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Una nueva política para garantizar las pensiones

Por Carles Ruiz, alcalde de Viladecans

jueves 03 de mayo de 2018, 20:34h
Hace pocos días, en una nueva pirueta de las que nos tiene acostumbrados, el Partido Popular ha pactado con el Partido Nacionalista Vasco la subida de las pensiones equivalente al IPC.

Pocas horas antes, el propio Mariano Rajoy había descalificado radicalmente a los socialistas que proponíamos esta subida, asegurando que era poco más o menos una locura. Hemos comprobado una vez más con qué frivolidad trata el Partido Popular los derechos de la ciudadanía y la absoluta ausencia de un criterio para la mejora de los servicios.

El ministro Montoro lo dejó muy claro recientemente: el objetivo del gobierno central es reducir más el peso del Estado en el PIB en relación a otros países europeos para ganar competitividad. En otras palabras, el propósito de la derecha no es mejorar la calidad de vida de los españoles sino disminuir los servicios que nos presta el Estado, ganar competitividad devaluando a las personas.

El verdadero debate sobre las pensiones no es cuánto cuestan, sino cómo garantizamos un sistema que asegure su dignidad, como ocurre en otros países. El correcto funcionamiento sólo puede cimentarse sobre la base de tres pilares: El primero es la existencia de unos salarios dignos, ya que nuestro sistema de reparto se basa en las aportaciones que hacen los trabajadores y trabajadoras actuales a la bolsa común. En segundo lugar, todas las bonificaciones y exenciones que quieran ofrecer los gobiernos de turno sobre las cuotas sociales, no deberían cargarse a la bolsa común, sino a los presupuestos generales del Estado. Y, finalmente, la existencia de un compromiso claro para que las cuentas estatales aseguren el mantenimiento del sistema si, en determinadas circunstancias, los recursos no fueran suficientes.

Aun así, para garantizar su dotación, los socialistas proponemos un impuesto a los beneficios de la banca, que evidentemente no repercute en los impositores, y otro a las transacciones financieras. El Estado podría recaudar, de esta manera, entre 800 y 1.000 millones de euros anuales más. Si hemos desembolsado 77.000 millones de euros para rescatar a la banca, creemos que es justo pedirle al sistema financiero que contribuya en caso de necesidad a garantizar nuestros derechos.

El PP, con la colaboración de Ciudadanos, ha atacado sistemáticamente las tres columnas del sistema. La reforma laboral del Partido Popular, apoyada también por los diputados de Puigdemont, ha debilitado los salarios, y los diferentes “pececitos” que regalaba Montoro se han ido cargando a la bolsa común de la Seguridad Social. La alternativa que propone el Gobierno a esta situación no es cubrir la falta de recursos de la bolsa de las pensiones con los presupuestos del Estado, sino animar a los españoles a tener sistemas privados de pensiones complementarios.

El futuro de las pensiones no tiene por qué estar en peligro. El problema de las pensiones no son los recursos sino las políticas, y éstas no se podrán cambiar mientras el Partido Popular y sus socios de Ciudadanos decidan el Gobierno de España. III

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