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Una de las reuniones de la PAH de Cornellà.
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Una de las reuniones de la PAH de Cornellà. (Foto: Juan Carlos Ayala)

Expulsados de su casa: el drama que no cesa

Por Juan Carlos Ayala
viernes 06 de julio de 2018, 22:41h
González, portavoz de la de PAH Cornellà: “El suicidio de Sant Ildefons se podría haber evitado”

Catorce de junio de 2018, Cornellà. Un día cualquiera para la mayoría de los habitantes del municipio más poblado del Baix Llobregat. Cerca de la calle de las Camelias, un gran tumulto de vecinos con rostros perplejos del barrio de Sant Ildefons se acercan a observar la tragedia: “¡Que se ha tirado, se ha tirado!, exclamaban mientras llegaban los servicios médicos. Un ciudadano de 45 años se había lanzado de un décimo piso instantes antes de ser desahuciado junto a su mujer por la comisión judicial que estaba llamando a la puerta de su vivienda. Un caso más de las 3 ejecuciones hipotecarias que según el Consell Comarcal promedia cada día la comarca. El año pasado la comarca vivió 1.032 lanzamientos, siendo en los partidos de Esplugues y Gavà donde más han aumentado.

No es nuevo el problema social de los desahucios. Desde que empezó la crisis en el año 2008, las ejecuciones hipotecarias han subido exponencialmente a causa, entre otras cosas, de una burbuja inmobiliaria que primero afectó en términos de hipoteca y que ahora ataca al alquiler. Vemos como, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el ladrillo creció un 6% interanual en el primer trimestre del año, una cifra que no se alcanzó ni en los momentos más álgidos de la burbuja inmobiliaria. Para encontrar un nivel de volumen encadenado tan elevado hay que remontarse hasta 2001. Una de las asociaciones que se crearon y que resultó ser la más fructífera fue la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que agrupa a personas con dificultades para pagar la hipoteca, además de otras solidarias con esta problemática.

Se podría haber evitado
Víctor González, portavoz de la PAH de Cornellà, habla con orgullo del papel de su plataforma en la ciudad: “Hemos parado 30 desahucios de 56 ejecuciones hipotecarias. Y de esos 26 que no hemos podido evitar, probablemente no habían pedido ayuda. Actualmente trabajamos de la mano del Ayuntamiento, ya que siempre el diálogo es la mejor solución. También hace referencia al suicido que había acontecido en su ciudad solo unos días antes: “No se había presentado a la PAH en ninguna ocasión, nosotros nos enteramos de la tragedia cuando estábamos parando el tercer desahucio. Es una gran pena, porque se podría haber evitado”.

3 casos paradigmáticos
Problemática que ha reunido episodios de tensión como los hechos sucedidos el pasado mes de mayo, cuando las PAH’s de Barcelona y de l’Hospitalet acamparon ante las oficinas de la Unió de Crèdits Immobiliaris (UCI), situada en la Gran Via de l’Hospitalet, para defender a una mujer en riesgo de desahucio. También en octubre miembros de la PAH Barcelona acamparon en la plaza del ayuntamiento hospitalense por casos de emergencia social, cosa que el consistorio consideró una intromisión. Tres de las protagonistas de la acampada culparon en repetidas ocasiones a la alcaldesa Núria Marín y a sus regidores. Empezó Úrsula, que nos explicó su lucha y la de sus compañeros de la plataforma: “Empecé a pedir ayuda a Servicios Sociales y a Serveis de l’Oficina de l’Habitatge para pedir un alquiler social, pero el reloj corría. Intentaron ayudarme, pero el propietario me condenó a la calle”. Después de aquello, prosigue, no tuvo otro remedio que ocupar pisos con amigos: “Empecé a mandar cartas al juzgado para aplazar el plazo del alquiler un mes más. Hasta que ellos (PAH) me realojaron en uno de los pisos que dejan vacíos los bancos SAREB: ellos rehabilitan pisos y nosotros los ocupamos”. Enfadada, dedicó unas palabras a las PAH de l’Hospitalet y al Ayuntamiento: “También acudí a la PAH Ciudad de l’Hospitalet, pero solo atienden desahucios por hipoteca. Me pregunto para qué se hacen llamar PAH”.

La siguiente persona que se acercó para hablar fue Yolanda, que contó su particular crisis y cómo decidió ocupar un piso y porqué una vivienda social no termina de funcionar, a su parecer: “El tema de la vivienda social va fatal. Solo abren la mesa una vez al mes, cuando tendrían que abrirla un mínimo de tres veces. Dicen que no hay viviendas, pero es falso. No hay de protección oficial porque las ocupan. Pero el problema no es de los ocupas, porque si en lugar de tener pisos vacíos tuvieras a las familias, los ocupas no existirían”. Nos contó cómo ocupar se ha vuelto la tónica habitual: “Estoy en el Gornal: 3 bloques 15 familias. Imagínate el panorama”.

El último testimonio fue el de Helena, una portuguesa que lleva viviendo 12 años en España, que tuvo unas palabras para la ayuda que había recibido desde el Ayuntamiento. “El viernes nos vino a hablar Pepe Castro, que intentó realojar a Yolanda en una zona llena de bandas latinas y en malas condiciones”.

Ciudad densa
Exmiembros de las PAH también quisieron dejar su opinión acerca de la experiencia de pertenecer a la plataforma. Son los casos de Óscar Ibáñez y Iván Valverde. En el caso del primero, exvicepresidente de las PAH La Florida desde finales del 2015 hasta la primavera del 2017, un barrio de Hospitalet de Llobregat donde se presenta una particularidad: es el territorio donde hay más pisos por metro cuadrado en Europa. Destacó los problemas con la vivienda en la ciudad: “El mayor problema es que la Llei de l’Habitatge aprobada en 2016 es papel mojado. Garantiza a las familias desahuciadas un contrato de alquiler o hipoteca de una vivienda, pero la realidad es que la inmensa mayoría han de buscarse la vida al margen de la Generalitat”.

En el caso de Iván Valverde, secretario de Treball i Habitatge de las Juventudes Socialistas de l’Hospitalet y exmiembro de la PAH local, habla sobre las acusaciones de que algunos miembros de la PAH ocupan pisos y de la ya mencionada “okupación criminal”: “Nunca hemos ayudado a nadie a ocupar ningún piso, al menos en la PAH Hospitalet. Las plataformas ayudan a que la gente que no tenga recursos no sea desahuciada, no ayudamos a la gente a abrir puertas de las viviendas desocupadas. La PAH es un tipo de asociación donde no hay una ley que regule qué tipo de conductas se debe seguir, cada PAH sigue la que ella cree conveniente”. Y añadió que si ayudaran a ocupar, “no tendría amparo de la ley”.

1.500 casos en LH
Por su parte, Pepe Castro, teniente de alcalde de Espacio Público, Urbanismo y Sostenibilidad, y Raúl Alvarín, asesor del área, aseguraron que “hay 1.500 casos solo en Hospitalet en la misma situación que estas mujeres entrevistadas. Estamos haciendo lo que podemos”. Opinaron sobre las peticiones de la mesa de emergencia social: “La mesa de emergencia se activa cuando hay pisos para repartir, si no tenemos para adjudicar no se puede mirar nada. También hay que tener las familias valoradas en los servicios sociales como familias vulnerables”. Además, destacan el número de ocupaciones en la ciudad: “Según los datos del Registro de Viviendas Vacías de la Generalitat, hay aproximadamente 700 o 800 ocupaciones en la ciudad. La mayoría en Pubillas Casas, Torrasa y Florida”. Finalmente habló del Plan Local de Vivienda que prepara la localidad: “Nos ayudara a decidir sobre aspectos de la problemática de vivienda. La clave es ampliarlo para ofrecer respuestas mas estructurales para aquellas familias en riesgo de exclusión”.

La alcaldesa de l’Hospitalet Núria Marín hizo hincapié en que ciertas personas de esta plataforma se pasaban de “listos”: “Trabajamos en coordinación con las PAH, apoyamos la causa que promueven y hablamos con ellos para llegar a acuerdos. El problema es cuando vienen miembros de la PAH Barcelona a pedir cosas al Ayuntamiento, cuando no lo han pedido en ningún momento al de Barcelona. Al final resulta que unos cuantos tienen mucho “morro”.

González, de la PAH Cornellá expresa que todas las PAH’s se rigen por el mismo patrón: “Nos guiamos por el libro verde, como todas las PAH’s, así que no hay diferencias, solo matices”, asegura.

Luchar por uno mismo
“No hay nada más efectivo aquí que luchar por uno mismo”. Mientras en la cabeza tenía aún la redundante frase que más había oído en la serie de entrevistas realizadas (“se podría haber evitado”), estas palabras de González caen como una dosis motivacional en los presentes en la asamblea. Un tema problemático, organismos que no se acaban de entender y personas que, lógicamente, luchan por sus intereses.

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