El agua regenerada a partir de aguas residuales dejará de verterse en su totalidad en el mar para reinyectarse en el río Llobregat. Ésta será una de las medidas que, tal y como explicó El Llobregat hace un año, llevará a cabo la Agència Catalana de l’Aigua para hacer frente a los episodios de sequía como al que se enfrenta Cataluña en estos momentos.
El Consejo de Administración de la ACA aprobará este jueves las medidas concretas para la explotación del denominado sistema terciario del Baix Llobregat y su financiación después del acuerdo de hoy entre la institución y el Área Metropolitana de Barcelona. De esta manera, la depuradora del Llobregat, ubicada en el término municipal de El Prat, podrá aportar hasta un máximo de 2 m3 por segundo, lo que equivale al consumo medio de una población de un millón de habitantes o, trayendo el ejemplo al territorio, el 25% de la demanda del Área Metropolitana de Barcelona.
De hecho, la nueva estrategia de la ACA permitirá aumentar el caudal del Llobregat para su consumo, pero también contribuir en la recarga de los acuíferos –reservas estratégicas-, aportar caudal ambiental a las lagunas de la Vall Baixa y del Delta o frenar la salinización. Para ello, la ACA financierá los costes de explotación de la planta de postratamiento terciario de la depuradora del Llobregat con hasta 4,5 millones de euros (2,5 millones iniciales, con la posibilidad de incorporar uno más en caso de tener que incrementar la producción de agua; y se dipondrá de otro millón más por si son necesarias actuaciones de mejora y adecuación de las instalaciones).
El acuerdo entre ACA y AMB concreta, pues, tres situaciones con su correspondiente modelo de funcionamiento. En caso de situación de normalidad, se activará el agua de posttratamiento para crear una barrera contra la intrusión marina y garantizar la calidad del agua de los acuíferos.
En caso de pre-alerta o alerta (entre el 70 y el 35% de las reservas), las aportaciones del sistema terciario de la depuradora servirían para frenar la intrusión salina y de la resta de usos como los agrícolas, ambientales o municipales. Y, por último, en el peor de los casos, en caso de excepcionalidad (25% de las reservas) y emergencia (20%), la aportación se hará aguas arriba, en concreto, a la altura de Molins de Rei, para aumentar el caudal del río y, así, tener más metros cúbicos para captar y volver a potabilizar.
En relación con la calidad, según la autorización del 28 de noviembre de 2017 de la misma ACA, las exigencias son mayores que para el agua que se vierte en el mar, por lo que esta agua regenerada pasará un nuevo tratamiento adicional también en el sistema terciario de la depuradora.
En paralelo, el acuerdo contempla la creación de un grupo de expertos con representantes tanto de la ACA, el Departament de Salud y la AMB con el objetivo de planificar la hoja de ruta de la planta y analizar la posibilidad de aportar agua en el tramo final, incluso, sin llegar al episodio de excepcionalidad de la sequía.
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