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El acto de recuerdo a las víctimas ante el Ayuntamiento de Sant Boi.
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El acto de recuerdo a las víctimas ante el Ayuntamiento de Sant Boi. (Foto: Lluís M. Estruch)

Falta gente

Por Lluis M Estruch
lunes 20 de agosto de 2018, 09:19h
17 de agosto, a las 12h. Casi un centenar de personas -muchos funcionarios municipales- se agruparon para dedicar un minuto de silencio a las víctimas del atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona y Cambrils en su primer aniversario.

La alcaldesa accidental Salud González leyó un breve discurso convenido por una agrupación municipalista socialista; estuvo flanqueada en su lectura por los ediles de su coalición, la Sra. Barragán y el Sr .Puigdengolas, también por la edil de Cs Olga Puertas y de Jorge Romero de “Gent per Sant Boi”, de la oposición ambos.

La alocución, con las banderas a media asta, fue una divagación en clave buenista, con condenas genéricas a la violencia, el yihadismo y hasta la venta de armas… Mucha retórica en esta habitual neolengua, de la que Orwell denunció la dilución de responsabilidades y que siempre evita concretar y los planes de futuro.

Era un viernes laborable en una ciudad suburbana, pero lo que trascendía en las pantallas en que de reojo seguíamos el acto central de Barcelona, no era mucho mejor.

Desafecto, ofensas protocolarias, abucheos, gritos y pancartas hostiles que nadie se atrevió a retirar o criticar.

La alcaldesa Colau, la organizadora, decía querer un recuerdo exclusivo a las víctimas. No fue así, se recordaron a los “ausentes” encausados y la cortesía volvió a faltar.

Seguimos en alerta 4 antiterrorista, unos escasos bolardos han sido colocados en la Rambla; el juicio, ya levantado el secreto del sumario, nos muestra imágenes del atentado y lo que es peor, las autofotos de los autores del atentado, satisfechos, eufóricos con sus cinturones de bombas, con sus planes para el Camp Nou y la Sagrada Familia, los objetivos primeros en su mortal selección. Por ello continua el estupor de que unos inmigrantes de 2ª generación, ripollenses integrados y catalanoparlantes, pudieran revolverse en contra de sus mentores. Pero ahí esta una parte de la trama descubierta: un imán salafista, el acopio de materiales ilegales, las viviendas “okupadas”,los robos y empeños y hasta la exhibición de cuchillos en un casino… Queda por investigar, seguro, pero el ambiente ya permanece contaminado. Tan contaminado que ACVOT, una asociación de víctimas del terrorismo, que solicitó el patrocinio del Ayto. de Sant Boi en un Pleno, bien inútilmente. ACVOT fue postergada por Colau de los actos y debió celebrarlo el 16 de agosto.

Son detalles reveladores, que podrían explicar los incidentes finales entre los asistentes al acto central. Hay tensión en Barcelona que va tomando una línea bronca y conflictiva en el abordaje de problemas ciudadanos: Huelgas de taxis, manifestaciones frecuentes, violencias anti turísticas, suciedad, narcopisos “okupados”.

Pero en Sant Boi el acto se cerró con los rituales aplausos. En un bar próximo, regentado por chinos, dos hombres discutían en voz alta, un magrebí criticaba el racismo español con un ciudadano que tomaba su cerveza.

Tal vez el año próximo, seamos menos asistentes aún, al acto recordatorio por los 16 muertos y los 132 heridos de Barcelona y Cambrils.

¿Acaso no ocurrió así con el atentado de ETA a Hipercor el 19 de junio 1987 con 21 muertos y 45 heridos?

Porque de lo que no sabemos tanto: es que hay miles de afectados psicológicamente que están en tratamiento y que si pueden ya no pisan las Ramblas. Invisibles secuelas.

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