referencia próximo: “La visión en Sant Boi es la de hacer políticas de cara a favorecer el colectivo LGTB+ ya que hasta hace poco, que se hizo lo del autobús, no se había hecho nada plenamente visible. Queremos decir estamos aquí y generar visibilidad dentro de la sociedad y fraguando puentes entre entidades y el Ayuntamiento. Y, para nuestra sorpresa, la implicación municipal ha sido muy positiva”, explica Jesús García, delegado de Violeta en Sant Boi.

De esta manera, la entidad rompe con el centralismo histórico de la ciudad de Barcelona: “El colectivo LGTB+, por norma, siempre nos desplazamos a Barcelona y a un barrio concreto, el Eixample, donde hay más comercios, bares y entidades del colectivo”, dice el santfeliuense Luis Serrano, presidente de Violeta. “Barcelona está muy bien, pero en los pueblos, por muy grande que seamos, nos creemos que los deberes están hechos y no”. Prueba de ello es que, según explican, en la última feria de Sant Isidre de Viladecans, un grupo les empezó a escupir y a gritar; mientras que en Sant Boi, hace un año, leyendo un manifiesto, “nos empezaron a gritar y a echar las culpas como si los males del mundo fueran por nosotros”, recuerda Serrano.

Agresiones cotidianas
Dar apoyo y asesorar ante situaciones como ésta o compartir información que para muchos es desconocida da sentido a los puntos de visibilidad, donde se encuentran consultas muy variadas: “Te encuentras todo tipo de problemáticas: preguntas por temas de aceptación; dudas de prevención de infecciones de transmisión sexual, temas de hormonación para personas transgénero… Son las principales dudas por las que nos preguntan”.

Y es que la discriminación está hasta en los pequeños detalles: “Hemos encontrado casos de despido por ser gay que no han sido denunciados por miedo tras expresiones del jefe como ‘Aquí no quiero maricones, ¡fuera!’; un vecino de Vilanova i la Geltrú al que le han pintado en la escalera ‘maricón’ o una chica ‘trans’ que se va a depilar y en el momento de hacerlo le dicen que le van a cobrar como a un hombre. Eso, para una persona que se define como femenino, es una agresión”.

En este caso particular, el hecho no pudo ni siquiera ser denunciado porque la ley 11/2014 de Cataluña, de 10 de octubre, para garantizar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia solo se refiere a los centros públicos, no a los privados: “Hemos tenido que acordar, con los sindicatos, una actuación no agresiva de sus trabajadores a través de la sectorial ‘trans’”, apunta Serrano.

Sea como fuere, los representantes de la entidad, en declaraciones a El Llobregat, invitan a denunciar para no dejar impune estos actos de discriminación: “Si uno no denuncia ante estas injusticias, lo que se está haciendo es contraproducente para que esa sociedad mejore”.

Puerta al optimismo
Es, también, la manera de hacer ver el colectivo y “cuando algo es visible, la sociedad sana o se empieza a sanar”. Y ya hay iniciativas que dejan la puerta abierta a la esperanza como la que tomó la Escola Vedruna de Sant Boi que convirtió las tradicionales AMPAS (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) en AFA (Asociación de Familias de Alumnos) y evitar así la estructura familiar tradicional como norma. III

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