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Cáritas contó con más de 900 voluntarios para llevar a cabo su labor.
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Cáritas contó con más de 900 voluntarios para llevar a cabo su labor. (Foto: Cáritas Diocesana)

Cáritas atendió a 13.700 personas en la comarca el año pasado y alerta de que la pobreza se cronifica

jueves 31 de mayo de 2018, 10:05h

La organización avisa que tan solo el 9% de las familias en situación precaria durante los peores años de la crisis han podido mejorar su situación.

Los mensajes sobre una cierta recuperación económica que llenan los informativos desde hace un tiempo pueden llevarnos a pasar por alto la situación de precariedad que vive una parte de la sociedad. Es el principal mensaje que Cáritas Diocesana de Sant Feliu de Llobregat ha transmitido en su memoria, donde reitera que la pobreza y la precariedad se están cronificando en ciertos sectores.

A lo largo de 2017, Cáritas ha atendido a más de 20.000 personas en el Baix Llobregat, el Alt Penedès, el Garraf y una parte de l’Anoia, pertenecientes a 7.300 hogares. Solo en el Baix Llobregat, la organización ha beneficiado a 13.780 personas de 4.759 hogares. Son cifras inferiores a las del año anterior, pero para Cáritas todavía hay mucho trabajo que hacer, ya que solo durante 2017 17.188 personas participaron directamente en sus proyectos, lo que supone un incremento en este aspecto.

Del total de personas atendidas por Cáritas en los cuatro territorios, la mitad tienen nacionalidad española, mientras que el 47% son personas procedentes de países de fuera de la Unión Europea. El otro 3% son ciudadanos de estados comunitarios.

Por edades, las personas más atendidas han sido las de edades comprendidas entre los 26 y los 45 años –el 38% del total-, seguido muy de cerca por los menores de cero a 17 años –el 32%. Respecto a la tercera edad, los mayores de 60, su número no supera el 5% del global. Y, finalmente, por sexo, más de la mitad fueron mujeres –el 56%-, una cifra que viene a constatar el fenómeno de la feminización de la pobreza.

Las familias no salen del bache

Quizá el dato más descorazonador es que las familias en situación de precariedad se mantienen en una situación “igual o peor” que la que tenían durante los años más duros de la crisis. Según Cáritas, tan solo el 9% de estas han experimentado una mejora de su situación durante los “supuestos” años de la recuperación económica.

Por este motivo, las intervenciones que lleva a cabo Cáritas son cada vez “más intensivas” y comprenden prácticamente a todos los miembros de las casas y se dilatan más en el tiempo. En otras palabras: hay un descenso de las personas atendidas, pero la situación de precariedad y pobreza de las que necesitan el apoyo de Cáritas se cronifica e intensifica.

Vivienda digna

Una de las principales problemáticas de las personas que se han dirigido a Cáritas para pedir ayuda ha sido las relacionadas con la vivienda, el acceso a un puesto de trabajo digno, la precariedad laboral y las relacionadas con la infancia. Los años de crisis, destaca Cáritas en su memoria, han menguado los ahorros de estas familias y han hecho mella en las redes de apoyo familiar.

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