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Jornada de reflexión: Guerra de símbolos en las señales de tráfico
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Jornada de reflexión: Guerra de símbolos en las señales de tráfico

miércoles 20 de diciembre de 2017, 17:35h

Pasos de cebra que simulan una estelada, el ‘Stop’ con el 155 o pegatinas con la bandera española son algunas de las actuaciones que no ha podido evitar una Junta Electoral desbordada

Jornada de reflexión: Guerra de símbolos en las señales de tráfico

Las elecciones autonómicas más excepcionales de la historia democrática de Cataluña llegan a su jornada de reflexión con destacadas muestras del momento de confrontación política en el que está inmerso el país. Una confrontación que se ha trasladado a la calle, a las instituciones públicas y, hoy, a las señales de tráfico. De hecho, según hemos podido saber, las Juntas Electorales de zona están que no dan abasto con más denuncias y quejas que nunca en una convocatoria electoral.

Sin entrar en valorar las expresiones partidistas, de cualquier índole, que se han ido dando a lo largo de esta campaña electoral, enmarcadas dentro de la libertad de expresión, sí que nos vamos a centrar en las llevadas a cabo a partir de la manipulación de señales de tráfico, lo que tiene un impacto en la seguridad vial, así como las que se han dado a partir de un uso partidista de las instituciones públicas.

En este sentido, hoy hemos podido comprobar como, en municipios como Torrelles de Llobregat, todavía siguen pintados algunos pasos de cebra simulando una estelada a partir de alargar el blanco de las líneas y colocando una estrella (puede ser el caso que lleven meses desde que hubiera una ola de pintadas a finales de septiembre por municipios de toda Cataluña). De la misma manera, hay señales verticales de ‘Stop’ con un 155 pintado debajo. En estos casos particulares, según hemos sabido, el PSC local ha presentado una queja formal ante la Junta Electoral de zona. Sin embargo, la realidad es que, a día de hoy, siguen estando ahí.

Para poner más leña al fuego, hoy diferentes municipios del Baix Llobregat, Garraf y Barcelona han amanecido con señales de tráfico y marquesinas tapadas con pegatinas de banderas españolas. Unas acciones que, encima, representarán un gasto económico para los Ayuntamientos afectados.

Así, pues, la sociedad catalana irá mañana a votar envuelta en símbolos y banderas simuladas por doquier ante la incapacidad de la Junta Electoral de evitarlo. Sí que ha actuado, por ejemplo, ante la pancarta a favor de la ‘Libertad de los presos políticos’ colocada en el balcón del Ayuntamiento de Sant Vicenç dels Horts y que, a petición del PSC, fue retirada por otra, simplemente, a favor de la libertad de expresión. Es un claro caso, como decimos, de la apropiación partidista e indebida de las instituciones públicas y que va más allá de la libertad de expresión política y personal. Otro caso como éste, en el territorio, se ha dado en Begues, en donde el boletín municipal del municipio publicó en portada un lazo amarillo.

Casi el doble de agentes de seguridad

Si la situación ya es compleja de por sí, la jornada electoral de mañana puede derivar en posibles episodios de confrontación a partir de las distintas prohibiciones de la Junta Electoral Central. Entre ellas, destaca la prohibición de miembros de mesa, interventores y apoderados de “llevar camisetas, emblemas de formaciones políticas o que incorporen símbolos de carácter partidista como el lazo amarillo”. Una especificación que podrá dar lugar a nuevas quejas por parte del resto de interventores y apoderados. Estas restricciones no afectarán al resto de votantes.

Por todo, según ha anunciado hoy el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, y el secretario general técnico del Ministerio del Interior, Juan Antonio Puigserver, la cobertura policial de las elecciones contará con 17.000 agentes tanto de Mossos d’Esquadra y Policías Locales, como de agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Seguridad Privada.

El peso fundamental del dispositivo irá a cargo de Mossos, que suman 12.321 agentes, que se repartirán por un total de 2.682 colegios. La idea es que pueda haber una patrulla, prácticamente, por colegio electoral y no tener unidades rondando por varios. Los cuerpos de seguridad nacionales prestarán apoyo en caso de necesidad y custodiarán los edificios del Estado y las infraestructuras de su competencia.

En total, 5.554.394 catalanes están llamados a las urnas.

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